14.3.09

EL LÍMITE

Siempre es bueno estar atento a las declaraciones de los personeros oligarcas, y si esos declarantes son los renegados es mejor, porque estos son solícitos en ganar las simpatías de su nuevo bando, y por eso se esmeran en reproducir la línea de sus superiores. Tal es el caso de Pompeyo.
Pompeyo en un artículo del 12 de marzo aparecido en Últimas Noticias, despliega la estrategia de los gringos. La estrategia es fina, tiene varias vertientes. Veamos.
Primero, desprestigiar a la Revolución y al líder, presentarlos como no revolucionarios, como no Socialistas, de esta forma legitiman los ataques de sus agentes internos contra la Revolución, confunden a los obreros.
Cumplida esta etapa, incitan a los obreros a portarse con el Estado Revolucionario como si de un patrón capitalista se tratara, plantearle reivindicaciones sin límite. En esta empresa está Pompeyo, cumple un papel acompañado de otros líderes que otrora fueron izquierdosos, renegaron del Socialismo, y que hoy se prestan para combatir a la Revolución. Hasta julio borges tiene la desfachatez de decir que esto no es Socialismo. Está claro que todos siguen una línea de los tanques pensantes gringos.
Los revolucionarios estamos en la obligación de hacer frente a esta ofensiva enemiga, defender a la Revolución, defender su carácter revolucionario.
En primer lugar debemos afirmar que sólo el Socialismo ofrece futuro a la humanidad, el capitalismo es el camino al infierno.
Debemos dejar claro que este es el intento revolucionario más importante de este país en toda su historia, y el más importante en la época actual del continente. Nunca se había estado tan cerca del Socialismo, nunca un gobierno había llegado tan lejos en el camino revolucionario, y nunca la Esperanza estuvo tan viva. Estar contra el Gobierno Revolucionario es estar contra la Revolución y el Socialismo. Lo decimos nosotros con la moral que da ser irreverentes en la discusión y leales en la acción, siempre.
Sostener que el Comandante Chávez es un líder revolucionario, el que más lejos y profundo ha llegado en la empresa de hacer Revolución. Sin duda, continuador de la obra de Bolívar, Zamora, Fabricio, de Allende y Mariátegui, un líder que resume las luchas pasadas y presentes por el Socialismo en el continente, sostener que la suerte de Chávez será la suerte de los movimientos revolucionarios en el continente.
Reafirmar que los obreros jamás estuvieron tan cerca de cumplir su papel histórico, jamás fue tan importante y necesaria su conciencia proletaria, jamás el pueblo desposeído esperó tanto de ellos.
La estrategia gringa, desplegada por Pompeyo y otros renegados, está clara: intentar colocar a los obreros en una actitud de voracidad tal, de egoísmo tal, que exijan reivindicaciones que coloquen en peligro la estabilidad del gobierno, la posibilidad Socialista, vale decir, le proponen a los obreros que se hagan el haraquiri.
Los obreros deben exigir hasta el límite, el límite es el bienestar social y del Estado Revolucionario.
¡Nada por sobre el Bienestar Social!
¡Nada por sobre el Socialismo!
¡Chávez es Socialismo!

