23.2.07

¿ES NECESARIO EL PARTIDO?

La organización política está ligada a la formación social que la contiene, y esta relación determina su estructura y su función.

Por ejemplo, la Sociedad Patriótica de 1810, estaba ligada a la formación social esclavista colonial, con ella se relacionaba de manera revolucionaria, su estructura y función obedecían a este objetivo.

Por su parte, la Junta Defensora de los Derechos de Fernando VII estaba ligada a la misma formación esclavista colonial, pero se relacionaba con ella de forma reformista, y su estructura y función estaban en concordancia con este objetivo.

En la Venezuela rentista, que adoptó como forma política el pacto oligarca de punto fijo, la situación cambió: encontramos organizaciones revolucionarias cuya estructura es clandestina, determinada por la situación de represión, y su objetivo la toma del poder para transformar las consignas revolucionarias en consignas de la nación toda.

¿Cuál es la situación hoy en Venezuela?

Con la llegada al poder de la Revolución Bolivariana, la situación, las tareas teóricas y prácticas, son otras: ya dejamos atrás las faenas puramente electorales, que bien desempeñó el MVR, y entramos en el periodo de transición hacia el Socialismo. Ahora es necesario construir la organización política revolucionaria de esta nueva etapa.

Muchas son las preguntas que surgen ¿Es necesaria esta organización? ¿Qué justifica su existencia? ¿Cuál es su objetivo? ¿Cuál su estructura? Intentemos aproximarnos a las respuestas.

La necesidad de la organización política en esta etapa emana de varias fuentes: Una, la diferencia de nivel de conciencia revolucionaria, de conciencia del deber social en el Pueblo, que impele a agrupar a los más concientes en una organización que tiene como principal objetivo, con su ejemplo y con su prédica, irradiar la conciencia revolucionaria a los sectores más atrasados.

Otra, sólo la organización política revolucionaria puede resolver el dilema de la Revolución ¿Cómo construir la nueva sociedad con los hombres colonizados por la ideología dominante de la sociedad que queremos superar? O, lo que es lo mismo, cómo construir lo nuevo con el hombre formado en lo viejo. O, recordando al Che, cómo construir el Hombre Nuevo.

La respuesta está en la organización revolucionaria, donde la conciencia colectiva revolucionaria se impone a los resabios individuales de la conciencia del pasado.

La organización revolucionaria que necesita la marcha al Socialismo tiene varias premisas imprescindibles: Primero, debe estar formada por quienes quieren avanzar hacia el Socialismo, por quienes creen que construir el Socialismo es posible ahora. Segundo, ser garante, ejemplo, de la marcha material y espiritual hacia el Socialismo. Tercero, será prefiguración de las nuevas relaciones humanas amorosas que se establecerán en la sociedad del futuro.

La organización revolucionaria es la primera tarea de los revolucionarios, no es un capricho, la actitud frente a ella, lo que construyamos, definirá a la Revolución. Una organización débil, ambigua, sin objetivos claros, agotada en sí misma, será signo de una Revolución también débil, sin precisiones, incapaz de las tareas que el camino nos reserva.

¡Organicemos el partido, fortalezcamos el Socialismo!

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo Auténtico!

¿ES NECESARIO EL PARTIDO?

La organización política está ligada a la formación social que la contiene, y esta relación determina su estructura y su función.

Por ejemplo, la Sociedad Patriótica de 1810, estaba ligada a la formación social esclavista colonial, con ella se relacionaba de manera revolucionaria, su estructura y función obedecían a este objetivo.

Por su parte, la Junta Defensora de los Derechos de Fernando VII estaba ligada a la misma formación esclavista colonial, pero se relacionaba con ella de forma reformista, y su estructura y función estaban en concordancia con este objetivo.

En la Venezuela rentista, que adoptó como forma política el pacto oligarca de punto fijo, la situación cambió: encontramos organizaciones revolucionarias cuya estructura es clandestina, determinada por la situación de represión, y su objetivo la toma del poder para transformar las consignas revolucionarias en consignas de la nación toda.

¿Cuál es la situación hoy en Venezuela?

