24.4.10

EL OPIO

Las elecciones oligarcas son el moderno opio de los pueblos. Si Emparan hubiese planteado unas elecciones, el imperio español aún campearía por estas tierras.
Es difícil una Revolución en un país embobado por las elecciones oligarcas, pero es posible: Chávez es una prueba del rompimiento del espejismo. Lo que sí es imposible, es una revolución sin sustituir el sistema electoral oligarca. Esta Revolución nuestra debe parir otro sistema de elección.
Si observamos lo que se comenta en la esfera política, leemos los periódicos y vemos la televisión, nos daremos cuenta que dos discursos principales cruzan el ambiente.
Uno, el electoral. Se habla de mesas, de primarias. Algunos se retiran, otros denuncian zancadillas, ventajismo, se hace propaganda. Este discurso adormece, narcotiza, crea un ambiente desmovilizador, da la sensación de que es suficiente esperar septiembre para votar, y ese día se saldarán las cuentas entre los bandos sociales en pugna… Todos nos quedaremos tranquilos, cada uno para su casa a esperar las próximas elecciones. Ese opio nos envuelve a todos.
Otro, es el discurso de impulso al proyecto estratégico capitalista. Éste lo maneja con habilidad la oligarquía. Sus agentes ideológicos, como la iglesia, atacan el fondo del proyecto socialista, dirigen sus proyectiles contra los fundamentos ideológicos de la Revolución.
Los obispos no cesan en sus ataques, meten miedo, desempolvan viejos prejuicios: aún hablan contra la Unión Soviética, aún persiguen al viejo Marx (para su honra), y brincan cuando les nombran al Che, que fue sin duda un Santo, pero de esos de verdad: humilde, de los que dan la vida por sus creencias y su creencia es el bien de los desposeídos. Su sólo nombre los horripila, su ejemplo los atemoriza.
El discurso de la oligarquía a primera vista parece inocuo, pero es sumamente dañino, es uno de los pilares en la derrota de la Reforma.
Este discurso ideológico, que mina las bases de la Revolución de mil maneras, los oligarcas no lo abandonan. Nosotros si: con demasiada frecuencia nos conformamos con repetir clichés, frases hechas, abandonamos la reflexión.
Los oligarcas no pierden ocasión para desvirtuar la idea revolucionaria: trivializan las ideas nuestras, así hicieron con el discurso de Evo, así hacen todos los días con el discurso de Chávez. Difunden lo superficial, la anécdota, pero el fondo lo deforman o lo ocultan.
Una revolución es un cambio en la manera de percibir al mundo, es un cambio profundo en la ideología, en el alma, en las relaciones entre los humanos. Ese cambio no se consigue sin una profunda reflexión social, sin una sociedad que piense, analice, esté informada, que deseche las frases huecas, sin sentido, la mera consigna electoral.
La Revolución debe estar alerta frente al opio moderno de los pueblos, debe ir a las elecciones oligarcas, ya llegará el momento de cambiarlas, pero no debe abandonar la formación, el discurso, el combate ideológico. La Revolución debe dejar claras siempre las diferencias con el discurso oligarca, dejar claro que nosotros proponemos un nuevo mundo, el único que es posible.
¡Chávez es Socialismo!