13.3.09

CAMBIAR O PERECER

Hoy el imperio capitalista se retuerce moribundo en la crisis más atroz de que tenga conocimiento la humanidad. Por supuesto, los venezolanos sufriremos las consecuencias. La situación mundial nos coloca frente al dilema de sucumbir en la inmediatez de una visión mezquina, o elevarnos inmensos, felices, alegres, en la lucha por la construcción del futuro, del Socialismo. La crisis agudiza el enfrentamiento de clases, eso es inevitable.
Los capitalistas nos plantean resolver la crisis con la misma ética que le dio origen, es decir, con las reglas de la cultura capitalista: buscar salidas individuales, grupales, aisladas, egoístas, que sólo conducen a profundizar la adversidad. Salidas que nos colocan en el camino de la muerte, de la extinción de la especie. Esta es la solución de la angustia del náufrago que trata de sobrevivir aferrado a un espejismo.
Los revolucionarios proponen resolver la crisis con una nueva moral, una nueva ética, con la cultura del deber social, de socializar los problemas y socializar las soluciones. De esta manera la crisis se convertirá en oportunidad para avanzar, para construirnos pueblo unido, solidario, amoroso. Y un pueblo así puede superar todos los obstáculos y ser ejemplo para otros pueblos.
El Comandante ha dicho que los recursos serán para que el pueblo construya un sistema donde el hombre sea el centro de todos los afanes, donde todos podamos desarrollarnos sin más limitaciones que nuestra propia capacidad.
Tenemos condiciones inmejorables para superar la crisis con éxito: una fuerte conexión entre el líder de la Revolución y el pueblo. Entre Chávez y el pueblo hay confianza, hay credibilidad, esto nos permite entender la nueva situación, seguir las directrices que emanen de la dirección de la Revolución, tener disciplina y persistir en el rumbo de la construcción del Socialismo.
El proceso revolucionario, única salida a la crisis, debe profundizarse en lo económico, ya las medidas que se van tomando nos indican esta intención. Ahora es necesario estudiar bien nuestra economía y detectar dónde están los nudos, los obstáculos para avanzar.
Esas medidas deben ir acompañadas de una poderosa ofensiva ideológica: la Revolución debe mostrar que la crisis es del capitalismo, y que sólo el Socialismo puede solucionarla, que el capitalismo, los capitalistas, las fórmulas capitalistas no pueden solucionar nada.
Debemos preparar al pueblo espiritualmente para superar la crisis, todos debemos entender que son los pueblos los que superan las crisis.
Es necesario que cambiemos la manera de vivir. Lo que está en crisis es una manera de vivir, una civilización, una organización social que se agotó. No es pensable una solución sin superar esa forma de relacionarse el humano entre sí y con la naturaleza. No podemos pretender que la solución a la crisis, sean medidas que nos permitan permanecer en la cultura del consumismo, de la exclusión, de la explotación de unos por otros, de la guerra de todos contra todos. No, la solución de la crisis es cambiar esa cultura, fundar el Socialismo.
¡Superar la crisis con Socialismo!
¡Chávez es Socialismo!

12.3.09

¿POR QUÉ SOCIAL?

El problema de la propiedad ocupa lugar central en la batalla por el Socialismo, es lógico, la cultura del capitalismo es la cultura de la mezquindad, según ella “sólo tendríamos lo que nos pertenece como propiedad individual.” Así ocultan el despojo que nos hicieron de los medios de producción, de trabajo, que deben ser propiedad de todos, de la sociedad, y no de una fracción.
El capitalismo ha satanizado la Propiedad Social, sólo nombrarla enciende las alarmas de los burgueses antisociales. Ya poco es propiedad de la humanidad, hasta el agua y el aire, todo lo han convertido en propiedad antisocial.
No es de extrañar que nuestro gobierno, guiado por profundos sentimientos de amor, socialice sectores de la economía y controle con más eficiencia al capitalismo antisocial. Está devolviendo así a la sociedad, a todos, lo que nos fue robado por los mercaderes del templo.
Si se quiere hacer Revolución, buscar el bienestar de las grandes mayorías, es imprescindible la hegemonía de la Propiedad Social de los medios de producción, y esa propiedad sólo es posible si es administrada por el Estado.
Pero ¿Por qué?
El objetivo final del Socialismo es la integración de la sociedad, el rescate del humano para la sociedad, que deje de ser un egoísta naufragado en un mar de egoísmos, un solitario perdido en el mercado donde busca inútilmente su humanidad perdida.
Y ese rescate, esa integración, no es posible si el fruto del trabajo social es apropiado por una fracción de la sociedad. Cuando esto sucede, cuando el trabajo va a una fracción, ésta se transforma objetivamente, independiente de su voluntad, en una unidad antisocial, nosocial, con intereses encontrados con los intereses de la sociedad toda.
Esos intereses dan origen, sustentan, se entrelazan con una conciencia egoísta que no puede ir más allá de su existencia parcelada. Esta es la esencia del capitalismo, ya hemos visto cómo defiende sus intereses por encima de los intereses sociales.
Y así pasa y pasó con la cogestión, con las Cooperativas, con las Empresas de Producción Social, y pasará lamentablemente con las Comunas.
Para sustentar la conciencia de pertenencia a la sociedad es necesario que la existencia del hombre, su producción, sea también social, que su ámbito de existencia sea social, que la actividad más importante, que es la económica, no se vea fragmentada por la apropiación del producto, de la riqueza, por una fracción de mercaderes.
Es necesario que se produzca para la sociedad, y que sea ésta a través del Estado Revolucionario quién distribuya. Y eso sólo se consigue con la Propiedad Social de los medios de producción.
La batalla por la sustitución de la propiedad es definitiva y, paradójicamente, acontece y se decide en el espíritu, no en la economía. Hoy debemos amolar al máximo el aparato ideológico, explicar las medidas económicas, derrotar la desinformación burguesa. Cada medida debe ir acompañada de una ofensiva ideológica, informativa.
¡Socialismo es Propiedad Social!
¡Si la sociedad está bien, el individuo está bien!
¡Chávez es Socialismo!