Con la llegada al poder de la Revolución Bolivariana, la situación, las tareas teóricas y prácticas, son otras: ya dejamos atrás las faenas puramente electorales, que bien desempeñó el MVR, y entramos en el periodo de transición hacia el Socialismo. Ahora es necesario construir la organización política revolucionaria de esta nueva etapa.

Muchas son las preguntas que surgen ¿Es necesaria esta organización? ¿Qué justifica su existencia? ¿Cuál es su objetivo? ¿Cuál su estructura? Intentemos aproximarnos a las respuestas.

La necesidad de la organización política en esta etapa emana de varias fuentes: Una, la diferencia de nivel de conciencia revolucionaria, de conciencia del deber social en el Pueblo, que impele a agrupar a los más concientes en una organización que tiene como principal objetivo, con su ejemplo y con su prédica, irradiar la conciencia revolucionaria a los sectores más atrasados.

Otra, sólo la organización política revolucionaria puede resolver el dilema de la Revolución ¿Cómo construir la nueva sociedad con los hombres colonizados por la ideología dominante de la sociedad que queremos superar? O, lo que es lo mismo, cómo construir lo nuevo con el hombre formado en lo viejo. O, recordando al Che, cómo construir el Hombre Nuevo.

La respuesta está en la organización revolucionaria, donde la conciencia colectiva revolucionaria se impone a los resabios individuales de la conciencia del pasado.

La organización revolucionaria que necesita la marcha al Socialismo tiene varias premisas imprescindibles: Primero, debe estar formada por quienes quieren avanzar hacia el Socialismo, por quienes creen que construir el Socialismo es posible ahora. Segundo, ser garante, ejemplo, de la marcha material y espiritual hacia el Socialismo. Tercero, será prefiguración de las nuevas relaciones humanas amorosas que se establecerán en la sociedad del futuro.

La organización revolucionaria es la primera tarea de los revolucionarios, no es un capricho, la actitud frente a ella, lo que construyamos, definirá a la Revolución. Una organización débil, ambigua, sin objetivos claros, agotada en sí misma, será signo de una Revolución también débil, sin precisiones, incapaz de las tareas que el camino nos reserva.

¡Organicemos el partido, fortalezcamos el Socialismo!

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo Auténtico!

¿CONSTRUIR El SOCIALISMO SIN DESPRECIAR AL CAPITALISMO?

Una respuesta afirmativa a la interrogante del título, calmaría el desasosiego de muchos que no duermen tratando de pasar el camello por el ojo de la aguja. Los que así piensan seguirán con insomnio y le harán un gran daño al camino revolucionario, los que intenten esta mezcla pueden terminar en dos laberintos patéticos:

Uno, falsificar al Socialismo, despojarlo de su fuerza liberadora y constructora, convertirlo en un adjetivo que lleva por dentro al capitalismo salvaje, infaliblemente lo llevará a estallar en un mar de contradicciones sociales que la farsa no podrá resolver.

El otro, construir a duras penas un híbrido, una mezcla de dos sistemas antagónicos, inexorablemente terminará por ser devorado por el sistema más antiguo, el más arraigado en el inconciente colectivo, el capitalismo.

¿Por qué no es posible construir el Socialismo en convivencia con el capitalismo?

Un sistema social es en esencia una conciencia sustentada en una relación económica. De aquí se desprende que la lucha política, la lucha revolucionaria, es una lucha por la conciencia de las mayorías, el territorio de la confrontación es la conciencia, lo demás está subordinado a este objetivo.

Ahora bien, la conciencia y las relaciones de propiedad están entrelazadas, se existen mutuamente, lo que significa, por ejemplo, que no podía existir conciencia esclavista sin relación de propiedad esclavista.

Así mismo pasa con el capitalismo, genera una conciencia del egoísmo, del consumismo que lo sustenta, una conciencia instalada, arraigada con una fuerza única en la historia de la humanidad.

Por lo tanto, pensar en la convivencia del Socialismo con el capitalismo, en un híbrido como un sistema social viable, es un disparate, una trampa reformista y el suicidio de la Revolución.