23.4.10

EL DESFILE Y LA TRIVIALIZACIÓN DEL DISCURSO

El desfile en conmemoración del 19 de Abril produjo una cantidad de arrebatos por parte de la oposición, opiniones cretinas abundaron. El hecho llama a reflexión.
Lo primero es la evidencia de una oposición enceguecida por el odio, y por lo tanto, imposibilitada para pensar con claridad, con brillantez, incapacitada para establecer la mínima convivencia, sólo está apta para la crueldad… Es preludio claro de épocas fascistas.
Ya nadie tiene esperanzas en el “espíritu democrático” de esa gente, cada día nos convencen más de las tropelías que preparan. Con cualquier excusa atacan a Chávez y a la Revolución , en ese desespero recorren los caminos de la estupidez.
Ahora bien, la trivialización del discurso no es algo casual, es un requisito para las acciones que ellos desarrollarán. Veamos.
Acostumbrando a su base a razonamientos cretinizantes, como ese de que Chávez es culpable de la sequía, o que los bombillos tienen cámaras de televisión, conseguirán que esa masa acepte cualquier disparate, cualquier crueldad, cualquier justificación por inverosímil que sea. Los medios reafirman la maniobra, sembrando miedo, pánico, para terminar de aplastar la capacidad de razonamiento.
Está comprobado: a la oligarquía le interesa trivializar el discurso y así aplastar la capacidad de razonamiento, esa es su fuerza. Ya lo decía El Libertador: “por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza”. La historia está llena de estas manipulaciones, los nazis sentaron precedentes macabros.
A las Revoluciones, al contrario, les interesa la cultura, el cultivo del intelecto, la información, elevar la capacidad de razonamiento y de análisis. “Moral y Luces”, formación. Su fuerza reside en la participación conciente de la masa actuante.
La Revolución debe tener mucho cuidado, estar alerta con el peligro de la trivialización del discurso: cada palabra debe tener respaldo, cada argumento debe tener rigor. Todo concepto debe ser sólido.
La muela, la pirotecnia verbal, la estampida lingual, la palabra suelta desligada del cerebro, el hablar por hablar, las justificaciones incongruentes, todos son vicios que hacen mucho daño y deben ser combatidos con fuerza.
Es imprescindible que la Revolución se eduque, se prepare, escoja los temas que discute, y profundice la manera de abordarlos. Es necesaria una guerra contra la trivialización del discurso. Se puede decir que una Revolución tendrá la grandeza de sus discusiones, de los temas que la ocupan.
La educación del pueblo, del partido, debe ser principal preocupación de todos. Estudiar para resolver los problemas estratégicos de la Revolución , aprender a ubicarlos en su movimiento histórico, conocer sus orígenes, relacionarlos con los demás aspectos de la vida.
Fuerte es la tentación de movernos en la lógica oligarca, de caer en la banalización de la vida, propia del capitalismo, en conformarnos con pequeños triunfos que no rompen el cerco capitalista. Es cómodo pelear en terreno conocido, pero allí no conseguiremos el avance de la Revolución. Contra esa posibilidad debemos luchar, y no hay otra manera que fortaleciendo la educación revolucionaria, dándole contenido al discurso.
¡Chávez es Socialismo!

22.4.10

LA CARRERA DE LOS LÍMITES

En 1972 fue publicado el Informe Meadows, un estudio sobre los “límites del crecimiento mundial” que el Club de Roma había solicitado al famoso Tecnológico de Massachusetts. Estas fueron las palabras de conclusión de Meadows en el acto de presentación del informe:
“Si se mantienen las tendencias actuales de crecimiento de la población mundial, industrialización, contaminación ambiental, producción de alimentos y agotamiento de los recursos, este planeta alcanzará los límites de su crecimiento en el curso de los próximos cien años. El resultado más probable sería un súbito e incontrolable descenso tanto de la población como de la capacidad industrial”.
Hace ya medio siglo los científicos pronosticaban el fin de las posibilidades de crecimiento del capitalismo. Sus observaciones apuntaban principalmente al agotamiento de los recursos naturales, tocaban ligeramente la contaminación ambiental y preveían consecuencias económicas, predicciones leves si se comparan con los augurios científicos actuales.
Ignoraban las desastrosas consecuencias ecológicas del crecimiento capitalista.
El crecimiento desmedido del capitalismo ha establecido una competencia entre el agotamiento de los recursos naturales y el desastre ambiental. Cualquiera de los dos factores que triunfe en esta carrera macabra traerá consecuencias inimaginables para la humanidad, que enfrenta, en cualquiera de los dos casos, el peligro cierto de extinción.
Hay recursos ya desaparecidos y otros en fase de agotamiento, y el desequilibrio ecológico amenaza con acabar con la vida en un plazo perentorio. Las señales son claras, el tiempo se agota, la decisión es única y dramática: o superamos al capitalismo o la vida se extingue.
La humanidad necesita un cambio cultural de grandes proporciones. Se requiere otra manera de consumir y de producir, otras necesidades, y modificar la manera de satisfacer esas necesidades. Las medidas tienen que ser medidas sociales, comprendidas e implementadas por las grandes mayorías.
Sólo el Socialismo es capaz de conseguir el ambiente necesario para el gran cambio cultural, o mejor, él es ese cambio cultural. Sólo él puede sanar al hombre enfermo de capitalismo y crear al Hombre Nuevo.
El Socialismo es la salvación de la humanidad. Ya no se trata sólo de acabar con la explotación del hombre por el hombre, lo que lo justificaría, no se trata de rescatar a millones de excluidos de la miseria espiritual y material, lo que bastaría para hacer justa la lucha por el Socialismo, ahora se trata de la sobrevivencia de la vida planetaria, de la humanidad. Esa causa engloba y precede todas las luchas posibles.
Nosotros en Venezuela estamos llamados a dar el ejemplo, demostrar que una nueva manera de vivir es posible. La medida de nuestro éxito deben ser las acciones sociales que funden una nueva relación de los humanos entre sí y con la naturaleza. Debemos evitar los parámetros del éxito capitalista, la satisfacción espiritual basada en el consumo.
Esa es la tarea principal de la Revolución, sólo ella da razones sagradas para luchar, por esa causa vale la pena vivir y vale la pena morir. Lo demás es ficción macabra, opio.
¡Chávez es Socialismo!

