27.4.07

FÁBRICAS Y SENTIMIENTO SOCIALISTA

El Socialismo es por sobre todo un sentimiento: el sentimiento de pertenencia a la sociedad, el sentirnos parte e hijos de la sociedad, querer que nuestro trabajo y nuestro anhelo tenga como único objetivo el bienestar de esa sociedad, que nuestra suerte esté ligada a la suerte de ella, y saber que ella, con sentimiento maternal, cuidará, no abandonará a sus hijos.

La lucha por el Socialismo es en definitiva la lucha de ese sentimiento socialista integrador de la sociedad, en lucha feroz contra el sentimiento capitalista, egoísta, individualista que la fragmenta.

El sentimiento de pertenencia a la sociedad es genético en el humano, sin embargo en el capitalismo está aplastado, he allí una de las causas de la peste que este sistema produce. El humano del capitalismo es un ser disociado, huérfano, en búsqueda incesante de sus semejantes, un ser perdido en un salón de espejos que sólo reflejan al capital.

Únicamente el Socialismo puede liberarlo de ese laberinto, de la alienación en que vive, y restituir su imagen de humano reflejada en otros humanos, todos integrados en sociedad.
Por ser el Socialismo un empeño social, las medidas socialistas, el camino socialista, debe tener carácter social, debe atañer a toda la sociedad. Explicamos.

Estudiemos un ejemplo que está al día: al formar fábricas de propiedad social, estamos dando un gran paso hacia la economía socialista, dejamos atrás los cantos de sirena de la cogestión, empresas de producción social, y otras variantes de propiedad capitalista.

Desde esas fábricas de propiedad social debemos irradiar sobre el resto de la sociedad la espiritualidad socialista, el destello anunciador de la reconstrucción de la sociedad, del sentimiento amoroso, de que el rencuentro del individuo con la sociedad tiene asidero real.

El extraordinario paso que significa la formación de empresas de propiedad social, debe ser el inicio de una marcha hacia zonas espirituales y materiales socialistas: Estas fábricas deben unirse, constituir una zona socialista nacional en la que se pueda hacer planificación de la producción y el consumo. No olvidemos que la planificación económica es la vía para que el humano controle su realidad. Con la planificación la economía deja de ser un azar y se convierte en una certeza.

Una de las características más importante de esas fábricas de propiedad social, es que deben ser Fábricas-Escuelas de trabajo voluntario, los empleados públicos, los estudiantes, los concejos comunales deben tener allí lugar para el trabajo voluntario. Porque es el trabajo voluntario la puerta de entrada hacia la espiritualidad socialista, es el terreno de formación del hombre nuevo.

El ejemplo que emane de esas fábricas debe convertirse en paradigma nacional, en soporte de la prédica del Motor Moral y Luces, en centro del debate sobre la construcción del Socialismo.

Esas fábricas serán un gran avance de la Revolución Bolivariana y deben ser aprovechadas en todo su potencial.

¡Chávez es Socialismo auténtico!

¡Con Chávez todo, sin Chávez nada!

¡La propiedad social, escuela de Socialismo!

HONOR A SACCO Y VANZETTI, ANARQUISTAS AUTÉNTICOS

Nicola Sacco nacido en la provincia de Foggia, Italia, el 23 de abril de 1891. Emigro a los Estados Unidos, donde trabajó como zapatero. Fue un orgulloso militante anarquista.

Bartolomeo Vanzetti nació en el Piamonte italiano en 1888. Llega a Norteamérica en 1908. Termina vendiendo pescado. Con ansias de leer y estudiar se quedaba de noche, después del trabajo, dormido sobre
los libros. Fue un orgulloso militante anarquista.

A estos luchadores los acusaron de un atraco a una fábrica de calzados, en el juicio quedó claro que se trataba de excusas para condenarlos por su consecuencia revolucionaria, por su anarquismo, por su profundo amor por la humanidad.

Oigamos las palabras finales de Vanzetti en el juicio que los condenó a la silla eléctrica, ellas reflejan la dimensión de estos revolucionarios excepcionales:

He estado hablando mucho de mi mismo y ni siquiera había mencionado a Sacco.
Sacco también es un trabajador, un competente trabajador desde su niñez, amante del trabajo (...).
Sacco es todo corazón, todo fe, todo carácter, todo un hombre; un hombre amante de la Naturaleza y de la Humanidad; un hombre que lo dio todo, sacrificó todo por la causa de la libertad y su amor a los hombres: su esposa, sus hijos, su persona y su vida.