No se puede pretender superar un sistema sin atacarlo, sin descalificarlo, por dañino, material y moralmente, sin evidenciarlo como inaceptable. Esto nos lo enseña El Libertador cuando al calificar la esclavitud, dice: “la infracción de todas las leyes es la esclavitud. La ley que la conservara sería la más sacrílega. ¿Qué derecho se alegaría para su conservación? Mírese este delito por todos los aspectos, y no me persuado que haya un solo boliviano tan depravado que pretenda legitimar la más insigne violación de la dignidad humana. ¡Un hombre poseído por otro! ¡Un hombre propiedad! ¡Una imagen de Dios puesta al yugo como el bruto!”

Podríamos, sin pecar, sustituir en las palabras de Bolívar, esclavitud por capitalismo, porque qué es el capitalismo sino la más insigne violación de la dignidad humana, donde unos hombres, los capitalistas, son propietarios del tiempo, de la vida de otros hombres, los trabajadores. ¡El capitalismo es una esclavitud más refinada!

Fácilmente se comprende que no se puede construir el Socialismo sin atacar, sin despreciar al capitalismo, pretender ese absurdo es truncar a la Revolución, porque una Revolución frente al monstruo capitalista si se detiene inexorablemente fracasa.

¡Socialistas auténticos y anticapitalistas!

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo Auténtico!

MORAL Y LUCES

Cuando El Libertador sentenció que éstas eran las primeras necesidades, no se refería a un aumento en la Moral y en las Luces, se refería a un cambio de Moral y de Luces. Veamos.

La Moral y las Luces están ligadas a un sistema social determinado, varían con la historia, no son conceptos estáticos.

En la época de la colonia era Moral tener esclavos, pero era inmoral no ir a misa los domingos. Era moral el servilismo al Rey de España, e inmoral colaborar con Gual, o con Miranda. Era moral descuartizar a los enemigos de la corona, freír sus cabezas y exhibirlas en la entrada de las ciudades, y era moral mutilar a los esclavos en la picota.

Las Luces eran las que correspondían a aquel estado de cosas: se estudiaba teología, se justificaba que unos hombres eran inferiores a otros, que las mujeres eran también inferiores y debían permanecer en las casas. El grado de analfabetismo era muy grande, poco se conocía del mundo, sólo el contrabando ilustraba, el aislamiento era mucho.

Esta Moral y Luces, estaban soportadas por una economía esclavista, con ella formaban un complejo social.

El Libertador, después de la Revolución de la Independencia, se dio cuenta que era necesario fundar otro complejo social, que tuviera otra Moral y otras Luces, y que estuviera soportada por otra relación económica.

Por eso desde Ocumare en 1816 decreta la libertad de los esclavos, y va a la piedra angular del complejo social que quería derrumbar. Simultáneamente, pide otra Moral y otras Luces.

En Venezuela hoy vivimos época similar a la del Libertador, estamos luchando por sustituir un complejo social con una relación económica, una Moral y unas Luces, por otro complejo social con otra Moral y otras Luces.

En otras palabras, el complejo social capitalista, con su relación económica de propiedad nosocial de los medios de producción, Moral egoísta y Luces que justifican ese egoísmo, sea sustituido por el complejo socialista, con una relación económica de propiedad social de los medios de producción, una Moral de cooperación amorosa, humanista, y unas Luces que justifiquen ese amor, esa cooperación, ese altruismo.

Entonces, cuál será la Moral y las Luces que corresponden a este período histórico, cuáles valores son los que debemos difundir, y cuáles combatir:

El primer valor es la defensa de la Revolución, sin Revolución todo está perdido.

Después la defensa del Comandante, hay que revivir la consigna de “con Chávez todo, sin Chávez nada”. En esta etapa de transición hacia el Socialismo la conexión amorosa Líder-Pueblo es insustituible.

Otro valor fundamental es la conciencia del deber social: entender que individuo y sociedad entrelazan sus existencias en un solo destino, que la suerte de la sociedad depende de la suerte de cada uno, y cada uno sólo puede hacerse pleno en sociedad.

Y el amor a la Patria, otro valor principal estrechamente ligado al amor a la humanidad.

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo Auténtico!