21.4.10

CUBA: LA VERDADERA POTENCIA MUNDIAL

Los científicos mundiales, conocedores de la tragedia definitiva que amenaza al planeta, desilusionados con la poca atención que los gobernantes prestan al peligro, se han dedicado con vigor a estudiar las vías de salvación para la humanidad. La pregunta que motiva sus investigaciones es sencilla ¿Qué se debe hacer para superar la tragedia que ya es inevitable?
En esta búsqueda encontraron un laboratorio excepcional e inesperado: Cuba Socialista. Esa sociedad había superado con éxito una situación igual a la tragedia que vaticinan todos los cálculos científicos. Veamos.
Durante el llamado “período especial”, después del derrumbe de la Unión Soviética, la economía de Cuba cayó casi noventa por ciento: el aporte de petróleo bajó a cero, los fertilizantes para la agricultura a cero, medicamentos casi a cero, alimentos más de ochenta por ciento. Además, el sometimiento a un bloqueo económico profundizó la tragedia, la privó de lo más necesario, padeció una situación similar a la que se espera cuando la humanidad llegue a los límites de desarrollo del sistema capitalista, lo que se prevé para dentro de muy pocos años.
Cuba no sucumbió a las condiciones perversas ¿Cómo hizo? ¿cómo se mantuvo en pie? ¿cómo superó una situación que a cualquier sociedad capitalista la hubiera sumergido en la más espantosa de las zozobras, en el naufragio?
Cuba reacomodó su economía: desempolvó métodos ya casi olvidados de cultivo, volvieron los bueyes, el ritmo de la vida cambió, las necesidades tomaron otras dimensiones, se ajustaron las prioridades. La resistencia de aquel pueblo a las penurias es ejemplo para el resto del planeta. El heroísmo fue común.
Los análisis científicos señalan que dos puntos principales soportan el milagro: en Cuba se rescató la armonía del hombre con la naturaleza. El hombre volvió a mirar el cielo, la luna y las estrellas hablaron con el agricultor, le enseñaron lo olvidado. Se volvió a una agricultura orgánica, con multicultivos, siguiendo las enseñanzas de los bosques. Se rescataron los abonos orgánicos. El tiempo del hombre se adaptó a los tiempos de la vida. La naturaleza arropó con su manto de sabiduría a aquella sociedad que se resistía a perecer, que se aferraba a la humanidad perdida.
Todo eso fue posible porque el hombre se fundió con sus hermanos, y juntos rescataron la fuerza del amor. Vivieron como mandan las religiones, demostraron que hay esperanzas para la Humanidad , que unidos en un mismo empeño somos invencibles, que juntos podemos detener la barbarie capitalista.
Cuba es sin duda la única potencia mundial, el modelo de sociedad humana viable, la que marca el camino de la sobrevivencia. Las demás son potencias suicidas. Demuestra que sólo el rescate del amor en las relaciones entre los hombres, y de estos con la naturaleza, puede salvarnos… eso es el Socialismo. El dilema de la humanidad es, hoy más que nunca, Socialismo o extinción. Allí está el camino, transitémoslo…
¡Chávez es Socialismo!

