5.5.06

ZONA DE AMOR

En la construcción del Socialismo es vital la creación de la zona de amor, sin ella no es posible una Revolución.Nos atrevemos a decir que la Revolución, la construcción del Socialismo, se resume en la creación y expansión de esta zona de amor. La historia del mundo está llena de ejemplos de intentos de creación de estos territorios, de estas relaciones amorosas. La historia de la humanidad es la historia de la lucha por la creación y expansión de las zonas de amor.

Al principio es un núcleo, un gesto pequeño, que puede, que debe agrandarse hasta tomar dimensiones de Revolución. Si el territorio amoroso se estanca, si la relación amorosa deja de expandirse, corre el riesgo de perderse, es lo que se conoce como restauración del egoísmo.

Cuando dos muchachos, Bolívar y Robinson, hacen un juramento altruista en el Monte Sacro, subliman la condición humana y nace la zona de amor, que crece hasta hacerse un continente y una pasión americana. Cuando unos muchachos militares van al Samán de Güere para comprometerse en los ideales de Bolívar y Zamora, producen el fenómeno, o quizá deberíamos decir el milagro de la creación amorosa. La toma del cuartel Moncada es el intento de un puñado de héroes de construir el amor, que se afirma en la cárcel, luego se dilata en el Gramma, se riega por las montañas de la Sierra Maestra y alcanza su máxima dimensión con la Revolución Cubana.

Cristo fue el primero en plantear la relación amorosa, su Amaos los unos a los otros es el intento más remoto de nuestra civilización por construir amor, por establecer estas relaciones. Dos mil años de tenaz afán por concretarla se estrellaban con la incomprensión de la necesidad de dotar al sentimiento amoroso de una relación económica también amorosa, de que la relación económica determina en última instancia el rasgo moral fundamental de la sociedad.

Hoy, en Venezuela, ha llegado la hora. Tenemos la posibilidad de construir una zona que tenga en lo espiritual el amor de las Misiones, y en lo económico, sustentando al amor, la propiedad social de los medios de producción.

La Revolución Bolivariana está hoy en lucha constante por establecer y expandir la zona de amor del Socialismo, en contra de la zona del egoísmo capitalista. En este camino, si nos detenemos corremos el riesgo de restauración.
Sólo el socialismo salva al pueblo.

4.5.06

Dos

Hoy, los revolucionarios venezolanos tienen dos tareas importantes: una, la reelección del Comandante Chávez, triunfo que debe ser con una mayoría tal que no deje espacio para las maniobras del imperio y sus marionetas locales; y, la otra, prepararse para cualquier trance que el imperio nos ponga en el camino de la Revolución.
Las dos faenas no están aisladas, al contrario, forman un sólo bloque. Sería un error ingenuo creer que estamos en condiciones normales en las que podemos dedicarnos a la campaña electoral, como si ningún otro peligro nos acechara, cuando por el contrario vivimos vientos de guerra. Es necesario, entonces, que las dos tareas formen parte de la gran batalla en defensa y construcción de la Revolución, se complementen, se potencien, sean unidad en el combate. ¿Cómo hacerlo?
La clave está en profundizar la Revolución. Expliquemos
Las acciones de profundización, las que nos acercan al Socialismo, deben ser el fundamento de la conquista de los diez millones. Es decir, la estrategia nuestra, que es la construcción del Socialismo, debe determinar la táctica, que es conseguir los diez millones de votos. La táctica no debe tragarse a la estrategia. Toda acción táctica debe estar impregnada de la estrategia, es decir, debe ir teñida de Socialismo, de no ser así corremos el peligro de extraviarnos en alguna parte del camino.
Siendo así, sería un error convertir la elección en un fin en sí mismo. Las elecciones, los diez millones de votos, deben ser, tienen que ser, un paso hacia el Socialismo, ocasión para elevar la conciencia del deber social, organizar, informar. De ninguna manera podemos caer en el error de abordar las elecciones como si fueran una simple campaña publicitaria comercial, de hacerlo corremos el riesgo de vivir en la apariencia y desechar las profundidades, que es allí en definitivas cuentas donde se deciden los destinos. Cometeremos la torpeza de plantear la disputa en el terreno de la ficción donde somos más débiles, donde el enemigo puede desplegar sus promesas sin sentido. Debemos colocar la lucha en el terreno de las ideas trascendentes, en el campo de las transformaciones profundas, en el camino de la construcción de una sociedad nueva, de la construcción del Socialismo, que es donde somos fuertes. Es allí, en este terreno, donde la Revolución puede triunfar.
Los candidatos del imperio pueden ofrecer maravillas, pero no pueden ir más allá del Capitalismo desgastado, no pueden ofrecer Socialismo, por lo tanto no pueden ofrecer soluciones verdaderas y profundas. El Socialismo es excelente elector porque rescata el amor, reencuentra al humano consigo, y construye la sociedad que soñaron Bolívar y Cristo. Cada paso hacia el Socialismo nos fortalecerá para todas las formas del enfrentamiento con el imperio.

