26.1.08

LA ADVERSIDAD Y LA CORRECCIÓN

En tiempos de viento en popa, de velas henchidas, de altos puntajes en las encuestas, cuando el horizonte se presenta límpido, en esos tiempos sobran las adhesiones y parece que todo va bien, hasta los errores son buenos, nada se critica, todo es apoyo y ¡ordene!

Pero cuando el cielo anuncia tempestad, cuando la varita mágica perdió energía, cuando las encuestan no muestran los números de otrora, entonces hasta los patarucos quieren cantar como gallos finos. Surgen las desavenencias, algunos descubren que el Socialismo es “totalitario”, a otros les parece que es necesario una constituyente, y los saltos de talanqueras se ponen a la orden del día.
El apoyo cede lugar a la búsqueda desesperada de asideros materiales, las candidaturas subalternas pululan y se amparan en cualquier pretexto banal, aparece la zancadilla, el argumento felón, la argucia mezquina, las bajas pasiones.
Los apoyos comienzan a desvanecerse en mil excusas tontas, hasta la leche que no hace espumita es motivo para la deserción, abundan los políticos de gradas, a los que nada les cuadra.
Y, asombrosamente, la autocrítica desaparece cuando más se necesita. Así, lo que va mal se calla, se tapa, o se quiere resolver en aires de desespero. El desespero, la conducta del avestruz, toma cuenta de las actividades.
Son tiempos de adversidad, son tiempos de probar el temple de los revolucionarios.
Si revisamos la historia, se ve con claridad que esos tiempos son los que definen los caminos y a los hombres. Simón Bolívar supo transformar la caída de la primera República en la Campaña Admirable. Fidel transformó la derrota brutal de Alegría del Pío en la entrada triunfal en la Habana. Chávez transformó el 4-F en victorias para la Revolución Bolivariana.
Transformar las adversidades en victorias es la clave de las revoluciones, los revolucionarios deben saber conducir las crisis por rumbos revolucionarios.
¿Qué debemos hacer los revolucionarios en esta hora?
Primero, aceptar que estamos en época de adversidad, no esconder la realidad, sólo aceptándola podremos tomar las correcciones.
Debemos reforzar la lealtad con el líder de la revolución, con el Comandante Chávez, por sobre todos los motivos, lealtad debe ser la consigna.
Debemos jugar cuadro cerrado con Chávez, debemos ir más allá de la lealtad, debemos tener fe en el líder, por encima de las incomprensiones, cuadro cerrado y rodilla en tierra con el Comandante.
Una revolución no es posible sin un líder, y un líder con la fuerte conexión del Comandante con el pueblo surge pocas veces en la historia de una nación.
Esta conexión es objetivo del imperio y de los oligarcas locales. Todo su aparato mediático de deformación está puesto al servicio de debilitar esa conexión, que saben es la principal fortaleza de la Revolución. Sus mejores manipuladores psíquicos inventan diez mil mentiras para debilitarla, mentiras, exageración de errores, aumento de situaciones deficientes, rumores, de todo han hecho y harán para sacar a Chávez del corazón del pueblo.
Hoy más que nunca la consigna es ¡irreverencia en la discusión lealtad en la acción!
¡Sólo el Socialismo salva, Chávez es Socialismo!
¡Aquí no se rinde nadie!

25.1.08

EL GRAN SALTO

Los místicos hablan de iluminación: es una especie de rompimiento con la realidad común, y la entrada en otra realidad, un encuentro con la verdad luminosa, con la realidad sin intermediarios, dicen que no se puede explicar, pero que existe.