El y yo jamás nos hemos llevado un bocado de pan a la boca, desde que somos niños hasta ahora, que no hayamos ganado con el sudor de la frente.
Jamás...

Ah, sí, yo puedo ser más listo, como alguien ha dicho; yo tengo más labia que él, pero muchas, muchas veces, oyendo su voz sincera en la que resuena una fe sublime, considerando su sacrificio supremo, recordando su heroísmo, yo me he sentido pequeño en presencia de su grandeza y me he visto obligado a repeler las lágrimas de mis ojos, y apretarme el corazón, (...) para no llorar delante de él: este hombre al que han llamado ladrón y asesino y condenado a muerte.

Pero el nombre de Sacco vivirá en los corazones del pueblo y en su gratitud cuando los huesos (...)de todos nosotros hayan sido dispersados por el tiempo; cuando vuestro nombre, el suyo, vuestras leyes, instituciones, y vuestro falso dios no sean sino un borroso recuerdo de un pasado maldito en el que el hombre era un lobo para el hombre (...).

Si no hubiera sido por esto yo hubiera podido vivir mi vida charlando en las esquinas y burlándome de la gente. Hubiera muerto olvidado, desconocido, fracasado.

Esta ha sido nuestra carrera, nuestro triunfo. Jamás en toda nuestra vida hubiéramos podido hacer tanto por
la tolerancia, por la justicia, porque el hombre entienda al hombre, como ahora lo estamos haciendo por accidente.

Nuestras palabras, nuestras vidas, nuestros dolores -¡nada!-.

La pérdida de nuestras vidas -la vida de un zapatero y un pobre vendedor de pescado- ¡todo!
Este momento final es de nosotros, esta agonía es nuestro triunfo.”

¡Honor a Sacco y Vanzetti, anarquistas auténticos!

LLEGÓ LA HORA DE LOS OBREROS Y DE SU IDEOLOGÍA

En Venezuela los clarines llaman a grandeza. Los aires de abril de 1810 soplan de nuevo sobre la Patria. Es hora de fundar mundos.
No son tiempos mezquinos, es la hora de los bravos que aman a la humanidad.
Pocas veces en siglos se presentan estos momentos trascendentes, la Patria vivió uno de estos relámpagos históricos en los días de su fundación: “trescientos años de calma no bastan”, “si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca” “Españoles y Canarios contad con la muerte aun siendo indiferentes. Fueron gritos que iluminaron el camino de la fundación de las naciones bolivarianas.
Hoy aquí, vivimos, sentimos, que la brisa arrecia hasta convertirse en huracán fundacional.
Esta etapa del camino que se inicia la madrugada del 4 de febrero de 1992 nos ha llevado a posibilidades de construir el nuevo mundo que sirva de ejemplo al resto de la humanidad.
Sabemos, se ha dicho muchas veces, que el camino del capitalismo es el camino del infierno, y también sabemos y sentimos que nosotros tenemos la posibilidad de superarlo, dando nuevos aires vitales al Proyecto Socialista Mundial.
Son momentos de audacia, como los de abril de 1810, o febrero de 1992. Tenemos que actuar con grandeza y desechar las intenciones morigeradoras.
En esta hora los obreros tenemos un papel estelar e insustituible, pero al mismo tiempo reclama despojarnos del economicismo que durante tantos años nos sirvió para resistir los embates de la oligarquía depredadora.
Ya no se trata de arrancarle migajas al capital, la meta no es la reivindicación pequeña. Ahora los obreros estamos frente a la responsabilidad de timonear la liberación de la sociedad toda, de fundar un mundo donde la fuerza de trabajo deje de ser una mercancía y se transforme en fuente de elevación del humano, donde el trabajo deje de ser una compulsión para ser actividad de realización humana.
Y a ese sueño no se podría llegar sin la ideología de la clase obrera que ya anida en el corazón de la Revolución Bolivariana: está en las Misiones, en la Misión Che Guevara, en la Misión Milagro, en Mercal, acciones todas guiadas por el ideal de sustituir la espiritualidad capitalista.
Nos falta mucho aun, el camino se dificulta más a cada paso, cada minuto reclama más disciplina, organización, grandeza, planificación, y esas son las cualidades resaltantes de la clase obrera, la Revolución las necesita.
La Revolución requiere de una Clase Obrera reencontrada con su papel histórico, que contribuya a la consolidación de las nuevas relaciones de propiedad social de los medios de producción, que deseche los cantos de sirena de las formas antisociales de propiedad, que irradie sobre el resto de la nación su ejemplo de conciencia del deber social, y que eduque en el trabajo voluntario, en el internacionalismo. Clase motora de la nueva moral y de las nuevas luces, ariete en el combate contra las desviaciones.
¡Chávez y la clase obrera son Socialismo!