3.5.06

LA ASAMBLEA PARIÓ UN RATÓN

Por fin la Asamblea parió un CNE y, tal como estaba previsto, el imperio del norte dio la orden de desconocerlo. Sólo los cándidos pensaban que haciéndole peligrosísimas concesiones, ordenaría a sus marionetas que aceptaran las reglas del juego. Se engañaron nuevamente, nadie de la oposición aceptó al CNE, todos, desde Teo hasta el Julio, escurrieron el bulto. Estamos en la misma situación del golpe de abril y del saboteo, no hay demócratas, ni siquiera de boquilla. No son capaces de condenar ni el magnicidio, mucho menos de aceptar el CNE, no son capaces de contrariar al imperio, y a un electorado que ellos mismos educaron en el fascismo. Pero si esto es así, por qué se insiste en las maniobras y en la astucia pequeña para tratar de resucitar una oposición democrática que nunca existió. Veamos.
En el tratamiento al problema del CNE, se manifiestan las ideologías en pugna dentro del proceso: prevalecen los que no tienen interés en superar el Capitalismo y construir el Socialismo.
Allí encontramos a los de ideología pequeña burguesa, estos tienen terror a los cambios. Y, junto a ellos, los que se han enriquecido, estos piensan como magnates. Por supuesto, los dos coinciden en restaurar un nuevo pacto. Para su desgracia, sus intentos se estrellan con la orden del imperio que pone como condición para el pacto que Chávez quede fuera del gobierno y del planeta, que la petrolera le sea entregada a la meritocracia, que el Chavismo duro sea más que derrotado, liquidado, la Revolución arrodillada y el país hipotecado. Por eso, los intentos de pacto, que por ahora les fracasan, sólo consiguen debilitarnos.
Sería gracioso verlos intentando a cada paso conciliar, pactar, hasta firmar armisticios, y siempre salir con las tablas en la cabeza. Sería gracioso, repetimos, si esa conducta no tuviera consecuencias funestas para la revolución.
La actitud conciliadora tiene como fondo detener la marcha de la Revolución, y al impedir el socialismo, impide la verdadera solución de los problemas sociales. Lo del CNE, es solamente la expresión política de un extravío que debemos detectar y derrotar, es una actitud que confunde y desalienta a la masa, y recordemos que masa confundida, desalentada, dirigida hacia metas mercenarias, es la vía más expedita para el fascismo.
No hay atajos: Sólo el Socialismo salva al pueblo.

MOVILIZAR

Estamos en una fase de la guerra asimétrica en la que las armas son las ideas, el teatro de operaciones el alma del pueblo, y el objetivo la conciencia de los humildes.
Es una fase difícil y riesgosa: un movimiento en falso puede convertirse en una derrota, un error de diseño de estrategia en una debacle, una omisión en un fracaso. En esta fase no hay paso sin importancia, todo debe ser medido y estudiado hasta la minucia. El estudio, el análisis, los trabajos de gabinete son de vital importancia.
El centro de la disputa es la conciencia de los humildes. Eso lo comprende bien la oposición, por eso se ven por los barrios a los sifrinos con sus pañuelos de desprecio en las narices; están buscando algo más que votos, su objetivo es sembrar valores egoístas que facilitan la restauración, minar el espíritu altruista que hizo posible los triunfos de abril y diciembre. Ellos están desarrollando su estrategia, toda la existencia de los oligarcas está al servicio de capturar nuevamente la conciencia de los humildes. Esa es la clave de la fase de la guerra asimétrica que estamos librando.
Por nuestra parte, debemos movernos de acuerdos a nuestras fortalezas y corrigiendo nuestras debilidades. Veamos.
Tenemos una gran fortaleza que es la relación amorosa Líder-Pueblo. Recalcamos es una relación, pueblo y líder se complementan, se nutren mutuamente, el uno aprende del otro, los dos avanzan entrelazados, el líder no puede ir más allá de lo que le permita la conciencia de su pueblo, y el pueblo camina al paso que marca el líder.
Tenemos otra gran fortaleza, la Movilización. Es allí, pueblo en acción, donde se produce la conexión amorosa. El pueblo se hace uno con el líder, y los dos fusionados ejecutan el milagro de romper las cadenas ideológicas de la dominación, de liberarse. Esos son momentos de comunión, de reconocimiento mutuo, de posesión del espíritu revolucionario. El espíritu y las enseñanzas intensas de la gran movilización, se irradian en el tiempo y en el espacio, llegan a todos los rincones y a todos los corazones de los humildes, conformando así la gran escuela revolucionaria que es la defensa más importante de la guerra asimétrica.
No tenemos duda, frente a la amenaza del imperio, el arma fundamental es pueblo movilizado alrededor de objetivos políticos altruistas, informado, conciente, pueblo y líder fusionados, avanzando, aprendiendo a construir Revolución.