Algo así es la Revolución: un rompimiento con la realidad que nos creó, y un salto a una nueva realidad superadora de la vieja, refutadora, opuesta y, a la vez, la misma, que debe ser construida desde el pasado, pero no es el pasado.
El salto, la iluminación social, la Revolución , el nirvana del Pueblo, tiene muchos enemigos, muchos efugios, pero sin duda el mayor obstáculo es romper con las estructuras mentales, los canales de razonamientos, las satisfacciones psíquicas que antes sustentaron lo viejo y ahora se oponen al gran salto. Veamos.
La dominación capitalista se ha sofisticado, se mimetiza de tal forma que no la percibimos.
Nosotros comprendemos bien que la esclavitud era infame, y debía ser superada, lo mismo del feudalismo, hasta entendemos que la monarquía es añeja. Sin embargo, no entendemos que el capitalismo es igual de perverso, tiene la misma esencia que el feudalismo y la esclavitud. Esa dificultad de comprensión se fundamenta en la manipulación mental que el sistema ha hecho sobre la sociedad.
Nos presentan el funcionamiento de la sociedad como algo que siempre ha sido y siempre será, se entiende como la única posible, y sus reglas, valores, costumbres, como inamovibles, insuperables.
Por eso, nuestra Revolución esta habitada de miedos y frenos al gran salto.
Por ejemplo, no salimos de la trampa electoral: la única manifestación de la voluntad popular que aceptamos es el criterio de la mayoría, expresado después de una campaña de mercadeo tras un biombo que nos aísla. Desmeritamos así al Pueblo combatiendo en la calle.
La libertad se nos ha convertido en un concepto castrador. El capitalismo nos agrede en lo político, en lo social, en lo económico, y nosotros, en nombre de una libertad boba, respondemos con un equilibrio y una parsimonia propia de narcotizados.
El capitalismo nos crea desabastecimiento, y nosotros no lo acusamos ni lo combatimos. Al contrario, intentamos soluciones sin lesionar al enemigo, todo en aras de mantener una “libertad” que ellos no ejercitan y que a nosotros nos castra.
Los medios de deformación oligarcas son verdaderas cañoneras que veinticuatro horas al día nos bombardean, y nosotros, en pro de la libertad de expresión de los capitalistas, los “atacamos” con el “equilibrio”.
La única libertad que debemos aceptar, es la libertad de los constructores del Socialismo.
A los enemigos de las grandes mayorías, a los que nos quieren condenar a la miseria espiritual y material, a los capitalistas, “ni tantico así”.
Estos son sólo algunos ejemplos. Estamos poblados de anclajes en el pasado que no nos dejan avanzar. Es necesario subirnos a un huracán, romper con las cadenas del pasado y emprender la hermosa aventura del Gran Salto.
¡Solo el Socialismo salva a la humanidad, Chávez es Socialismo!
¡Aquí no se rinde nadie!

24.1.08

EL PROBLEMA DE FONDO

El problema de fondo, el que da origen a otros problemas, ese es el que hay que resolver en época de crisis. Cuando las dificultades abundan, prosperan y retoñan, cuando las tareas se complican más de lo normal, entonces es hora de buscar el problema de fondo.