26.4.07

¡MOVILIZACIÓN PERMANENTE!

La hegemonía cultural de la dominación está fijada en el alma del dominado con escarpias monstruosas.

La oligarquía emplea muchísimos esfuerzos para cincelar en la sociedad, de manera paciente y meticulosa, la conducta que permite la perpetuación del sistema. Todas las acciones sociales, desde la ciencia hasta la política, la música, la religión, todo está impregnado de las cadenas que nos atan al sistema.

Por supuesto, la política por ser esencia de la dominación, está fuertemente marcada por las conductas que reproducen al sistema. De allí que una de las tareas vitales de la Revolución es romper estos moldes de opresión. Expliquemos.

El sistema electoral fue el hilo de la tela de araña dominadora oligarca. Alrededor de las elecciones se construyó la política:

Se formaron partidos para las elecciones, la eficacia se medía por el número de votos que proporcionaba. Las acciones se tomaban con la vista en las elecciones, si daba votos era bueno, si restaba votos era malo, todo lo regían las encuestas y la publicidad.

Así, a la voluntad popular la convirtieron en retazos individuales egoístas que se expresaban sólo tras un biombo, meras manifestaciones aisladas. Con esa argucia pretendieron privar al hombre de su condición de ser social, lo despojaron de la hermosa condición humana de agruparse hombro a hombro para conseguir un objetivo.

¡El hombre aislado de otros hombres es inofensivo! Esa fue la gran conquista de la oligarquía sobre el Pueblo, aislarnos en fragmentos. Ese fue el logro de la manera oligarca de hacer política.

Ahora bien, esa manera oligarca de hacer política, de medir los actos, nos habita, todos nos hemos formado en un ambiente fuertemente embebido de esos valores. Por esta razón, erradicar esa espiritualidad es una tarea conciente. Todos los días debemos detectar, y extirpar la forma política oligarca que intenta renacer, expresarse dentro de la Revolución y en nosotros mismos.

El mejor antídoto contra este narcótico es la movilización de la masas, de forma conciente, informada, alrededor de objetivos políticos altruistas. Movilización y organización permanente debe ser la consigna.

No podemos caer en la tentación de sustituir la movilización por declaraciones de los funcionarios, ni por avisos de prensa, ni cuñas de televisión, nada debe sustituir a la movilización popular.

Cada problema político debe ser evaluado a través del cristal de la movilización. Valgan ejemplos:

La grosera libertad de Posada Carriles que sin duda es una afrenta para nuestro país y para todos los hombres honestos del planeta, tuvo una respuesta en la digna postura de nuestros funcionarios, pero no hubo movilización del pueblo, no supimos transformar esa afrenta en popular indignación antiimperialista.

Hoy frente a la agresión terrorista a la embajada de Bolivia deberíamos manifestar masivamente contra el terrorismo y en apoyo a nuestra política internacional.

La política oligarca tuvo una consecuencia: los dirigentes crearon su propio mundo y se aislaron del mundo de las masas, razón de más para luchar contra ella.

¡Movilizando se forma la Conciencia Socialista!

¡Chávez es Socialismo!

