19.6.10

LA SEMILLA

Una Revolución es en esencia un cambio de las relaciones humanas, la superación de las relaciones capitalistas, que han convertido todo en mercancía, por relaciones humanas, amorosas, de cooperación, por relaciones socialistas.
Estas relaciones socialistas, nuevas, dependen en gran medida de un núcleo, de una semilla que irradia su ejemplo sobre el resto de la sociedad, la guía, la educa. Veamos.
En la Revolución Cubana esa semilla se implanta en el Granma y en la Sierra Maestra. La Sierra fue una escuela de relación socialista: allí un colectivo agrupado alrededor de objetivos políticos altruistas vivió entendiendo que la suerte del todo depende de la suerte de cada uno, y que el todo se importa por la suerte de sus componentes. Es decir, vivió la esencia del Socialismo, que es la misma del Cristianismo, sintió en la práctica de su vida el “amaos los unos a los otros”.
No es casual que esta Revolución aún permanezca, a pesar de todas las adversidades, aún continúe siendo el faro que guía las esperanzas de la humanidad. La poderosa semilla que le dio origen sustenta su fuerza para la resistencia, para la comprensión de su papel histórico.
La oligarquía también tiene sus semillas, las plantan cada día sus medios de desinformación, construyen “sueños americanos”, fabrican ejemplos, ilusiones, reparten símbolos de poder. Por encima de todo, difunden el egoísmo.
Cada unidad económica capitalista, por pequeña que sea, es un foco, una semilla que refleja sus valores, sus ficciones. Hace mucho daño a la causa socialista, recordemos lo que dicen los clásicos: el capitalismo crea las mercancías y simultáneamente crea la espiritualidad que lo sustenta.
En la Revolución Bolivariana, que se da en condiciones pacíficas, es necesario detectar estas semillas, estimular las socialistas, y combatir las capitalistas, esos son los fundamentos de la batalla revolucionaria.
Las semillas socialistas son las Zonas Socialistas, éstas deben tener todos sus componentes al servicio de la nueva relación humana, del rescate del humano que ha sido convertido en mercancía. Este concepto es el fundamento del triunfo.
Si caemos en la tentación de sobreponerle otras metas, por ejemplo, la rentabilidad, elevar la producción, la calidad, etc., estamos labrando el fracaso del proyecto socialista, lo estamos atrapando en la lógica capitalista.
La semilla socialista, la Zona Socialista, debe conquistar las metas económicas desde el humanismo. El hombre rescatado tiene que poder elevar la producción, la calidad etc., sacrificar el humanismo en aras de metas materiales es un error, hacerlo así, es quedarnos atrapados en la lógica capitalista.
Todas las actividades de la sociedad deben estar impregnadas del concepto de semilla socialista, desde la economía hasta la política.
Las formas de organización social y políticas deben ser semillas socialistas. Un consejo comunal, una patrulla, deben ser unas “Sierra Maestra del espíritu”, guiados por el desprendimiento del 4 de febrero. Importarse por su entorno a sabiendas que la solución a sus problemas no es local, por tanto, debe luchar por metas políticas nacionales y también internacionales.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!

