29.11.08

MÁS ALLÁ DE LOS NÚMEROS

Más allá de los números, vayamos a la realidad: amanecimos hoy con la oposición oligarca entusiasmada con un enclave formidable para impulsar su política, sus planes contrarrevolucionarios. Conquistaron la Alcaldía Mayor, Miranda, Táchira, conservan Zulia. Esa es la realidad, debemos conocerla, reconocerla, y a ella dar respuesta.
Vienen un recrudecimiento del enfrentamiento entre los dos proyectos que pugnan por la dirección de la sociedad, o dicho en otras palabras, la lucha de clases, la lucha entre los humildes y los oligarcas se agudiza.
Cabe preguntar:
¿Cómo se presentará ahora la lucha, cuáles serán sus características?
Sea cual sea la forma que adopte la batalla ésta se decidirá a favor del campo que tenga más consistencia ideológica, el que tenga su proyecto mejor definido, condición previa para instalarlo en el alma popular. Esto es válido para la oligarquía y con más fuerza para el campo revolucionario. Quiere decir que la batalla será decidida en el campo ideológico, serán las ideas correctas las que guiarán las acciones correctas.
El enemigo oligarca seguirá, en principio, el patrón que le ha dado buenos resultados: pondrá el énfasis en la eficacia, en los llamados a la unidad de todos, a desdibujar, desprestigiar, calumniar al proyecto socialista, a plantear la disputa entre hombres, estilos, entre gestiones locales y no entre proyectos de sociedad.
Esta intención tienen los llamados al dialogo, la aceptación de las misiones y de los consejos comunales, la presentación de los chavistas como camorreros.
Al mismo tiempo amenazarán con la crisis mundial, y allí afianzan sus llamados al diálogo y a la concertación.
Este plan oligarca sólo se puede enfrentar desde la ideología: reforzando nuestro concepto de Socialismo, derrotando la ambigüedad, mostrando al Socialismo como verdaderamente eficaz, y al capitalismo como un sistema que en definitivas cuentas sólo es eficaz en las apariencias, eficaz para las ínfimas minorías, los privilegiados, y miserable para las grandes mayorías, que lleva a la humanidad por el camino de la extinción.
Es necesario, entonces, reforzar la ideología socialista, y también la fe en el Socialismo, restearnos con él, en la práctica y en la teoría, profundizar el estudio. En resumen, prepararnos para el combate ideológico, y darlo con fuerza y decisión, como el que defiende la vida.
El Socialismo debe entrar en combate con fuerza, también en lo económico, demostrar con firmeza que la propiedad social de los medios de producción administrada por el Estado es la única salida a la crisis capitalista.
Que los pactos propuestos por los empresarios, los de adentro y los de afuera, sólo servirán para llenarles los bolsillos y yugular el Socialismo, la Esperanza.
Debemos afinar la organización del pueblo, la social y la política. Transformar al partido en un poderoso instrumento para la guía del pueblo y para la batalla ideológica. Y a los consejos comunales en un tejido social capaz de defender a la Revolución, al Socialismo, al Comandante Chávez, que es defender al pueblo.
¡Chávez es Esperanza Socialista!