CUANDO LA CLASE OBRERA SE ENCUENTRE A SÍ MISMA

Cuando la clase obrera se encuentre a sí misma, la Revolución será invencible. Este encuentro sucederá cuando la clase tome conciencia de la ideología que le es propia y deseche la ideología dominante. Este proceso no es espontáneo, se precisa la labor educativa de una vanguardia, es decir, de la organización de los primeros que rompen la carcasa ideológica dominante, que tiene como tarea fundamental impedir que la clase y su ideología se encuentren. Los oligarcas saben que ese encuentro, significará su entierro definitivo.
¿Cuál es la ideología propia de la Clase trabajadora?
La clase obrera tiene cerca de tres siglos peleando por sus derechos, enfrentando a un Estado enemigo, defendiéndose de la voracidad de los dueños de los medios de producción, aquellos que transforman a los trabajadores en meras mercancías, en cosas. Esta lucha ha pasado por diversas formas. El camino está bordado de batallas, unas propias y otras han sido batallas ajenas. Con el tiempo, las ideas han evolucionado, se ha enriquecido la teoría revolucionaria. Mucho trabajo y extravíos costó pasar desde formas primitivas de enfrentamiento con las máquinas, hasta llegar a la comprensión del trabajo enajenado como centro de la explotación de los trabajadores y, lo que es fundamental, la comprensión de que la clase obrera no puede liberarse sin liberar a la humanidad toda.
¿Qué pasará cuando la clase obrera asuma su papel?
Lo primero es que serán derrotadas las ideas de liberación basadas en la transformación de los obreros en empresarios, por esa vía sólo conseguimos una sustitución de oligarquías, y el meollo de la dominación, el centro causal de la miseria espiritual y material inherente al Capitalismo, sigue intacto. Por ese camino damos vueltas en círculos y años después comprenderemos que perdimos una oportunidad única para hacer avanzar a la humanidad.
Lo segundo es que los revolucionarios, liderizados por la clase trabajadora y su ideología, entenderemos que el Estado actual, dirigido por el Comandante Chávez, nos plantea como tarea fundamental transformarlo en Estado revolucionario. Esta es una de las tareas principales: debemos entender que la fase de apropiación política del Estado ya se cumplió, ahora viene la etapa de la consolidación de esa apropiación y de transformación del Estado en Estado revolucionario.
Tercero, con esa conciencia, con la ideología de la clase obrera y la conducción del Comandante Chávez, podemos establecer las necesarias alianzas con los diferentes sectores de la sociedad venezolana, susceptibles de ser incorporados a un proceso de transformación profunda de la sociedad.
La Revolución Bolivariana Socialista, espera por la clase obrera, ojalá cuando llegue no sea tarde.