18.6.10

EL GRANMA NAVEGA EL CARIBE DE LA DIGNIDAD

El Granma se hizo a la mar en la madrugada del 25 de noviembre del 1956 cargado de corazones y batallas. Su combustible, el amor, su puerto, la vida.
Aquella pequeña embarcación en la Sierra Maestra se transformó en gigante y parió una Revolución verdadera. De sus entrañas surgieron, como de una caja mágica, un faro que alumbra el camino, la certeza de que es posible, la seguridad de llegar a la meta.
Diez mil líderes contenía su vientre, médicos internacionalistas lo habitaban, militantes de la vida soñaban sobre el Golfo de México con niños caminando alegres por las calles seguras, con la fraternidad del humano rescatada, fundar un mundo que quizá no verían, pero sabían que por él valía la pena dar la vida.
Cumplió su misión, desembarcó en las costas de la patria a los Comandantes del futuro, iban serenos a enfrentarse a la muerte, a crear la vida. Los acompañaba lo mejor de la humanidad.
En todos los países del mundo había un alma angustiada que pedía a la Sierra Maestra que los ayudara a triunfar, presentían que con ellos iba el destino de la humanidad, de ellos dependía el futuro de la especie.
Aquella embarcación renace siempre que los pueblos deciden navegar por los mares de la dignidad, cuando deciden erguirse sobre la corcova espiritual, tomar el timón, lanzarse a la mar sin más seguridad que la determinación de fundar o morir.
El programa Aló Presidente del domingo 13 de junio, nos trajo una luz: el Granma navega en las aguas del Lago de Maracaibo, llevado por la conciencia de la Clase Obrera que asume su compromiso histórico.
Se trata de una barcaza que el capitalismo tenía en proceso de chatarra, así le beneficiaba, así habían dejado los muelles y embarcaciones que fueron socializados por el Gobierno Revolucionario.
Los obreros petroleros con trabajo voluntario la rescataron, la hicieron operativa y la bautizaron Granma, en honor a la gesta que comenzó aquella noche del 25 de noviembre en México, pero que aún no termina.
El Granma hoy navega y es símbolo de la marcha cierta de esta Revolución. En su casco lleva las imágenes del Che, Fidel y el Comandante Chávez, en su interior la decisión de su tripulación de ir hasta el final por mantener lo conquistado, y de escalar metas superiores en la forja del Hombre Nuevo y de la Patria Nueva.
Ahora la meta debe ser, tal como lo pidió el Comandante Chávez en ese Aló Presidente: el Granma entrando en la Bahía de La Habana, llevando la buena nueva al origen. Desembarcar en ese puerto un mensaje solidario, de amor de este pueblo a los hermanos cubanos, un mensaje de unión, de internacionalismo, que los pueblos del mundo sepan que hay esperanzas.
La tripulación de ese viaje debe ser compuesta por ciudadanos de la ALBA, venezolanos, cubanos, nicaragüenses, bolivianos, islas caribeñas. Los voluntarios y apoyos pueden llamar al 0800 granma2, o al Twitter: @viajegranma.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!

17.6.10

PROPIEDAD PATRIA

El Comandante Chávez ensaya el concepto Propiedad Patria, superior al concepto Propiedad Social, lo engloba y le imprime sentimiento, lo hace más humano, más entendible, lo acerca al alma de los pueblos.

La Propiedad Patria debe ser, así lo indica su nombre, Propiedad de toda la Patria. No hay lugar a dudas ni a interpretaciones, lo que resta por dilucidar es hasta dónde se extiende el concepto, qué abarca, quién administra.

Es importante discutir la idea:

Es imprescindible para el Socialismo la Propiedad Patria de los medios de producción, y esa propiedad sólo tendrá esa dimensión si es administrada por el Estado. Sólo entrelazada con esa Propiedad se podrá construir la Conciencia de Patria que requiere el Socialismo, es decir, rescatar el sentimiento de pertenencia a ella.

Por otra parte, hay que recalcar que el concepto de Patria no es un concepto que está por encima de las clases sociales. Así, la patria del capitalista es su capital, su ganancia: si ve alguna dificultad emigra sin botar una lágrima, para él es lo mismo instalarse en Caracas, en Miami, Bogotá, Pekín o en Atenas, dependiendo de los dictados de su capital. El capitalista no duda en aliarse con el señor de las moscas, si esa alianza le garantiza seguir explotando a los pueblos del mundo.

El capitalista, con la misma falta de escrúpulo, le roba el trabajo a un obrero gringo, a un trabajador chino o brasileño. Con la misma desfachatez, contamina el Golfo de México o el Mar del Norte, deforesta la amazonía o los bosques africanos, contamina el Mar Caribe o el de Japón. Si hay ganancia todo es válido. Su patria es la chequera, el depósito bancario.

El concepto de Patria que pertenece a los pueblos desposeídos es diferente al del capitalismo. El sentido de solidaridad es vivo, hay arraigo con el territorio, pero más fuerte es el arraigo con el humano. La solidaridad de los pueblos humildes ha resistido todos los embates de la manipulación capitalista, el egoísmo lucha por instalarse en el alma de los pueblos, pero sólo consigue hacerlo a medias, no ha podido desterrar del corazón popular la fraternidad.