22.2.07

LA DEFENSIVA

El milagro de 1992 nos abrió la posibilidad de ir hacia formas de organización social que trascendieran los meros cambios cosméticos, tendió puentes sobre los desfiladeros creados por la derrota del sesenta.
A partir del 4 de febrero el centro revolucionario se trasladaba al interior de la Revolución Bolivariana, la tarea de los revolucionarios era, con humildad, hacer el aporte necesario para trazar el rumbo certero hacia el Socialismo. En ese empeño hemos cometido dos errores fundamentales:
Primer error, los que no entendieron y prefirieron el refugio paralítico de los que nunca se equivocan.
Segundo, los que oyeron el llamado de la Revolución, pero no advirtieron que había llegado la hora de la ofensiva revolucionaria y siguieron sumergidos en teorías defensivas.
Es así que no pueden pasar a la ofensiva ideológica y material que nos permita avanzar hacia el Socialismo, y se queden vallados en las proposiciones de ayer, tipo Presupuesto Participativo, y se enmarañen en la formación del partido único.
Hoy en Venezuela los revolucionarios debemos aportar teoría revolucionaria ofensiva, que guíe la etapa de transición:
Es necesario ir a la ofensiva en la formación de la conciencia del deber social. Aquí no es posible esperar, la sociedad necesita tomar conciencia de sí misma, de su fuerza constructora cuando está integrada, y de su debilidad cuando está fragmentada en egoísmos individuales.
Es necesario, ir a la ofensiva en la economía, construir la hegemonía de la forma social de propiedad sobre los medios de producción, única manera de conducir a la sociedad hacia el Socialismo.
Es necesario ir a la ofensiva en la organización social, y trascender las formas organizativas locales, que fueron en su época formas defensivas. Debemos construir un tejido organizativo social nacional que sea soporte de un verdadero poder social.
Es necesario ir a la ofensiva política y formar a la organización política única (Sociedad Patriótica Socialista), que sea instrumento de la formación y acción socialista del Pueblo, que recoja lo mejor de la tradición organizativa revolucionaria internacional: de los bolcheviques victoriosos frente al Zar, de la Sierra Maestra victoriosa en la construcción y defensa del Socialismo, de la Sociedad Patriótica y del Ejercito de Bolívar precursor de libertades.
Es necesario dar una gran batalla cultural, que nos permita sustituir la cultura de la dominación oligarca, por la cultura humanista revolucionaria, una nueva gesta que forme los intelectuales de la nueva realidad, de los nuevos valores y de las nuevas relaciones humanas que nacen con la Revolución.
Es necesario incorporar a las masas a la comprensión y a la solución de la vida local, nacional e internacional. Ningún asunto está aislado: si comprendemos al Caribe, comprenderemos mejor al barrio, si nos conmovemos ante la desgracia de un terremoto en Pakistán, sentiremos mejor la miseria del continente y lucharemos contra ella.
Es necesario estrechar y fortalecer los vínculos con la dirección de la Revolución: hoy más que nunca con Chávez todo, sin Chávez nada.
¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo Auténtico!


21.2.07

GASOLINA Y ACCIONES SOCIALES VOLUNTARIAS

El objetivo central del Socialismo es la construcción de una sociedad capaz de hacer actos voluntarios, concientes, que vayan en su beneficio, que faciliten la realización plena de sus miembros y la conquista de la mayor suma de felicidad posible. La capacidad de realizar estos actos mide el avance al Socialismo. Expliquemos.

En el acto social voluntario se enfrentan dos ideologías, dos maneras de ver el mundo:

Una, la sustentada en la conciencia egoísta, que se alimenta de la competencia, la guerra de todos contra todos, es la ideología capitalista, sostiene al capitalismo, lo justifica. En definitiva, conspira contra el acto social voluntario.

La otra, la cimentada en la conciencia social, el altruismo, la solidaridad, es la ideología socialista. Surge de las entrañas del Socialismo, se alimenta de la solidaridad económica, del consumo racional, de la búsqueda del bien social. La ideología socialista considera al acto social voluntario una prefiguración de la sociedad del futuro, en la que la vida dejará de ser una batalla de todos contra todos y se transformará en una armoniosa búsqueda del bien común. Así, el trabajo dejará de ser una coacción de la sobrevivencia y pasará a ser disfrute y realización plena del humano.