Si pretendemos solucionar sólo las consecuencias y no la causa, entonces, los inconvenientes, contrariedades, complicaciones, incumplimientos, errores, superarán nuestra capacidad de solución. Por ese camino inevitablemente la Revolución y sus dirigentes se desgastarán.
¿Cuál es el problema de fondo?
El proyecto hegemónico en esta etapa de la Revolución Bolivariana , postula en lo económico un hibrido entre el capitalismo y el Socialismo, una suerte de capitalsocialismo, donde el Estado administrador de la renta petrolera estimularía la formación de capitalismo, y controlaría su voracidad, es decir, se encargaría de hacer un capitalismo humano, bien comportado. Simultáneamente el Estado crearía empresas de propiedad social que competirían en el mercado capitalista, y se encargarían de la beneficencia social.
Ese modelo tiene su correspondiente político en la búsqueda de un pacto con la oligarquía, y su correspondiente social en el aumento de la fragmentación de la sociedad en consejos comunales aislados.
¿Cómo se ha comportado el modelo en la realidad?
El hibrido “capitalsocialismo” tiene una dinámica de enfrentamiento, el capitalismo es imposible de controlar, necesita ampliar cada vez más su espacio y sus ganancias. Esa es fuente principal de enfrentamiento.
En este forcejeo contra el “Estado Controlador” las formas capitalistas esconden los alimentos, escamotean la calidad, desvían productos para donde les de más ganancia, siembran lo que les conviene, explotan lo que les de ganancia, fabrican lo que de más dinero, la renta es su divisa.
Otra fuente de conflicto es la necesidad del capitalismo de ahogar económicamente a las formas socialistas incipientes. Con ellas choca en la disputa de espacios de ganancias, las sienten como una amenaza y las ataca desde temprano.
Pero el enfrentamiento más importante y dañino es en el campo de la conciencia, allí las debilidades con el capitalismo, las ambigüedades en la relación capitalismo y Socialismo estimulan enormemente la conciencia capitalista, en la masa, en el gobierno y en los dirigentes. Se arraiga así una ética y una moral capitalista que es mortal para el Socialismo.
Este enfrentamiento entre el capitalismo con el incipiente Socialismo origina los problemas sin solución que hoy confrontamos y son prueba irrefutable del fracaso de la propuesta de “capitalsocialismo”.
Las dificultades sólo se resolverán si desechamos la ilusión de convivencia estratégica con el capitalismo y aceleramos la marcha al Socialismo, porque Sólo la Conciencia Socialista nos hará suficientemente fuertes para afrontar los problemas de su construcción.
El Pueblo sólo tendrá comprensión de los problemas que confrontamos y acompañará su solución si toma conciencia de que con el capitalismo no es posible pacto estratégico, sino sólo una coexistencia necesaria en el período de transición caracterizada por un feroz enfrentamiento entre los dos sistemas.
¡Aquí no cabe ni sucesión ni restauración, sólo Chávez!
¡Aquí no se rinde nadie!

23.1.08

UN PLANETA SIN DULCE

Recientemente hicimos un viaje a Mérida que nos dejó alarmantes enseñanzas planetarias. Narremos.

Salimos de Caracas un viernes a buena hora para emprender camino que estimábamos de diez a doce horas.
En la Valle-Coche, la autopista que da entrada a la ciudad desde el centro del país, recibimos el primer asombro: el canal contrario al nuestro era un estacionamiento gigantesco, kilómetros de carros detenidos y millares de niños a su alrededor vendiendo, suponemos, de todo, desde comida hasta medicinas.
Alguien nos dijo que ese estancamiento puede durar horas, que hay mucha gente que vive allí, dentro de sus carros se afeitan, se maquillan, oyen noticias, música, pelean, se contentan, y todos aislados en sus cápsulas son enemigos, capaces de violentas agresiones sólo por avanzar algunos centímetros. El resto del tiempo trabajan, y van a sus casas de carrerita.
Continuamos viaje, agradeciendo que fuéramos en dirección contraria, y desarrollamos más velocidad. A los pocos minutos nos encontrábamos en un estacionamiento, y vivimos en carne propia, o mejor, en carro propio lo que acabábamos de ver al salir de Caracas. Aquella situación con algunos alivios se mantuvo por prácticamente todo el viaje, que concluimos después de veinte horas.
No estábamos preparados para vivir en nuestra cápsula, que no tiene aire acondicionado, y no nos quedó otra opción que invocar la calma y observar y pensar un poco.
Comprendimos a los que dicen que "civilización que quema el petróleo no es viable, y gritan por la urgencia de cambiar radicalmente el rumbo, la manera de vivir".
Esta comprensión se agudizaba cuando el carro estaba detenido, y se nos olvidaba después de los cien kilómetros por hora que algunas veces alcanzábamos, entonces nos convencíamos que la situación no era tan mala, que eso de recalentamiento global no era para nosotros, que la contaminación se exageraba, que el mundo seguía adelante a pesar de los agoreros “ecologistas”.
En el páramo merideño, cerca de la aldea de Cacute está La Casita de la Miel , que hace muchos años vende la ambrosía, y es parada obligatoria de los turistas más conocedores, allí el producto es honesto.
Nos detuvimos a comprar, y encontramos la tiendita desolada, no había miel, sólo caras tristes como si el mundo se estuviera acabando, y miradas de compasión por los que pasaban aislados en sus cápsulas y no percibían el peligro.
Preguntamos: ¿cuál es el problema con la miel.
Nos respondieron: "el problema es con el planeta, los dioses retiraron la miel como castigo por las agresiones que el hombre hace a su universo. Se acaba la miel en el mundo, se mueren las abejas, las flores no tienen néctar, se seca la tierra".
No sabemos si creerlo o no, pero nos entró un frío en el alma.
Y comprendimos lo inmenso que es el problema humano, y la inmensa responsabilidad de los que ven más allá de la cápsula.
¡No hay atajos: ¡Socialismo auténtico o el planeta muere!
¡Sólo el Socialismo salva, Chávez es Socialismo!