Fue así que entendió el llamado del Libertador para liberar el continente, supo con facilidad que La Patria es la América ”.

Los humildes incorporan a su concepto de Patria, la idea de Humanidad, acompañan el sentimiento de Martí cuando nos dice La Patria es la Humanidad", o la conducta del Che, cuando tiembla de indignación ante una injusticia cometida en cualquier lugar del mundo.

Es así, hoy el concepto de Patria Socialista abarca a toda la Humanidad , sabe que el destino de su terruño está ligado al resto del planeta, que no hay soluciones aisladas. El Libertador amaba a Caracas, pero sabía que la Patria llegaba hasta los confines de su mundo.

El concepto de Propiedad Patria Socialista, debe entenderse como propiedad de la Patria de los siempre desposeídos.

¡Viva la Patria de los Pobres de la Tierra , Viva Chávez!

16.6.10

CONTROL DE LA CLASE OBRERA

Los obreros se constituyen en Clase Obrera cuando superan su interés inmediato y consiguen unirlo concientemente con el interés estratégico: la liberación de la sociedad toda, la superación del capitalismo, la construcción del Socialismo. Es una respuesta de toda la clase, no de un fragmento de ella.
El Control de la Clase Obrera se diferencia y se enfrenta al Control Obrero en que surge y se ancla en una visión social de los problemas, se toma conciencia de que la solución no está en la fábrica sino en la transformación de la sociedad, en la revolución, y esa es su prioridad. En este instante la Clase Obrera hasta ahora comparsa del capitalismo se eleva para ser la rectora del cambio, de la Revolución. Se hace clase revolucionaria.
Aquí vale la pena recordar las palabras de Georg Lukács, cuando dice: …“que una clase está llamada a dominar significa que desde sus intereses de clase, desde su consciencia de clase, es posible organizar la totalidad de la sociedad de acuerdo a esos intereses. La cuestión que decide en última instancia acerca de toda lucha de clases es: ¿Qué clase dispone, en el momento dado de esa capacidad, de esa consciencia de clase?”
El Control de la Clase Obrera significa, entonces, la solución de los problemas de los obreros dentro de la visión más general y más profunda de la solución de los problemas de la sociedad. Es decir, la sustitución del capitalismo.
Así, la Clase Obrera constituida en clase rectora del cambio y de la construcción del Socialismo, toma control del proceso revolucionario a través del Estado que la representa. Y con su ejemplo, con su acción, conduce el proceso.
Su principal tarea es su transformación en Clase Obrera Conciente, entiende la primerísima importancia de la defensa de la Revolución, del Gobierno Revolucionario, del Comandante Chávez. Entiende que es la oportunidad, de en la práctica, unir sus intereses particulares con los intereses generales de toda la sociedad.
El ejemplo del Control de la Clase Obrera lo encontramos en la Costa Oriental del Lago, allí los obreros tomaron conciencia de su papel histórico. Partiendo de la visión general, de sociedad, se encontraron y asumieron su compromiso de clase, se hicieron internacionalistas, solidarios, defensores del proceso revolucionario.
Se entrelazan en un solo esfuerzo con los directivos de PDVSA, a través de los Comités de Gestión, los gerentes dejan de ser enemigos de la clase y se transforman, como decía Gramsci, en intelectuales orgánicos.
Y, lo que es más importante, consiguieron en el Trabajo Colectivo Voluntario el instrumento concientizador para ellos y para la sociedad, la manera para llevar a toda la sociedad la conciencia proletaria.
En Resumen, el camino hacia el Socialismo pasa por el Control de la Clase Obrera. Sólo con él podremos superar la mezquindad de las propuestas pequeño burguesas, y podrán elevarse los obreros a Clase Obrera, a Clase Revolucionaria.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!

15.6.10

¿CONTROL OBRERO, O CONTROL DE LA CLASE OBRERA?