Con las acciones sociales voluntarias, la masa revolucionaria, el pueblo, aprende y demuestra su nivel de organización, que es lo mismo que decir, su nivel de maduración, el avance en la conquista de su condición de conductor y constructor de su destino, de su transformación de ente amorfo, en poder social, que es el verdadero poder popular.

Hoy en Venezuela, tenemos grandes oportunidades de avanzar en este camino. La Dirección de la Revolución ha diseñado cinco motores que nos servirán para el avance hacia el Socialismo. Todos, pero dos principalmente, se alimentan de las acciones sociales voluntarias: Moral y Luces, y Poder Popular, estos sólo podrán tener éxito si son “motorizados” por acciones sociales voluntarias.

El problema de la gasolina es ocasión inmejorable para alimentar estos dos motores. Veamos.

Lo primero es considerarlo un problema social, siendo así, la solución revolucionaria debe ser social.

Entonces, proponemos un ahorro social voluntario de 25% del consumo de gasolina. El ahorro de combustible beneficia a la sociedad económicamente, crea conciencia del valor del recurso, condena el despilfarro capitalista y, muy importante, al hacer acción social voluntaria, crea conciencia del deber social y del poder social. En esta tarea deben participar las organizaciones revolucionarias, las misiones, los consejos comunales, mesas, el partido único. Además, el gobierno, el Estado como administrador de la sociedad debe dar el ejemplo.

¡La sociedad debe proteger sus recursos, despilfarrar gasolina es un crimen!

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo Auténtico!

ÉTICA, EXISTENCIA Y TRABAJO

ACERTADO ESTÁ EL COMANDANTE CUANDO DICE que la Revolución requiere un impulso ético, y pone como principal línea de trabajo para el 2007 el desarrollo de la Ética Socialista. Chávez nos invita a discutir el punto, que sin duda es trascendental para la Revolución. Estudiemos.

Una Revolución es en esencia un cambio en las relaciones humanas, y si consideramos a la Ética como el conjunto de reglas que rigen esas relaciones humanas, que nos dictan lo que está bien y lo que está mal, entonces podemos decir que una Revolución es un cambio profundo en la ética de una sociedad o, lo que es lo mismo, un cambio profundo en los sistemas de valores de la conducta.

La ética no está aislada de la existencia, del sistema social que se estudie. Por ejemplo, en la América esclavista era adecuado a la ética de aquella época, que un humano fuera propietario de otro humano. Ahora bien, la Revolución Francesa inspira el cambio de las condiciones de esa existencia y también de esa Ética, ya la relación de propiedad esclavista no es aceptada. Podemos decir, resumiendo, que la Ética está entrelazada con la existencia.

Siendo así, podemos mejorar nuestra definición de Revolución, y decir que una Revolución es un cambio profundo en la Ética y la existencia de una sociedad.

El cambio ético requerido por la Revolución Bolivariana, y propuesto por el Comandante, es el cambio de la Ética del egoísmo capitalista, donde es aceptado que un hombre se apropie del tiempo del trabajo de otro hombre, por la Ética del amor, del Socialismo, donde el trabajo de uno sea para beneficio de la sociedad y el beneficio de toda la sociedad, repercuta en beneficio de cada uno.

Para que este cambio maravilloso sea posible, y de acuerdo a lo que hemos dicho, es necesario que a la par del cambio ético se produzcan cambios en la existencia. Expliquemos.

Las condiciones de existencia sólo cambian profundamente, cuando cambian las relaciones del hombre con el trabajo. Por eso es necesario, imprescindible en una Revolución, que el trabajo del hombre deje de ser apropiado por otros hombres. Es preciso que el trabajo recupere su condición social, esto es, que el trabajo deje de ser una mercancía individual, un objeto de compra venta, y pase a ser un bien social. Y esto sólo se consigue con la propiedad social de los medios de producción administrados por el Estado, que es el representante de toda la sociedad.

Al cambiar así las condiciones de existencia, al hombre trabajar para la sociedad, hemos creado las condiciones para fundar la Ética del amor, la Ética Socialista. Ahora el trabajo no es una forma de explotación, sino una forma de cooperación del individuo con la sociedad, y al beneficiar a la sociedad, se benefician los individuos. Así el hombre rescata a su madre, vuelve al paraíso, recupera su condición de hombre social, se integra.