25.4.07

PDVSA REFLEJO DE SU ENTORNO

Ya sabemos que la petrolera aporta renta utilizando poquísimos trabajadores, que la construcción de la conciencia ocurre principalmente en su entorno, no en su interior. Entonces, la conciencia de PDVSA dependerá de la conciencia que construyamos en el entorno.
Es de allí, de la periferia, que emanará la conciencia que impregnará a la petrolera. Si esta conciencia es capitalista, tendremos necesariamente en corto tiempo el retoño de la meritocracia.
De aquí que es necesaria una sociedad con profundos valores socialistas, integrada, con conciencia social, para poder tener una empresa petrolera socialista, o una CVG socialista, o cualquier empresa socialista. Sin eso no es posible ni siquiera una industria patriota, nacionalista, sin esas condiciones indefectiblemente cosecharemos una industria meritócrata transculturizada.
Podemos resumir diciendo que la petrolera, como cualquier otra fábrica, sólo podrá ser socialista si su entorno, si el sistema que la rodea, es socialista. Pero será capitalista si su entorno, si el sistema que la rodea, es capitalista.
El Socialismo es un sistema, de allí que sólo puede ser socialista todo el sistema, no sus partes aisladas, no una empresa aislada, porque será el entorno quien generará la conciencia. Así, una fábrica tiende a adquirir la conciencia que emana de su entorno.
En Venezuela, en cien años de explotación petrolera se usó la renta para estimular el capitalismo, eso trajo como consecuencia un entorno capitalista y una industria meritócrata, reflejo del capitalismo que la rodeaba. La renta así mal invertida deformó la relación de la sociedad con el trabajo, distorsionó la conciencia social.
Somos un Pueblo que ha perdido, a la sombra del petróleo, la disciplina, la constancia. Las clases sociales no se establecen por su relación con el trabajo, sino por su relación con la renta petrolera. Esta característica nos hace inéditos.
La conciencia de las clases humildes, base humana de la Revolución, no es la conciencia del explotado (lo roban en la acción del trabajo), sino la conciencia del despojado (lo privan de la riqueza a que tiene derecho).
La conciencia y la reacción frente al despojo es individual, personal, egoísta. Por el contrario, la conciencia frente a la explotación es organizada, disciplinada, la acción es colectiva, la visión es social.
Esta situación plantea un reto colosal a los revolucionarios, conducir a esta base social a niveles de disciplina, de trabajo social, organización, conciencia del deber social, que sean compatibles con la construcción del Socialismo.
Esta tarea requiere la construcción de una organización vanguardia de la Revolución que agrupe a los más concientes, que sea ejemplo de moral socialista, que guíe a las grandes masas hacia niveles de conciencia y participación, y al mismo tiempo recoja de ellas sus inquietudes, sus enseñanzas para enriquecer la teoría de la Revolución venezolana. Y hace necesario, quizá más que en ninguna otra parte del mundo, que las acciones revolucionarias, las económicas y las espirituales, se dirijan a la formación de la conciencia revolucionaria, la conciencia del deber social.
¡PDVSA socialista en un entorno socialista!
¡Al partido deben ir los mejores!
¡Chávez es Socialismo!

24.4.07

INFLUENCIA ANARQUISTA EN LA FORMACIÓN DE PARTIDO ÚNICO

La discusión del partido único se ha abordado desde dos ángulos:

Uno, los que no acuden al llamado del Comandante, es el nivel de la mezquindad invocadora de mil excusas, unas ridículas, otras un poco más serias, todas simples justificaciones de los que desde la soberbia piensan que estarán protegidos de las vicisitudes de una Revolución si permanecen tras unas siglas.

En el fondo no tienen confianza, ni en el Socialismo, ni en el Comandante, buscan nuevos respiraderos para seguir flotando en el mar del oportunismo.

El otro nivel, es el más necesario, el de la discusión seria. Discusión que debe comenzar desde ahora y ser el alma de la nueva organización. A ese nivel van destinadas estas reflexiones. Veamos un poco de historia.

Las respuestas que la pequeña burguesía dio a la derrota de las décadas del sesenta, setenta y ochenta, osciló entre el escepticismo, el olvido de sus viejas prédicas, y los más tenaces fueron a parar a una especie de anarquismo tropical que les permitió renunciar a su obligación de liderazgo.

La esencia del anarquismo tropical que nos emponzoña es negar a la masa su vanguardia, no consideran a la vanguardia parte del Pueblo, sólo consideran Pueblo a los que no han adquirido conciencia revolucionaria. De esta manera blindan al sistema, ya sabemos que Pueblo sin vanguardia sólo es capaz de jacquerie, pero nunca de Comunas, es capaz de motines tipo 27 de febrero, pero nunca de acciones políticas tipo 4 febrero.

Cuando surge la Revolución Bolivariana, la ideología de la pequeña burguesía anarcoide impregna al proceso y comienza a hacer su labor de desviación y distracción del rumbo.