28.11.08

PACTOS, DIFERENCIAS, SOCIALISMO

Después de las elecciones de noviembre el nuevo paisaje político comienza a perfilarse, adquiere rasgos nítidos.
La derecha que obtuvo victoria en el centro político del país, despliega la siguiente fase de su plan político: tienden la mano buscando pacto, conciliación… ahora Chávez no es un ogro dictador, al contrario, es un gobernante con el que se puede colaborar. Jorge Rodríguez será bienvenido en las reuniones convocadas por Ledezma en la alcaldía mayor.
Por nuestra parte, nos distraemos discutiendo si 17 gobernaciones son más triunfo que 5 gobernaciones, si el mapa tiene más rojo que azul. Olvidando que la política se decide en la práctica, que la realidad se impone al discurso. Así descuidamos la respuesta al plan oligarca. Estudiemos los pasos del enemigo.
¿Qué se esconde en esta posición engañosa de la oligarquía?
La opción de confrontación violenta fue sustituida por la posibilidad conciliadora, en ella coinciden todos los portavoces oligarcas, tiene que ser así, es una instrucción de la embajada gringa.
La conciliación, la concertación, el pacto es un recurso para mediatizar a la Revolución. Se apoya en los sectores más débiles del campo revolucionario, se cuela por las grietas ideológicas, se alimenta de los reveses circunstanciales que adquieren características de debacles estratégicas en el corazón de los ambiguos.
Cuando la colaboración es la meta, el avance revolucionario se estanca porque irrita a los posibles aliados, los cambios se adormecen, las metas se disminuyen, Así poco a poco todo se desdibuja, la Revolución se convierte en estuche reluciente sin contenido, en modo de sobrevivencia.
Esta opción conciliadora funciona cuando hay marcada debilidad ideológica en el campo revolucionario, es allí donde debemos combatir esta manera sutil, pero peligrosísima de agresión.
Lo primero que debemos mostrar es la profunda diferencia del Socialismo con el capitalismo, la imposibilidad de convivencia estratégica entre los dos sistemas, la necesidad vital de construir el Socialismo.
Los oligarcas plantean que viene una crisis, eso es verdad, es la crisis del capitalismo mundial. Ellos proponen la concertación para superar esa crisis, nosotros decimos que sólo el Socialismo, que es un cambio de cultura, de paradigma de producción y consumo, de visión del mundo, puede superar la crisis que es producida por el capitalismo, la crisis sólo se resuelve con más Socialismo.
La Revolución se debilitará si cae en la celada de estos lobos disfrazados de caperucitas, y cuando estemos débiles la bestia fascista sacará sus garras para acabar con la Esperanza.
La única manera de zafarnos de la emboscada oligarca es profundizar el Socialismo, avanzar en la creación de Conciencia del Deber Social, ampliar la zona de Propiedad Social de los medios de producción. Confrontar al capitalismo como causante de los males sociales, denunciar su carácter de principal enemigo de la humanidad.
Diferenciarnos claramente del fraude capitalista, demostrar que el Socialismo es más eficaz porque tiene como centro al humano y no a la ganancia, que los oligarcas no son democráticos, la única democracia verdadera, es la democracia socialista.
¡Chávez es garantía Socialista!

27.11.08

CORREGIR

La Revolución Bolivariana es vital para el destino de la sociedad venezolana, del continente y de la humanidad. Su importancia transciende a la nación, esto nos coloca frente a una responsabilidad enorme.
La tarea de la Revolución es producir un cambio profundo en la sociedad, un cambio de cultura, de manera de relacionarse el hombre consigo mismo y con la naturaleza. Cambio indispensable para corregir el rumbo autodestructivo que bajo el capitalismo lleva la humanidad.
De allí que los revolucionarios no podemos conformarnos con triunfos similares a la cuarta, cuando los partidos se alegraban con el comportamiento “cívico” de la población, y se contentaban con ganar elecciones de cualquier manera, aun por mínima diferencia. Sustituían la realidad por las piruetas algebraicas, ganar era un asunto de mera matemática, un punto más era victoria.
Comprensible, allá se trataba de una “escaramuza”, de unas elecciones entre iguales, entre partidarios del proyecto oligarca. La Revolución es diferente, es una batalla entre proyectos antagónicos, donde no hay convivencia posible, entonces los criterios de victoria tienen que ser diferentes.
La Revolución debe ser sumamente exigente con ella misma, los criterios de triunfo deben ser diferentes y rigurosos.
Necesario es vencer, pero vencer muy bien, en los números, si ese es el caso, y siempre en la formación de conciencia, convencer a las grandes masas de lo imprescindible del Socialismo, educarlas en la ética socialista. Sólo eso nos permite avanzar. Revolución que se estanca se debilita peligrosamente.
Esta Revolución vive momentos estelares, tenemos gran fuerza popular, un líder que conserva su conexión con el pueblo. Más allá de las dificultades transitorias, esta Revolución está destinada a triunfar.
Ese triunfo depende de la capacidad de los más lúcidos, de los dirigentes, para diferenciar el proyecto socialista del proyecto oligarca, convencer al pueblo de esa diferencia, convencerlo de que ese es el único camino para su felicidad y para la supervivencia de la especie.
Instalar en el alma popular la necesidad del Socialismo con la misma fuerza que la necesidad de oxígeno para respirar. Sólo así acumularemos la fuerza para el triunfo verdadero. Formar el hombre nuevo a medida que construimos el Socialismo.
Son días de definición, es necesario superar la ambigüedad que nos desgasta. Son días de profundizar al Socialismo allí donde es vital: en el alma popular. No conformarnos con lo mínimo, hacer un buen gobierno, una buena gestión… el reto nuestro, la responsabilidad nuestra, es mayor: se trata de construir el Socialismo, de un cambio de cultura.
Los humildes deben estar al lado nuestro, allí debemos ser mayoría absoluta, de no ser así algo anda mal.
Si cuarenta por ciento de una zona humilde no nos acompaña, si ese porcentaje va en aumento, eso debe ser motivo de alarma, debemos investigar dónde está la falla y corregir. Con ese porcentaje en contra no construimos Socialismo.
Los resultados del 2 de diciembre y el 23 noviembre, deben ser el inicio de un ajuste en el rumbo de la Revolución.
¡Chávez es Esperanza Socialista!