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!

INDICADORES DE SOCIALISMO

Se discute cuáles son los indicadores de Socialismo o, dicho en otras palabras, qué medir, para saber si avanzamos o retrocedemos en la marcha hacia el Socialismo. Esta discusión es vital, de sus conclusiones dependerá el rumbo que tome la Revolución.

En otros artículos proponíamos como fundamentos del Socialismo: la propiedad social de los medios de producción, la distribución equitativa de la riqueza así producida, la organización administrativa y política del pueblo desde el nivel local hasta el nivel nacional y la conciencia del deber social. Éstas no son ocurrencias alegres, no se trata de un capricho, nacen de la esencia misma del Socialismo como superación del Capitalismo. Sin estos fundamentos no podemos hablar de Socialismo. Para explicarnos, comencemos por estudiar el objetivo último del Socialismo.

El Socialismo busca, en última instancia, recomponer a la sociedad y al hombre que han sido fragmentados por el Capitalismo. Y la base de esa fragmentación de sociedad y humano, es la propiedad nosocial de los medios de producción (por favor no confundir con propiedad privada de las cosas). Una sociedad donde la propiedad de los medios de producción no sea social, necesariamente tiene que permitir la compra del trabajo, del tiempo, de la vida de unos hombres, por otros hombres, es decir, una especie de esclavitud sofisticada. Y una sociedad así, para funcionar, para justificarse, tiene que tener como fundamento ético y moral al egoísmo. Es, en resumen, una sociedad fragmentada en millones de pujas individuales, o dicho en palabras clásicas, una guerra de todos contra todos. Esta patología social e individual, no se puede superar sin sustituir la propiedad nosocial (la de una parte de la sociedad) de los medios de producción, por la propiedad social (la de toda la sociedad). Es decir, sin acabar con la posibilidad de que unos hombres se apoderen del trabajo de otros hombres. He allí por qué el Socialismo no se puede construir sin la hegemonía de la propiedad social de los medios de producción.

Sólo sobre esta propiedad se puede edificar la distribución equitativa y sustentar la conciencia del deber social. Soportada en esta nueva organización económica, se cincela la organización administrativa y política del pueblo, desde abajo hasta lo nacional, que es otra manera de decir: nace el Poder Popular.

Estos son los fundamentos del Socialismo, son sus indicadores, a ellos podemos acercarnos a diferentes ritmos, con velocidades diferentes, de maneras propias, de formas inéditas, todo eso es verdad, lo que no podemos es evitarlos. Intentar Socialismos que respeten al Capitalismo, que no lo superen, es una candidez que se ha pagado caro en la historia. Si queremos medir con un solo indicador, éste sería la conciencia del deber social, que nos mostraría si la sociedad se recompone como un cuerpo que se integra superando una enfermedad disolvente, el Capitalismo.

¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!

¡Chávez y Fidel son Socialismo!

EL OBJETIVO CENTRAL DE LA REVOLUCIÓN

La superación del capitalismo, la Revolución Socialista, implica un cambio cultural radical. Significa un cambio en la visión de la vida, la fundación de una nueva ética, de nuevos sistemas de referencias, en fin, se trata de la creación de un nuevo cosmos.

Los revolucionarios, sobre todo los dirigentes, deben guiar al Pueblo en este cambio de mundos. La tarea es difícil, se trata de valorar, de medir la realidad con nuevos ojos, eso significa un cambio profundo de todo, del alma. Veamos.

En el capitalismo, por ejemplo, un aumento en la venta de carros es un éxito económico.

Pero, en la Revolución es un indicativo de que no hemos logrado instaurar la nueva relación social, no hemos conseguido mudar la esquizofrenia del consumismo que lleva al desastre planetario, que persistimos en intentar la solución individual de los problemas, relegando las soluciones sociales. En resumen, que no vamos por el camino de integrar a la sociedad.

Si creemos que el camino al Socialismo está en el aumento del consumo no esencial, en la satisfacción de necesidades de forma individual, en cubrir necesidades creadas artificialmente por el capitalismo, entonces, lo que construiremos es una ilusión de avance, y al final, tal como lo dijo el Che, nos percataremos que erramos el camino y dimos vuelta en círculo para llegar al mismo capitalismo creador de miseria que queríamos superar.