20.1.08

EL 23 DE ENERO Y LA ENTRADA A LA HABANA

El futuro de una Revolución depende de la comprensión correcta de los fenómenos y procesos anteriores, quien sepa leer la historia transita caminos de éxito.

En otras oportunidades hemos mostrado nuestra discrepancia con la común interpretación del 27 y del 4 de febrero. Hoy nos referiremos a dos fechas que marcaron la segunda mitad del siglo pasado y que aún determinan nuestro destino. Veamos.
Dos acontecimientos que determinan nuestra historia ocurrieron comenzando la segunda mitad del siglo pasado: Enero del 58 y Enero del 59. Marcan dos antagónicos caminos que aún disputan el futuro de este Pueblo y del continente.
Enero del 58, la dictadura de Pérez Jiménez entra en turbulencia y aquella inestabilidad abre posibilidad a un cambio político. Las fuerzas revolucionarias muy débiles ideológicamente, presas del etapismo heredado de la Internacional, fueron capaces de plantear una alianza de las fuerzas contrarias a la dictadura y derrocarla el 23 de enero. Pero fueron incapaces de avanzar de la simple mudanza, de la forma de dominación oligarca. Se cumplió con éxito la primera etapa, el derrocamiento de la dictadura, pero el proceso revolucionario fue estrangulado por una política incorrecta.
Los revolucionarios influenciados por la pequeña burguesía no pudieron avanzar y se empantanaron en una alianza con los representantes políticos oligarcas. Esta alianza, este pacto con la oligarquía nos condujo a medio siglo de pacto de punto fijo, a una recomposición de la dominación oligarca y los revolucionarios tuvieron que ir de nuevo a las catacumbas.
En contraste, en Enero del 59, Fidel entra en La Habana, la Revolución Cubana triunfa, no hay pacto con la oligarquía, los socialdemócratas cubanos se refugian en Miami, y el Socialismo Cubano ilumina al mundo desde la mayor de las antillas.
El 58 fue una Revolución traicionada, frustrada, mal conducida por los revolucionarios profundamente desviados a la derecha.
El 59 marca el rumbo de la Revolución verdadera, audaz, extremista, posible, realista, esperanzadora.
Hoy en Venezuela es muy importante la comprensión de estas dos fechas. Hay una fuerte corriente dentro de la Revolución que propone reeditar al 58: hacer pactos con la oligarquía, tal como los hicimos en aquel momento, frustrar la esperanza. Es la misma pequeña burguesía que nos hundió en el pasado, que no puede avanzar y que cumple muy bien su papel de bombera de la historia, de frustradora de sueños y de posibilidades revolucionarias.

Esta Revolución tiene suficientes antecedentes históricos como para no caer en la trampa de la reconciliación suicida, la experiencia del 23 de enero nos indica que Revolución no puede pactar con oligarquía porque perece.
La historia nos dice que el camino es profundizar la Revolución, concientizar al Pueblo, organizarlo.
El Camino de la ambigüedad trae siglos de desgracia al Pueblo, por el contrario el camino de la consecuencia revolucionaria nos lleva a la mayor suma de felicidad posible.
¡Aquí no cabe ni sucesión ni restauración, sólo Chávez!
¡Aquí no se rinde nadie!