11.3.09

EL FASCISMO OBNUBILA

Venezuela es hoy importante laboratorio social para el estudio de la psicología de masas, más preciso, para el estudio de la psicología de las masas en etapa previa a una fuerte embestida fascista. Veamos.
Los capitalistas cuando ven su sistema en peligro activan su más cruel conducta de defensa: el fascismo. Cuando detectan un gobernante dispuesto a avanzar hacia el Socialismo, encienden las alarmas y activan al fascismo. Entonces el dilema siempre es Socialismo o Fascismo. Expliquemos.
Lo primero que hacen es deshumanizar al líder que es objetivo político, lo califican de mono, monstruo, bestia, narcotraficante, amigo de Satán. Simultáneamente activan miedos instalados en el inconciente colectivo: el miedo al despojo, a perder los hijos, las propiedades. Luego asimilan el proceso político que adversan con cataclismos sociales, lo califican con adjetivos que ya pervirtieron, hablan de comunismo, totalitarismo.
Con estas intenciones actúan todas sus fuerzas, periódicos, televisoras, educadores, iglesia. Cualquier adversidad por pequeña que sea la magnifican a niveles de tragedia. Así, la sociedad vive en la zozobra de problemas pequeños transformados en existenciales, pierde la capacidad de análisis, la escasez de azúcar, por ejemplo, produce angustias que requieren terapia, la inseguridad es manipulada hasta alcanzar niveles de linchamiento gozoso. Poco a poco van acostumbrando a la sociedad a la crueldad, insensibilizándola.
Buscan llegar a la condición ideal para dar su zarpazo, esta es la situación cuando la base social acepta cualquier crueldad e inhumanidad con tal de salir del “monstruo” y del “proceso cataclismico”.
Todo lo que vaya contra el “monstruo” es aceptado, y la inteligencia se encarga de construir argumentos que enturbien el sentimiento.
Pueden llevar a grandes sectores de la humanidad a aceptar holocaustos, genocidios, invasiones, magnicidios. Estos grandes sectores se sienten tranquilos, calmados en sus baluartes psíquicos, allí son fuertes, “el peligro no vendrá”. Todo el que discrepe está fuera del castillo y debe ser exterminado, todo argumento que resquebraje las murallas debe ser atacado y su portador exterminado.
He allí las condiciones psíquicas para las mayores barbaridades.
Aquí en Venezuela esto está ocurriendo frente a nuestros ojos, las señales abundan: estos sectores no aceptan que regulen los alimentos, si es contra Chávez prefieren pagarlos caros, lo mismo con los colegios.
Estos sectores aprueban el asesinato como fórmula política, claman por el magnicidio, ni sus líderes más “democráticos” lo condenan.
Pero la señal más alarmante es cuando este sector aprueba la exposición de cadáveres con fines comerciales que alguien montó en el Sambil.
Examinando los argumentos con los que apoyan su postura, y que aparecen en los comentarios enviados a nuestro blog, nos daremos cuenta que el fascismo obnubila, y también que se alimenta de lo más perverso de lo que es capaz la especie. Los perturba tanto el “monstruo”, que por instinto prometen asesinato a todo el que les devele la inhumanidad en que están cayendo.
Es deber de los humanos, por sobre cualquier riesgo, hacer frente a la amenaza fascista.
¡Socialismo es Humanismo!
¡Chávez es Socialismo!