Si cometemos el error de competir con las estadísticas del pasado capitalista, que sólo miden la carrera demencial del consumo y la transformación material que favorece a ese consumo, estaremos reafirmando a un humano que sólo tendrá dos alternativas: ser aplastado en sus mejores potencialidades, convertido en una lamentable máquina mercantil, o condenado a ser despojo excluido de la civilización, un regresado a la época de las cavernas. Y al final lo que estaremos cavando es la profundidad de la sepultura del Socialismo, del nuevo mundo que pretendimos construir.

El planeta reclama un cambio de rumbo que sólo el Socialismo le puede dar, dejar la senda de la valorización del humano por las cosas que posea, y valorarlo por la espiritualidad que sea capaz de expandir. Es decir, el mundo reclama una sociedad donde la base de la relación humana no sea lo material, el poseer, sino lo espiritual, el ser, donde el hombre no exista por lo que atesore de material, sino por lo que cultive de espiritual.

En resumen, decimos que lo espiritual, la relación humana basada en el amor, la fraternidad, el desarrollo de las mejores condiciones espirituales del hombre, el arte, la ciencia, la cultura, sobre todo la conciencia de su pertenencia a la sociedad, son el objetivo central de la Revolución. Y lo material está justificado en la medida que contribuya a crear las condiciones para el desarrollo de la espiritualidad, nunca debe ser excusa para aplastarla.

¡Chávez es Socialismo y sólo el Socialismo salva a la humanidad!

NO ES UNA NECEDAD

Los que plantean la urgencia de construir el Socialismo, no están diciendo una necedad. Se trata de la vida del planeta que peligra por el llamado desarrollo capitalista. Ya hasta el G8, la agrupación rectora del mundo industrializado, lo acepta. Ellos al tiempo que admiten que la vida sobre el planeta peligra, no dan muestras de poder detener la carrera suicida.

El capitalismo no puede resolver el problema de la pobreza, de la miseria material y espiritual que él mismo produce. Entonces, construir con urgencia el Socialismo no es una necedad, es una necesidad urgente, cada segundo que pasa nos acercamos más al punto de no retorno, al punto que el daño ecológico es de tal magnitud que se hace irreversible.

Los que plantean que no es posible construir el Socialismo sin la hegemonía de la propiedad social de los medios de producción, no están diciendo una necedad. Sin esta hegemonía no es posible el Socialismo, porque no es posible que la sociedad planifique de forma centralizada su economía. En palabras del Che: “La idea de la planificación es un estado de espíritu condicionado por la posesión de los medios de producción y la conciencia de la posibilidad de dirigir las cosas, de quitarle al hombre su condición de cosa económica”.

Sólo con esa hegemonía de la propiedad social sobre los medios de producción, es posible instaurar la hegemonía de la conciencia del deber social. Es decir, que el hombre retome su condición de ser social, que pueda convivir en armonía con él mismo y con la naturaleza, y retome el camino del amor.

Quienes plantean que es necesario modificar la manera de consumir y la manera de producir para salvar al planeta, y que esto sólo es posible con el Socialismo, no están diciendo una necedad. El capitalismo, en su imperativo de expansión y de ganancia insaciable, tiene que generar un consumo demencial, para esto crea constantemente necesidades artificiales que justifiquen ese consumo. Ahora bien, en la medida que el consumo desatinado aumenta, el planeta se acerca a su agotamiento y a su desequilibrio deocialismo. Tenemos las cofinitivo.

Los que creen que es hoy y aquí en Venezuela, la oportunidad de dar al mundo el precedente que frene la carrera hacia el infierno, no están diciendo una necedad. En Venezuela tenemos la conexión amorosa Líder-Pueblo, que es condición necesaria para ir al Sndiciones materiales y espirituales para iniciar el camino. Es Venezuela centro de irradiación del ejemplo al resto del planeta. No hay tiempo para la parsimonia, el mundo espera por nuestro ejemplo, no es una necedad.

¡Hagamos el Socialismo Auténtico, no hay excusas, la humanidad lo exige!