¿Cómo se expresa el anarquismo en la presente etapa?

El Comandante ha dado un paso muy importante con la convocatoria a la formación del partido.

La necesidad del partido surge de la convicción de que los niveles de conciencia revolucionaria en la masa son desiguales: unos alcanzan altos niveles de conciencia de forma rápida, a otros les cuesta más. De aquí que la principal característica del partido es agrupar a los de mayor conciencia para ayudar al resto de la población a avanzar.

Siendo así, se desprende que la formación del partido donde la meta sean millones de inscritos en el menor tiempo posible, donde el único requisito es pasar la captahuella, es una contradicción con el concepto que da origen a la necesidad de un partido revolucionario, y es señal de una fuerte tendencia anarquista que debe ser sometida.

El Partido Único Socialista tiene que agrupar a los mejores, a los que el Pueblo reconozca como los mejores, a los que por su comportamiento y trayectoria prefiguren a la sociedad que queremos construir, a los que garanticen que por sobre todas las dificultades seguirán el camino del Socialismo.

¡Pertenecer al partido es un honor que debe ser conquistado con el comportamiento diario. Esa es la meta!

¡Chávez es Socialismo!

23.4.07

LA CONSTRUCCIÓN DE LA HEGEMONÍA SOCIALISTA

Una Revolución es una sustitución de la hegemonía espiritual y de las relaciones materiales que caracterizan a un sistema.
Hoy, es la sustitución de la hegemonía de la espiritualidad y materialidad antisocial del capitalismo, por la hegemonía de la espiritualidad y materialidad social del Socialismo. Es integrar la sociedad que ha sido fragmentada por el capitalismo y la recomposición de las relaciones amorosas perdidas. Este es el fin último de la lucha revolucionaria.
La sustitución principal es la espiritual, porque es la espiritualidad el escenario de las relaciones y las luchas humanas.
La formación de la espiritualidad revolucionaria, tiene dos fuentes principales:
Primera fuente, el mensaje, el discurso y el ejemplo desde el gobierno, desde los líderes y centros de dirección de la Revolución.
Segunda fuente, el soporte del mensaje en la realidad, en la economía, que es el establecimiento de relaciones de propiedad social de los medios de producción, lo que permite una nueva relación con el trabajo, que deja de ser una mercancía, esencia del capitalismo, para ser un acto de realización, de elevación del humano. Sin este soporte en la realidad, el mensaje quedaría en el vacío.
En Venezuela la construcción de la hegemonía socialista tiene características únicas. Se presenta una peculiaridad en la construcción de la hegemonía de la conciencia revolucionaria, de la conciencia de pertenencia a la sociedad. Veamos.
Es un país donde la industria petrolera suministra lo fundamental de la riqueza de la sociedad, y al mismo tiempo tiene poquísimos trabajadores, alrededor de cuarenta mil.
Esta característica, donde la industria petrolera aporta la riqueza pero no es la base material hegemónica (porque, al no determinar la relación de la sociedad con el trabajo, no soporta la hegemonía espiritual socialista), nos indica que debemos construir el cimiento real, una nueva relación de la sociedad con el trabajo. De la forma como la sociedad se relacione con su trabajo, así se relacionarán sus miembros. De allí la importancia revolucionaria de la inversión de la renta. Expliquemos.
Si se invierte en formas económicas nosocialistas: capitalistas, cooperativas, cogestión, empresa de producción social, etc., se impide el acoplamiento de la economía con la conciencia integradora socialista, porque la economía está fragmentada en unidades de egoísmo colectivo que no la soportan.
Por el contrario, si se invierte en formas económicas de propiedad social de los medios de producción administradas por el Estado, sentamos las bases para dos pilares fundamentales del Socialismo.
Uno, la posibilidad de la verdadera planificación central de la economía, única forma de que la sociedad tome cuenta de su destino.
Y dos, al asentar el discurso sobre esa economía integradora, le damos coherencia a nuestro Socialismo.
Las fábricas que nazcan bajo el manto de la renta, tienen que ser Fabricas-Escuelas donde impere una nueva relación del humano con el trabajo, una relación no de venta del trabajo a otros hombres, sino de rescate de su valor dignificador.
¡Por exceso de propiedad social no peligra la Revolución, pero su carencia la mata!
¡Chávez es Chávez!