26.11.08

SUSTITUCIÓN IMPRESCINDIBLE

Los resultados de las elecciones regionales de noviembre suministrados por el Consejo Nacional Electoral, ya permiten elaborar las grandes líneas de un análisis.
La situación se puede resumir así: la oligarquía capturó el centro político del país, Miranda, Caracas, Carabobo, y mantuvo el Estado Zulia, además obtuvo importante votación en otros Estados.
La Revolución perdió el núcleo nervioso del país, el lugar donde se decide la política desde la época de la independencia, perdió Caracas.
Además, la oligarquía manipuló a los humildes, y consiguió que eligieran a sus propios verdugos. El triunfo oligarca en Caracas se asienta en el voto humilde.
Es imprescindible un estudio riguroso de las causas de estos resultados para poder construir las correcciones necesarias.
Lo primero que debemos desechar es la tentación de ocultar la situación con piruetas algebraicas. Lo sensato es considerar las tendencias, y estas son claras: la oposición oligarca avanza y la Revolución retrocede en el alma popular, en el control político del país, esa es una tendencia clara, hacia allá se mueve el país, lo demás son autoengaños que no ayudan a revertir la tendencia.
Lo de diciembre 2007 y lo de ahora en noviembre de 2008, son señales de un mismo mar de fondo, tienen causa común, por eso es urgente estudiar los origenes y corregirlos, so pena de seguir cosechando derrotas y desgastándonos.
La causa primigenia de las derrotas es la ideología de la pequeña burguesía, cuyas propuestas políticas, económicas y sociales no son viables, no resuelven. Es ineludible sustituir esa ideología inservible.
Para eso debemos superar la fantasía anarcoide que la alimenta, que ignora los diferentes niveles de conciencia social de la sociedad, desconoce el papel de los líderes en la Revolución.
Es necesario desechar el colaboracionismo y aceptar la lucha de clases. Replantear el papel del partido en la construcción del Socialismo. Fortalecer el objetivo principal de la Revolución Socialista , que es rescatar el carácter social de la sociedad humana fragmentada por el capitalismo. El voto egoísta nos perjudica.
Y sobre todo tener fe en el Socialismo, el Socialismo debe estar en la escena siempre, no es un cliché para usar a veces, cuando pensamos que su presencia no irritará a los señores empresarios y a los sifrinos de la clase media.
A la clase media debemos tenderle la mano, siempre que se incorpore a la construcción del Socialismo, será bienvenida. Pero es un error tratar de ganarla haciéndole concesiones a su sistema de vida ambiguo y artificial, por ese camino, está demostrado, perdemos apoyo popular y no ganamos nada en la disociada clase media.
Es urgente retomar la formación ideológica, la concientización de la base social Bolivariana. La educación socialista debe ser una prioridad, todas las acciones de la Revolución deben tener este objetivo.
Contra la educación conspira la ideología pequeña burguesa que dice que el pueblo ya todo lo sabe, por tanto “el estudio y la organización son innecesarios”, de esta forma da pie a la improvisación.
¡Con Chávez Venceremos!