MISCELANEAS

1.Cuando sólo faltaban dos pasos para cambiar su mundo, sintió que lo envolvía la nube oscura de un miedo infantil, y cerró los ojos para convertirse en feto; así tranquilo, esperó el amanecer que otro traería.
2.No te angusties por la derrota de hoy, mañana alguien lanzará una piedra y florecerá de nuevo la lucha milenaria entre opresores y engañados.
3.Quien escapa a su época se hace un náufrago solitario en el océano de su imaginación.
4.El pueblo es como un niño, con el poder de destruir o de construir universos.
5.Todos somos ángeles de dioses que desconocemos.
6.La dominación que hace más daño es la que se instala en los que luchan contra ella.
7.Si bien el espíritu nace de la existencia, ronda con independencia, puede persistir después de desaparecida la realidad que le dio origen. Por eso, en el espíritu de un hombre hallamos la historia de la humanidad.
8.El hombre está hecho de pasado, la importancia del presente radica en ser la determinación del futuro.
9.El mundo material da origen al mundo espiritual, pero, dado que el humano es materia dominada por el espíritu, el móvil de la Revolución es el espíritu.
10.El líder es un producto social, por tanto podemos conocer a una sociedad por sus líderes, o a unos líderes por su sociedad.
11.No hay sociedades, sólo hay líderes. Ahora bien, los líderes y las sociedades son producto de la época, entonces, no hay sociedades ni hay líderes, únicamente épocas, pero, las épocas son productos del movimiento, de allí que sólo hay movimientos.
12.Cada éxito nos anuncia mil fracasos, cada fracaso nos prepara para un millón de éxitos.
13.Para un revolucionario no hay derrotas, sólo hay aplazamiento del triunfo.
14.Somos albergue de la esclavitud y la emancipación.
15.Ninguna Revolución puede ir más allá de la ideología que la sustenta.
16.La masa es táctica, sólo la vanguardia es estrategia.
17.Los obreros, confundidos, intentan liberarse adquiriendo propiedad privada, cuando deberían abolirla. La propiedad privada de los medios de producción es esclavitud, la propiedad social de ellos es liberación.
18.Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz, y toda la Revolución del mundo cabe en una palabra: amor
19.Requerían filósofos, y la sumisión les produjo seguidores. Pretendían revolucionarios, y el ambiente les impuso políticos. Les faltó reflexión.
20.Una Revolución no puede construir algo diferente a la calidad de los revolucionarios que la impulsan, y esa calidad revolucionaria se mide por lo que ellos discuten, por como actúan, en definitiva, por los sentimientos que mueven su corazón.

LA BURBUJA

Uno de los principales daños que la burocracia puede hacer a la revolución, es la formación de la burbuja. Veamos.
La burbuja se forma alrededor de un funcionario de poder, no cuenta el tamaño ni la importancia. Inmediatamente después de la toma de posesión del funcionario, los burócratas comienzan a inflar la burbuja burocrática de aislamiento. Si el funcionario está atento a los peligros del poder, la operación falla, de lo contrario su formación es inexorable. La burbuja tiene dos componentes: uno físico y uno conductual. Expliquemos.
Los dos componentes se complementan. El físico es el menos importante, consiste principalmente en una barrera en las comunicaciones, se pierden libros, papeles y memorandos, se olvidan de hacer llamadas, es difícil comunicarse con el funcionario, se olvidan de meter eventos en la agenda.
El componente más importante y más dañino es el conductual. Está arraigado en la ideología de la dominación, se alimenta de los pilares psicológicos de la sumisión. El mecanismo comienza a desplegarse con la primera fase, la de cambio de identidad, el nombre del funcionario es reemplazado por el de “jefe”. En Venezuela hay jefes como arroz, allí empieza el proceso de sacralización, es decir transformar al incauto funcionario en santo, por lo tanto infalible y, al ser infalible, cada palabra suya es una orden que no puede ser discutida ni siquiera comentada, muchos menos desacatada. Nuestro funcionario es desligado de la necesaria discusión, un Dios no discute. De esta manera, todo está preparado para pasar a la segunda fase, la de los psicólogos. El burócrata es un experto psicoanalista, ellos diagnostican si el “jefe” está de mal humor o está de ánimo festivo, saben qué tipo de música quiere oír hoy, o si necesita silencio, etc. Esta actitud hace daño, pero lo peor está por venir con la tercera fase, es la fase de sustitución de personalidad. Ahora el burócrata se transmuta en funcionario. Ya se cree ministro o alcalde, y decide por él, intuye lo que el funcionario hará en cualquier situación, no lo necesita, no lo consulta, el burócrata rechaza audiencias, responde memorandos, llegan hasta tomar decisiones, claro, nunca por escrito, siempre comunicación oral, se transforman en reflejos de los funcionarios.
Se cumple así la burbuja burocrática: el funcionario queda aislado de la realidad, vive en un mundo ficticio construido por los burócratas, allí se relaciona sólo con otros jefes atrapados también en burbujas. Mientras tanto, la realidad sigue su curso, anda por allí con una aguja revienta burbujas.