10.3.09

LA PELEA EN SU SITIO

Si una Revolución es verdadera tarde o temprano debe dar su batalla definitiva en el y con el trabajo. Entonces los trabajadores serán los protagonistas principales.
Esta Revolución Bolivariana en su avance ha llegado a esa frontera de su madurez. Ahora la lucha se presenta en el terreno de la propiedad de los medios de producción.
El Gobierno Revolucionario, protegiendo los intereses de las grandes mayorías desposeídas, se encontró frente a una realidad: el capital no admite controles, el capital busca siempre cumplir su naturaleza, crecer aun a costa de las mayores crueldades.
Frente a esta realidad, frente a la voracidad insaciable del capital, el gobierno ha hecho lo que hay que hacer: pasar a Propiedad Social lo que en manos de los antisociales estaba perjudicando a todos.
Es así que se socializan fábricas y se insiste en el intento de control de otros niveles de la economía.
Esto significa que el interés de toda la sociedad choca con el interés de los antisociales, o mejor, ahora se evidencia claramente que esos intereses siempre han sido contrapuestos, y está claro de qué lado está el Gobierno Revolucionario, del lado de los desposeídos, del de la gran mayoría de la sociedad.
Ahora bien, los oligarcas, los burgueses antisociales, cuando ven en peligro su sistema de privilegios groseros y creador de miseria para las grandes mayorías, activan sus mecanismos de defensa. Es así que incitan a los trabajadores a participar en la lucha entre la sociedad y los antisociales, colocándose del lado de sus enemigos naturales, los burgueses y oligarcas.
En complicidad con algunos dirigentes estimulan la voracidad inconciente en la discusión de los contratos colectivos, intentan crear perturbaciones sociales en donde apoyar sus planes de derrocar al Comandante y a la Revolución.
Esperan que la crisis global no sea comprendida por los trabajadores y arremetan contra el Gobierno Revolucionario. Hacen planes contando con el apoyo de los trabajadores, piensan que estos se pondrán del lado de sus verdugos, de los oligarcas burgueses.
El dilema para los trabajadores está claro: se colocan al lado del proceso de Revolución, de la construcción de una sociedad que acabe con la apropiación del trabajo por parte de una minoría, del lado de la liberación de toda la sociedad, del camino de la construcción de un mundo viable y feliz, de la grandeza de cumplir con su papel histórico, o se colocan, por buscar algunas mezquinas migajas materiales, del lado de los expropiadores de la Esperanza, de los oligarcas que se enriquecen a costa del sufrimiento y cosificación del resto de la sociedad.
La batalla está en su sitio, en manos de los trabajadores está la oportunidad de dar un gran impulso a la Revolución, pasar a la historia como un ejemplo para el mundo, reeditar las gloriosas jornadas de la independencia, o ser conocidos como el pueblo que quiso ser libre, construirse humano, pero no contó con el apoyo, la comprensión de sus trabajadores.
¡Socialismo es Humanismo!
¡Chávez es Socialismo!

9.3.09

LA EVOLUCIÓN DE LAS IDEOLOGÍAS

Las formas de expresarse la ideología evolucionan, acompañan a los cambios de la realidad.
Un buen caso para estudiar estas mudanzas en la expresión de las ideologías, es el de la pequeña burguesía venezolana. Veamos.
Allá por los años cincuenta, la pequeña burguesía era una clase en formación, y sus aspiraciones de cambio pendulaban entre la Revolución de Liberación y la reforma socialdemócrata, entre los dogmatismos venidos de la internacional y los aires reformistas del APRA de Haya de la Torre.
Eran los días en que las dictaduras que padecía el continente se agotaban y los países entraban en turbulencias. Aquí en Venezuela el desenlace vino en 1958, ese año cae la dictadura de Pérez Jiménez y la pugna se decide a favor de la socialdemocracia, desembocando la turbulencia en cincuenta años de pacto de punto fijo.
La pequeña burguesía, con su ideología sumisa a la internacional, pero más importante, por su incapacidad y temor profundo a cambiar las estructuras, de hacer Revolución, no pudo, no supo, no quiso dar el giro revolucionario a la turbulencia.
Un año después en situaciones similares, Cuba, en un proceso dirigido por la ideología del proletariado, la de la Revolución verdadera, consigue enrumbarse, en contra de todo pronóstico, hacia el Socialismo.
Entonces los barbudos encienden la imaginación de la pequeña burguesía venezolana y esta se hace guerrillera, se viste de verde olivo.
Es tentador pensar que hubiese pasado si la Revolución Cubana se da antes que la caída de Pérez Jiménez. Quizá el ejemplo nos hubiese llevado por otra historia.
La lucha guerrillera no fue exitosa y la ideología pequeño burguesa que no admite adversidad, que no es consecuente, se inclinaron, unos, por reincorporarse a la legalidad, participar desde adentro, “combatir” al monstruo desde sus entrañas y por ese atajo disfrazaron su incorporación al sistema y arriaron con descaro las banderas del Socialismo.
Otros, persistieron en la búsqueda de una victoria que no era posible, que se evadía. Estos con más pudor derivaron hacia la expresión que les permitía volver a tomar el sol de la legalidad sin perder la vergüenza: Así se hicieron anarquistas tropicales.
En las cómodas aguas del Anarquismo Tropical flotaron y desde allí hicieron mucho daño a la posibilidad revolucionaria futura, impregnaron a las nuevas generaciones de su morbo paralizante. Veamos.
El anarquista tropical venezolano, como buen pequeño burgués, teme a la Revolución verdadera, la que va al fondo del asunto, a la sustitución de la propiedad nosocial de los medios de producción y la creación de Conciencia del Deber Social, es enemigo del Estado Revolucionario.