20.4.10

EL ERROR QUE LA HISTORIA NO PERDONA

Las revoluciones, siempre, se resumen en una persona, en un individuo. Muchas veces esa potencialidad revolucionaria, por variadas razones, es abortada, entonces, la historia no registra el hecho en toda su magnitud, a lo sumo habla de una esperanza difusa sólo recordada con pasión por quienes estuvieron cerca de la trayectoria que amenazaba con partir las aguas. Tal es el caso de Fabricio, del catire Rincón. Así nacen los mártires.
Otras veces, pocas, la Revolución cuaja en la personalidad, en el líder, y el proceso toma cuerpo, se expande, se mueve, comienza a producir su propia dinámica, crea su fisiología particular, siempre manteniendo como centro al líder, que es, como diría Martí, el decoro de un pueblo condensado en un hombre, o el decoro de un hombre condensado en un pueblo.
En esas circunstancias el paisaje humano cambia, surgen fuegos, se extinguen esclavitudes, se conmueven continentes, la humanidad convulsionada salta a los abismos y vuela, los remonta. Ese torbellino es la Revolución.
Uno de esos hombres fue Simón Bolívar, él que ha podido ser un feliz alcalde de San Mateo, fue poseído, tocado por la historia, y resume la independencia.
Otro de estos hombres fue Lenin, frenético de justicia, derrumbó zares y sembró esperanza, recordó a la humanidad la fuerza constructora de las masas.
Otro es Fidel, el rompedor de dogmas.
Si es difícil, escaso el líder que resume a una Revolución, más difícil aún es la permanencia de la obra revolucionaria inicial: contra ella se confabula la condición humana tallada en el pasado, que habita a enemigos y a revolucionarios.
Las revoluciones cometen muchísimos errores, pero hay uno que la historia no perdona: atentar contra su líder. Cuando esto sucede la Revolución queda sin centro, pierde su fuerza, su capacidad de rectificación y de encontrar el rumbo: se convierte en una hoja que cae de un árbol girando sobre sí misma, bamboleándose sin control, inexorable en su desplome. Muere el sueño.
En San Pedro Alejandrino, cuando asesinaron a Bolívar murió la Independencia y murió la Gran Colombia. El sueño del Monte Sacro quedó por hacer.
Con Lenin murió también la Unión Soviética, Gorbachov y Yeltsin, son hijos directos de aquella desaparición.
Cuando desaparece Allende, solo quedó la oscuridad.
A medida que avanza la Revolución Bolivariana, se definen los campos, se perfila con fuerza la resolución de ir al Socialismo, entonces, las tentaciones para el disparate, para el error, son muchas: se despiertan iniciativas, apetencias, vocaciones para el desaguisado, inventos, atajos que solo conducen a la restauración capitalista.
Hay un error imperdonable que está Revolución no puede cometer ni puede tolerar: es el error de lesionar al líder, en nombre de la Revolución, de unas consignas bonitas, “productivas”, sentar tienda aparte, caminar aislados.
Son tiempos de jugar cuadro cerrado con Chávez, defender la Revolución, la esperanza. Ninguna cabriola teórica o política, por bonita que suene, podrá lesionar al centro de esta Revolución. Los derrotaremos!.
¡Chávez es Socialismo!
¡San Pedro Alejandrino no se repetirá!

19.4.10

¿CONSTRUIR EL SOCIALISMO SIN DESPRECIAR AL CAPITALISMO?

Una respuesta afirmativa a la interrogante del título, calmaría el desasosiego de muchos que no duermen tratando de pasar el camello por el ojo de la aguja. Los que así piensan seguirán con insomnio y le harán un gran daño al camino revolucionario, los que intenten esta mezcla pueden terminar en dos laberintos patéticos:
Uno, falsificar al Socialismo, despojarlo de su fuerza liberadora y constructora, convertirlo en un adjetivo que lleva por dentro al capitalismo salvaje, infaliblemente lo llevará a estallar en un mar de contradicciones sociales que la farsa no podrá resolver.
El otro, construir a duras penas un híbrido, una mezcla de dos sistemas antagónicos, inexorablemente terminará por ser devorado por el sistema más antiguo, el más arraigado en el inconciente colectivo, el capitalismo.
¿Por qué no es posible construir el Socialismo en convivencia con el capitalismo?
Un sistema social es en esencia una conciencia sustentada en una relación económica. De aquí se desprende que la lucha política, la lucha revolucionaria, es una lucha por la conciencia de las mayorías, el territorio de la confrontación es la conciencia, lo demás está subordinado a este objetivo.
Ahora bien, la conciencia y las relaciones de propiedad están entrelazadas, se existen mutuamente, lo que significa, por ejemplo, que no podía existir conciencia esclavista sin relación de propiedad esclavista.
Así mismo pasa con el capitalismo, genera una conciencia del egoísmo, del consumismo que lo sustenta, una conciencia instalada, arraigada con una fuerza única en la historia de la humanidad.
Por lo tanto, pensar en la convivencia del Socialismo con el capitalismo, en un híbrido como un sistema social viable, es un disparate, una trampa reformista y el suicidio de la Revolución.
No se puede pretender superar un sistema sin atacarlo, sin descalificarlo, por dañino, material y moralmente, sin evidenciarlo como inaceptable. Esto nos lo enseña El Libertador en la presentación de la Constitución de Bolivia, cuando al calificar la esclavitud, dice:
“La infracción de todas las leyes es la esclavitud. La ley que la conservara sería la más sacrílega. ¿Qué derecho se alegaría para su conservación? Mírese este delito por todos los aspectos, y no me persuado que haya un solo boliviano tan depravado que pretenda legitimar la más insigne violación de la dignidad humana. ¡Un hombre poseído por otro! ¡Un hombre propiedad! ¡Una imagen de Dios puesta al yugo como el bruto!”.
Podríamos, sin pecar, sustituir en las palabras de Bolívar, esclavitud por capitalismo, porque qué es el capitalismo si no la más insigne violación de la dignidad humana, donde unos hombres, los capitalistas, son propietarios del tiempo, de la vida de otros hombres, los trabajadores. ¡El capitalismo es una esclavitud más refinada!
Fácilmente se comprende que no se puede construir el Socialismo sin atacar, sin despreciar al capitalismo, pretender ese absurdo es truncar a la Revolución , porque una Revolución frente al monstruo capitalista si se detiene inexorablemente fracasa.
¡Chávez es Socialismo!
¡San Pedro Alejandrino no se repetirá!