Para dar respuestas al asunto es necesario revisar la historia de la participación obrera en la Revolución Bolivariana.
En las primeras etapas de la Revolución los obreros lo hicieron sin conciencia de clase, es decir, no tenían metas propias, proyecto propio, no se habían encontrado con su papel histórico. Sólo ahora los obreros encontrados con su ideología pueden esbozar un proyecto nacional.
Esto trae como consecuencia una feroz lucha por la conducción de los obreros, por sus propuestas en relación al Socialismo. Allí, se perfilan dos corrientes principales: El Control Obrero, y el Control de la Clase Obrera.
Para estudiarlos son imprescindibles algunas precisiones teóricas. Es necesaria una definición de Socialismo, sólo conociendo la meta podremos evaluar las propuestas. Veamos.
Socialismo es en esencia la integración social, la recomposición de la sociedad que fue fragmentada por el capitalismo. Es el rescate del sentido de pertenencia a la sociedad, de la Conciencia del Deber Social. Todas las acciones revolucionarias tienen ese fin, o mejor, una acción sólo será revolucionaria si tiene ese fin.
En contraste, la esencia del capitalismo es la desintegración de la sociedad, la pérdida del sentido social, la elevación del individualismo, la guerra de todos contra todos. Todas las acciones capitalistas tienen ese fin, sobre ese egoísmo se sostiene.
Es en la Revolución Cubana, con el Che y Fidel, que se llega a la completa comprensión del Salto Revolucionario. Oigamos a Fidel en el célebre discurso en la Universidad de La Habana en 2005:
“Hubo quienes creyeron que con métodos capitalistas iban a construir el socialismo. Es uno de los grandes errores históricos. No quiero hablar de eso, no quiero teorizar; pero tengo infinidad de ejemplos de que no se dio pie con bola en muchas cosas que se hicieron, quienes se suponían teóricos, que se habían empanfletado hasta el tuétano de los huesos en los libros de Marx, Engels, Lenin y todos los demás.
Fue por eso que dije aquella palabra de que uno de nuestros mayores errores al principio, y muchas veces a lo largo de la Revolución, fue creer que alguien sabía cómo se construía el socialismo.”
Es claro, Fidel se deslindó de los dogmáticos y de los reformistas, y ese rompimiento le permitió alcanzar escalones superiores en el pensamiento revolucionario, romper con las coyundas de la Unión Soviética de Stalin, y desligarse de las fórmulas capitalistas que ofrecían atajos para resolver los problemas sociales.
Fidel encierra toda la idea en un párrafo histórico:
“Y nosotros no debemos traducir el dinero o la riqueza en conciencia. Nosotros debemos traducir la conciencia en riqueza. Estimular a un hombre para que cumpla más con su deber es adquirir conciencia con dinero. Darle a un hombre más riquezas colectivamente porque cumple su deber y produce más y crea más para la sociedad, es convertir la conciencia en riqueza.”
Sólo desde este piso teórico estaremos en condiciones de estudiar el dilema del Control Obrero, o de Control de la Clase Obrera.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!