25.11.08

LOS RESULTADOS PRELIMINARES

Los resultados de las elecciones regionales aún no son completos para un análisis riguroso de la contienda, sólo permiten apreciar la superficie. Faltan datos. No obstante, podemos adelantar algunas contribuciones al necesario estudio que debemos hacer los revolucionarios.
Primero: los nosocialistas consiguieron importantes posiciones, esto hay que reconocerlo, no es sano hacer piruetas algebraicas que no convencen a nadie, ni ayudan a la comprensión.
Segundo: los socialistas perdimos importantes posiciones, claves para el desarrollo de la política Socialista.
Tercero: esta pérdida nuestra y esta ganancia de ellos, indica, es reflejo de una lucha más profunda, la lucha entre el Socialismo y el capitalismo.
Cuarto: la confrontación exigirá inteligencia nuestra, los nosocialistas consiguieron vía para desgastarnos, detectaron un flanco débil y por allí están obteniendo victorias, ya nos ganaron en diciembre. No es posible analizar noviembre sin estudiar diciembre, son dos expresiones de la misma situación.
Quinto: es evidente que nos están ganando en el campo de la ideología. Ese es el flanco que debemos fortalecer, cuidar.
¿Qué debemos hacer los revolucionarios?
Debemos ser realistas. Los revolucionarios tenemos mucha fuerza y grandes ventajas en esta confrontación del Socialismo contra el capitalismo. Veamos.
Los campos en pugna saben por qué están luchando, eso es muy importante, indica un avance en la madurez política, en la elevación de la conciencia del campo bolivariano. Nos señala que tenemos un pueblo maduro, dispuesto para el combate, esperando guía e instrucciones de sus dirigentes.
Tenemos un líder con una fuertísima conexión amorosa con el pueblo, con los humildes, un líder firme en sus convicciones y consecuente con su pensamiento. Siempre el primero a la hora de defender la soberanía de esta sociedad, el derecho que tenemos a construirnos como un país donde prevalezca la fraternidad.
Y algo que es muy importante, el Comandante tiene una alta capacidad de crítica, esto nos garantiza el primer requisito para afinar la ideología, que es el flanco débil que presentamos en esta contienda.
Debemos comenzar un proceso de reflexión que nos lleve a tomar medidas para fortalecernos, preparanos para los combates venideros.
No limitarnos a la agenda electoral, que es engañosa, por el contrario construir unas metas revolucionarias: elevar el nivel político del pueblo, de Conciencia del Deber Social, combate al egoísmo, organización verdadera y sincera, alejarnos de la burocratización de la política.
Por último, conservar la fe, el optimismo, la voluntad de luchar, recordar las palabras y el pensamiento de los grandes revolucionarios en la hora de las adversidades:
A Bolivar y su "haremos que nos obedezca." A Fidel en Alegría del Pío, "entonces triunfaremos". A Martí y su idea justa desde el fondo de una cueva, capaz de derrotar ejércitos. A Chávez, "Por Ahora".
A pesar de todos los obstáculos y reveses, el pueblo bolivariano seguirá el camino de la construcción del Socialismo, convencido de ser el único que nos garantiza la felicidad y la sobrevivencia de la especie, desecharemos los atajos que conducen a derrotas.
¡Con Chávez todo, sin Chávez nada, llegó la hora de la lealtad!

24.11.08

EL RETO

El reto de cualquier Revolución es demostrar que el Socialismo puede ser socialista. Parece un simple juego de palabras pero es una grave disyuntiva de la civilización en este siglo. Veamos.
Los intentos de construir Socialismo han sucedido en países con poco desarrollo capitalista: Rusia, China, Vietnam, Cuba, etc. En todos ellos se presentó el reto de hacer el Socialismo con el material espiritual que les legó ese capitalismo, es decir, la difícil tarea, o mejor la milagrosa tarea de construir el Socialismo con el hombre del pasado. Ya ese solo reto es colosal, pero además debe salvarse en condiciones de poca producción y de feroz cerco por el imperio internacional capitalista, que se conjura contra el sueño socialista.
Podríamos concluir que el intento socialista, parafraseando a Napoleón, es quijotesco sin locura.
¿Es posible el sueño?
Hasta ahora los hermosos intentos de concretar el anhelo no han sido exitosos, no han concretado la esperanza y, con la muy honrosa excepción de Cuba, han terminado empantanados en la sociedad que pretendieron superar.
Pero los intentos fallidos no fueron vanos, han dejado valiosa enseñanza, la experiencia de que el hombre tiene reservas espirituales para construir una nueva manera de vivir, una manera amorosa: las demostraciones de heroísmo dadas por el glorioso pueblo soviético en la lucha por librar a la humanidad del nazismo y del fascismo, son muestras inequívocas de las excelsas alturas morales que puede alcanzar el hombre cuando emprende el camino de su redención. La guerra de Vietnam es prueba de que el imperio nada puede frente a un Pueblo organizado para la fraternidad, y no para la depredación entre sus miembros.
Pero es en la experiencia cubana donde está la síntesis que nos permitirá avanzar en el reto que hoy tiene la Revolución Bolivariana. Expliquemos.
Fue el Che, en medio de la aparente fortaleza del régimen soviético, el que cuestionó por capitalista aquel atajo de pretender construir un Socialismo mezclado con capitalismo, y al hacerlo abrió el camino para salvar al Socialismo Auténtico, como realidad y como esperanza para el mundo. Esa visión permitió que en Cuba se ensayara una forma de construcción del Socialismo que recogía la experiencia revolucionaria pasada y la elevaba a cotas de realización espiritual.
Con el Che y la Revolución Cubana conocimos que la Revolución es en última instacia un asunto espiritual, que no se puede construir el Socialismo sin construir simultáneamente al hombre nuevo, que es en esencia un hombre guiados por profundos sentimiento de amor, solidaridad, entrega, conciencia social.
Por tanto, es en el alma humana donde ocurre la batalla principal de la Revolución, hacia esa meta deben ir todos los logros materiales, las acciones, los afanes de la Revolución.
Si olvidamos las enseñanzas del Che y la Revolución Cubana, si descuidamos la espiritualidad constructora del hombre nuevo, capaz de soñar, concretar sueños y defenderlos de los embates del pasado, entonces fallaremos en el reto socialista.
!Con Chávez todo sin Chávez nada!