18.4.10

LA GUERRILLA

Existen actividades que prefiguran al Socialismo, o mejor, lo anuncian, indican su posibilidad, son prueba de la condición humana para vivir en Socialismo, renuevan la fe en la humanidad.
Una de esas actividades, por ejemplo, es la faena en un barco pequeño: la suerte del barco, esa pequeña sociedad, depende de la suerte de cada miembro, de cada tripulante. Todos se importan de la suerte de cada uno, y cada individuo trabaja para el éxito del todo, del barco. Todos son importantes, todas las actividades son vitales.
La vida del obrero en la fábrica también es imagen y escuela de Socialismo, allí el trabajo en equipo, en conjunto, abre el camino de la existencia en cooperación, crea las condiciones psíquicas para el Socialismo.
Existen muchas actividades que prefiguran al Socialismo, ahora bien, una de las más importantes actividades humanas anunciadoras del Socialismo, o mejor, germen del Socialismo, es sin duda la Guerrilla, así lo dice la historia. Veamos.
Cuba, el único país que permanece en el Socialismo a pesar de todos los asedios, privaciones materiales y penurias, vive en la alegría de la relación fraterna. No es casual que ese Socialismo haya surgido de las entrañas de la vida en Guerrilla, que su núcleo dirigente se haya labrado en la convivencia guerrillera. La Sierra Maestra es la Escuela.
Vale la pena estudiar las condiciones de vida de la guerrilla, allí hay una enseñanza para las revoluciones.
Al igual que en el barco, las condiciones obligan a la solución de la existencia en conjunto, en sociedad. En aquellas condiciones la vida de uno depende de la vida del todo, y el todo debe importarse de la suerte de cada uno. Comparten la existencia en los límites entre la vida y la muerte.
Además, es un trabajo voluntario, es la entrega a una causa social y política de manera espontánea y desinteresada. Las condiciones difíciles exigen el máximo de inteligencia, de altruismo para la vida en común, tallan el carácter en la convivencia, la vida cotidiana enseña la importancia de todos los oficios.
En aquellas condiciones, el sentido de sociedad, la Conciencia del Deber Social, se eleva a los niveles más altos alcanzados por la humanidad. No hay dudas, el Socialismo que permanece tiene una relación directa con el núcleo guerrillero, núcleo que repica el espíritu del Granma y del Cuartel Moncada.
Nosotros, que somos una revolución pacífica, que venimos de tomar el poder mediante elecciones oligarcas, debemos buscar nuestros orígenes socialistas en la Guerra de Independencia, en el desprendimiento de Bolívar, pero también en la gesta heroica de la guerrilla del sesenta, borrada de la historia por oligarcas y reformistas.
Y sobre todo en el 4 de febrero. Esa épica y la lealtad con los sentimientos que la guiaron, son soporte fundamental de nuestra vía al Socialismo, en ese altruismo está el germen Socialista.
La Revolución debe crear situaciones, réplicas de las condiciones de existencias precursoras del Socialismo ¡Cuánto aprenderíamos todos, cuántas miserias no se corregirían!
¡Chávez es Socialismo!