Pero también teme a parecer contrarrevolucionario, por eso se refugia en formas tremendistas inoperantes, que se prestan para la retórica revolucionaria.
No pueden hacer Revolución porque no entienden lo social, lo confunden, lo sustituyen con la suma de egoísmos, no ya individuales sino colectivos, impulsan formas nosociales de fragmentación, que niegan la noción de sociedad.
¡Socialismo es Sociedad!
¡Chávez es Socialismo!

8.3.09

LAS TRES MUJERES

Érase una vez, tres mujeres que vivían en un lugar del planeta de cuyo nombre no quiero acordarme. Las tres mujeres deseaban tener hijos.
La primera rogaba a Dios por un hijo, pero no quería trato con hombre.
La segunda elevaba sus plegarías a Dios para engendrar, pero no quería sufrir los dolores de parto.
La tercera rezaba todo el día pidiendo salir sólo medio preñada.De esta manera y con estas voluntades iban pasando los días de las tres mujeres…
Al cabo de unos años, pasó un circo por el pueblo de las tres mujeres, y después de nueve meses, las tres tenían hijos, las tres habían sufrido dolores de parto, las tres conservaban gratos recuerdos de la visita del circo.
Moraleja: La naturaleza, la realidad, en última instancia determina la marcha de la vida, o dicho en sencillo, deseos no empreñan.
De este antiguo cuento deberían aprender los que quieren hacer Revolución, los que quieren superar al capitalismo sin trauma, o mejor, los que quieren parir una nueva sociedad sin dolores de parto.
La Revolución es un hecho natural en la que participa la voluntad de los protagonistas, pero, en última instancia, es la realidad, la naturaleza social, la que impone sus designios.
Hoy, en la Revolución Bolivariana, hay tendencias que se comportan como las tres mujeres. Le ponen condiciones a la marcha del Socialismo. Ruegan por una Revolución, pero al mismo tiempo no quieren relaciones de producción socialistas, es decir, evitan la Propiedad Social de los medios de producción, inventan diez mil laberintos para no hacer lo que hay que hacer si se quiere una Revolución Socialista: que la propiedad de los medios de producción pase a manos de la sociedad toda, única manera de acabar con el absurdo de que unos hombres sean dueños del tiempo de otros hombres, única manera de acabar con el fraude de que unos hombres se apropien del trabajo de otros hombres, única manera de acabar con el trabajo enajenado, única manera de acabar con el capitalismo. ¡Única manera de hacer una Revolución Socialista!
Elevan plegarías por una Revolución, pero no quieren los ineludibles inconvenientes que ella trae, sólo quieren los beneficios, pretenden eludir los dolores de parto.
Rezan todos los días por una Revolución controlada, que sólo sea hasta la mitad, únicamente en ciertas áreas.
Ruegan por una Revolución que beneficie a todos, a los oligarcas apropiadores de lo ajeno y al humilde despojado.
Sueñan con una Revolución aceptada por los contrarrevolucionarios, a los que llaman a conciliar.
¡Ilusos! Un día llegará un circo y la naturaleza se impondrá sobre los deseos, la voluntad quedará sometida a la realidad, y habrá que romper los huevos para hacer la tortilla.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!