11.12.06

LA PROPIEDAD EN LA LUCHA POR EL SOCIALISMO

La esencia del Socialismo es restituir las relaciones amorosas entre los humanos, y de éstos con su entorno. Es integrar la sociedad que ha sido fragmentada.
La descomposición de la sociedad se debe a siglos de sistemas que permiten la apropiación del trabajo, que es de todos, que es de la sociedad, por parte de una fracción de la misma. Este robo social se realiza usando como fundamento, como “pistola económica”, la propiedad nosocial de los medios de producción, y una espiritualidad, una conciencia egoísta, fragmentadora, que justifica el atraco y lo perpetúa.
Entonces:
La lucha por el Socialismo es en esencia la lucha por restituir la hegemonía de la propiedad social de los medios de producción, junto a la hegemonía de la conciencia del deber social. Es decir, los medios de producción deben volver a ser propiedad de toda la sociedad, y los individuos deben adquirir conciencia de que su suerte esta ligada, se realiza, a través de la suerte de la sociedad.
Podemos afirmar, rotundamente, que no es posible construir el Socialismo sin la hegemonía de la propiedad social de los medios de producción.
Se comprende que los oligarcas centren aquí sus ataques contra el Socialismo.
La lucha contra la formación de la conciencia del deber social, la desarrollan a través del estímulo a valores individuales, egoístas. Los siembran desde la infancia, y se valen de los más variados medios, desde la escuela hasta la televisión. Todo el día estamos sometidos a una lluvia de valores morales que apuntalan la fragmentación social y justifican la guerra de todos contra todos.
La lucha contra la hegemonía de la propiedad social de los medios de producción, la hacen de manera más solapada. Ellos saben que es allí, en la economía, donde en última instancia se decide el rumbo del proceso, y es allí donde ponen en juego todas sus artimañas y habilidades.
La necesidad de la hegemonía de la propiedad social de los medios de producción, no es un capricho de ultraizquierdistas, se trata de que el Socialismo no es posible sin esa forma de propiedad.
Se deduce, que el debate que se avecina tenga como fundamento la definición de la forma de propiedad hegemónica. La tarea no es fácil, existen muchos atajos para extraviarse.
Procesos revolucionarios han sucumbido a la tentación de buscar formas que falsifican a la propiedad social, para terminar en un eterno ritornello al capitalismo.
Ahora, después que el Comandante decreta profundización del camino al Socialismo, se revolvieron todos los argumentos, afeites y disfraces, para tratar de atrapar la economía dentro de la camisa de fuerza de la propiedad nosocial, capitalista, de los medios de producción. Es así que abundan las declaraciones proponiéndonos mil y un extravíos, menos avanzar hacia la propiedad social.
¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!
¡No es posible el Socialismo sin hegemonía de la Propiedad Social!
¡No es posible el Socialismo sin hegemonía de la Conciencia Social!

LA PELIGROSA TENTACIÓN

Es común en políticos pragmáticos caer en la tentación de sustituir la realidad por su pequeño mundo de cabildeo. Esta seducción arrecia luego de abultados éxitos electorales.
Los políticos pragmáticos pierden el rumbo estratégico, y piensan que tienen un mandato que les faculta para volar de espaldas a la realidad, crear mundos que los favorecen y a los que debemos someternos. Se olvidan de la historia y de los desafíos pendientes. Veamos
Después del triunfo de diciembre, el Comandante, claro en su ruta estratégica, en contacto con la realidad, en sintonía con el Pueblo y sus problemas, nos llama a profundizar el Socialismo. No es un capricho o una obstinación de llanero cimarrón, se trata de saber que el Socialismo, el auténtico, el original, es la única salida para el Pueblo humilde, y la única esperanza para la humanidad.
¿Qué pasó? El Comandante marca el azimut, e inmediatamente salen unos huelefritos “bolivarianos” a tratar de amortiguar, de falsificar la ruta. Como miembros de un coro, proponen con caradurismo el pacto con los oligarcas. Los oligarcas por su parte aceptan el llamado y construyen agendas de armisticios.
La situación es trágica, se ven claras las intenciones de pacto con la oligarquía. El pacto significa que la Revolución tuerce su camino, se aleja del Socialismo. Y negociar el Socialismo, significa volver a antes del 98, a olvidar las circunstancias que hicieron posible el triunfo del 98, y también a perder la conexión con el espíritu del 4 de febrero.
En otras palabras, es una nueva traición a las esperanzas de redención que los humildes vienen arrastrando desde la guerra de independencia. Es una traición similar a la que le hicieron a Bolívar, a Zamora, y a la que le han hecho mil veces a este Pueblo batallador.
Nos oponemos al pacto, no porque seamos malucos, extremistas o inconcientes. Nos oponemos porque el pacto es en esencia la yugulación de la Revolución, es volver al capitalismo franco, responsable de la miseria espiritual y material. El pacto es enterrar la posibilidad socialista, la única esperanza para esta Patria.
Era de esperar esta situación de pacto capitulador, en las entrañas de la sociedad venezolana se enfrentan dos grandes campos:
En un bando, el capitalismo, el rancio y el recién formado, que pugna por su expresión política, que no es otra que un pacto que los represente y proteja sus intereses.
Y en el otro bando, enfrentado a estos capitalismos, encontramos las fuerzas políticas revolucionarias guiadas por el amor al Comandante, que se manifiestan en marchas, movilizaciones, las misiones, la búsqueda de formas de organización que verdaderamente le den poder al Pueblo, en el ALBA, fraternidad con los Pueblos del mundo.
La lucha está planteada y se decidirá en los próximos tiempos. Es necesario dotar a la opción revolucionaria de una teoría sólida y de una economía socialista que la sustente.
¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!
¡El pacto es traición al Comandante, al Pueblo y al Socialismo!