23.11.08

SER COMO ELLOS

Hoy nos levantaremos muy temprano, de madrugada casi, iremos al parque y caminaremos junto al Che que siempre llevamos en el corazón. Pensaremos:
¡Seremos como el Che, como Bolívar, Martí, Fidel, Fabricio, Chávez, Rosa Luxemburgo!
¿Qué une a estos hombres? ¿Por qué Fidel nos convoca a ser como ellos?
¿Qué tienen en común, en qué se parecen?
Un gran amor por los humildes, o mejor, un gran amor por la humanidad toda.
Luchar siempre aún en condiciones muy adversas, para ellos la causa nunca está pérdida, luchar siempre. El revolucionario no es derrotado, sólo pospone las victorias, ¡por ahora!
Aún después de Alegría del Pío, después del 4 de febrero, en abril, con votos y sin votos, luchar. Más allá de Dos Ríos, de la Moneda , de la Higuera … luchar.
Tomar siempre la decisión correcta, aunque en ella les vaya la vida: liberar los esclavos, navegar en el Granma, atacar al cuartel de Goliat, cambiar el cómodo curul por el campamento guerrillero, hacer fecunda la prisión, frente al enemigo no hablar. Ir a Bolivia y también al Congo si es preciso.
Intentarlo siempre, aún por sobre los presagios de los heraldos negros, intentarlo. Salir dos, tres, miles de Expediciones de los Cayos, todas las que sean necesarias. Ir al Moncada, volver al Granma, a las Montañas de Trujillo, a Miraflores, irreverentes, buscando el amanecer siempre.
Dar la vida si es preciso. No regatearle nada a la causa de los pobres, luchar sin red de seguridad, sin cálculo egoísta, entregarse completo.
No negociar con la Revolución, no usarla como moneda de cambio, si la causa revolucionaria exige dejar la seguridad del techo que abriga, quedar en descampado, bajo el cielo estrellado que alberga los grandes sueños, si llega la hora de dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, que los muertos entierren a sus muertos… cumplir.
Por la Revolución, por la causa de los humildes, ir al desierto solitario, luchar contra nosotros mismos, contra los demonios que nos habitan, y volver fortalecidos y triunfantes, convertidos en guerreros invencibles.
Estos son algunos de sus rasgos, de sus características comunes.
Hoy nos levantaremos muy temprano, de madrugada casi, iremos al parque, caminaremos junto al Che que siempre llevamos en el corazón, pensaremos…
Y nos iremos a cumplir con nuestro deber revolucionario, ir al combate que las circunstancias nos exigen.
Hoy la batalla es con las armas del voto, el fusil es el voto, el enemigo es la abstención, el número de votantes le dará calidad a la contienda.
Después del voto, volveremos con la satisfacción del deber cumplido, y nos habremos erguido un poco más combatientes. Estaremos mejor preparados para otros compromisos y otros combates.
No importa lo que pase, después muchos estarán es sus puestos esperando el llamado para seguir luchando con el Che en el corazón.
¡Hoy con el Che y Chávez en el corazón!