SOCIALISMO VS SOCIALISMO

La Revolución Bolivariana traslada su principal escenario de confrontación al campo de las ideas. Es allí donde se dirimirá el rumbo del proceso. Siendo así, es importante acercarnos a esa batalla.
Para diagnosticar las ideas en combate, oigamos al embajador gringo, Brownfield, quien el día seis de diciembre, a propósito de un posible diálogo con el gobierno del Comandante Chávez, declara:
…“tenemos una relación bastante complicada y hay diferencias entre los dos gobiernos, son diferencias serias, profundas y amplias en áreas como Socialismo, capitalismo, libre comercio, organización hemisférica, relaciones con países como Irán y Corea”…
El imperio está conciente de donde reside la principal línea de confrontación: se trata del enfrentamiento entre el capitalismo, en cualquiera de sus formas y sellos nacionales, y el Socialismo que lo supera. Ese es el epicentro de la disputa.
No tolerarán a Chávez mientras él permanezca en el camino socialista. La posibilidad de que avancemos hacia el Socialismo será bombardeada incesantemente por el imperio y sus lacayos nacionales. Ellos no aceptan que Venezuela sea ejemplo para los Pueblos del continente, guía en el camino liberador del capitalismo en cualquiera de sus formas y versiones.
¿Cómo son los ataques del imperio y cómo debe ser nuestra defensa?
El imperio nos ataca de dos maneras diferentes. Una, el enfrentamiento frontal del modelo capitalista contra el modelo socialista. Y la otra, el ataque artero desde dentro del modelo socialista, usando como arma principal las falsificaciones: se usan términos vacíos de contenido, se les ponen nombres engañosos a formas capitalistas, se impulsa al capitalismo y se nos dice que así nos acercamos al Socialismo. De esta manera se va minando poco a poco las posibilidades del Socialismo.
Frente a estas dos maneras de ataque sólo hay una forma de defensa. Expliquemos.
Es necesario crear una fortaleza socialista, convertir al Pueblo de Venezuela, a la nación toda, en una poderosa zona socialista, en lo material y en lo espiritual. Ese camino ya lo hemos avanzado, las misiones son territorio espiritual socialista, muestra de un nuevo tipo de relaciones humanas: en Barrio Adentro, por ejemplo, se rescató la humanidad del paciente, éste dejó de ser una mercancía y volvió a su calidad de humano.
Para crear la fortaleza socialista, es necesario consolidar un núcleo sólido de teoría socialista, que se alimente de la práctica nuestra, de la historia, del pensamiento y de la experiencia de los revolucionarios de todos los tiempos, que así construya la teoría que necesitamos para defendernos de los embates frontales y también de las falsificaciones.
Es fundamental la formación de este núcleo, es necesario que los revolucionarios discutamos y fijemos posición frente a los puntos cardinales del Socialismo: la propiedad social de los medios de producción, la conciencia del deber social, el internacionalismo socialista, la velocidad de la transición, el poder popular, el partido único, la lucha contra la corrupción, el despilfarro y la burocratización.
¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!
¡Defendamos al Socialismo de ataques y falsificaciones¡