14.6.10

LA NUEVA MORAL SOCIALISTA

La Moral Socialista es indispensable para vencer el asedio capitalista y para crear al Socialismo. Ahora bien ¿cómo imbuir al pueblo de esa nueva moral, cómo educarlo y derrotar la moral, la ética del capitalismo?
La base material de la Moral Socialista es la hegemonía de la Propiedad Social de los Medios de Producción administrados por el Estado, sólo esta forma de propiedad puede soportarla.
El proceso ha avanzado en la fundación de esta hegemonía material: las nacionalizaciones de tierras, de empresas, el control de cambio, todos son pasos importantes en este camino. Ahora debemos completar el cuadro con la consolidación espiritual, es decir, el establecimiento de la nueva moral, de la nueva cultura.
La generalización, la Socialización de la Moral Socialista , es una batalla frontal contra la moral egoísta con siglos de colonización del alma colectiva. Dependerá de muchos factores, algunos, y no en orden de importancia, serían:
Uno, el ejemplo de los dirigentes. Los dirigentes lo son, principalmente, porque son creadores de opinión, paradigmas morales, ejemplos a imitar. De allí que su conducta tiene un papel importantísimo en la educación de la masa. Lo que ellos hagan será visto como guía.
Lo mismo vale para las instituciones: lo que ellas avalen, como se comporten, influirá en el espíritu de las masas.
Dos, los medios, televisión, prensa, cine, etc., son poderosísimos instrumentos de educación, llegan a rincones del alma colectiva que difícilmente son tocados por otras vías. Tienen la capacidad de crear ficciones que sustituyen a la realidad. Los medios tienen tanto poder que no pueden ser frente de batalla dejado a la improvisación, al descuido, la Revolución debe usarlos con mucho rigor.
Lo anterior es muy importante para la formación de la nueva moral, pero por sobre todo está la educación del hombre. Ésta sólo se consigue haciendo, construyendo, transformando su entorno. Aquí cobra importancia fundamental la movilización alrededor de objetivos políticos altruistas.
De la masa así movilizada, en la calle, juntos, alegres, brota desde lo hondo un espíritu de fraternidad inexplorado en situaciones normales. El hombre y la masa reconocen su verdadera esencia amorosa, se abren vías para el encuentro, los desconocidos se hermanan, se olvidan rencillas pequeñas, se esfuman rencores sin sentido. Se prefiguran las relaciones de la nueva sociedad. La movilización es una incomparable escuela.
El Trabajo Colectivo Voluntario es el otro pilar de la formación de la nueva moral, del nuevo espíritu, de la nueva relación entre los humanos.
Es el Trabajo Colectivo Voluntario el ejercicio de la nueva relación entre los humanos, allí la labor común es terreno para la realización plena de la individualidad. Es el reencuentro del hombre con el fruto de su trabajo, es la superación de la enajenación. El producto del trabajo colectivo voluntario es utilidad social y no mercancía.
La labor de elevar la Moral Socialista es de vida o muerte, sólo con ella podremos enfrentar con éxito los formidables embates del capitalismo.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!

13.6.10

LA JUSTICIA REVOLUCIONARIA

La justicia es un asunto vital para una Revolución, ella es reflejo y a la vez se refleja en toda la estructura revolucionaria y social, es parte esencial de su espiritualidad.

Debe dar seguridad de ser superior a la justicia burguesa, de defender a la sociedad y al individuo, siempre protegiendo el humanismo rescatado.

Así debe ser desde el inicio de la gesta revolucionaria. Recordemos los partidos que ejercieron el fusilamiento a la ligera, esos desaparecieron como revolucionarios, fueron a inflar las filas del enemigo.

En contraste, la Revolución Cubana triunfante debe su éxito al humanismo, al respeto al ser humano que demostró desde su nacimiento. Es representativo el rescate al combatiente del Granma que cayó al Golfo de México, y el trato a los prisioneros en la Sierra Maestra.

Esa revolución ha sido muy dura en su defensa, pero no ha trasgredido nunca, aun cuando ha considerado fusilar, el respeto por el humanismo que construye. Por eso es ejemplo y guía para el mundo.

Otra actitud fue la de la cuarta república, recordemos la orden de rómulo: disparen primero averigüen después”. Allí está resumida la doctrina del oligarca, no hay presunción de inocencia, no hay juicio. Basta parecer que daña los intereses de la burguesía para ser condenado y aplicada la pena máxima.

Ahora gran revuelo ha causado el aparecimiento de unos contenedores que los medios oligarcas denuncian como podridos. De ellos es comprensible, deforman la realidad, se apoyan en nuestros errores para crear tolvaneras, alharacas, ponen a correr rumores, falsifican. Aprovechan todo para favorecer su causa infame: truncar a la Revolución. Condenaron a diestra y siniestra, pidieron guillotina, se portaron como manda rómulo, dispararon y ni se importaron por averiguar.

Lo que es incomprensible es la jauría de revolucionarios que se precipitó a juzgar el hecho y acusar a destajo, a pedir pena máxima. Contribuyeron con la matriz de opinión de los oligarcas. Algunos voceros destacados perdieron la mesura, fueron más audaces y se lanzan a llamarlos: forajidos sin moral alguna”, los acusan de forajidos, y sentencian que los contenedores fueron desviados y ocultados con el objeto de robar su contenido, o sabotear la política de soberanía alimentaria.

Todos dispararon primero y todavía no averiguan.

Ya eso es una actitud contrarrevolucionaria, romulera, muy dañina. Pero lo peor es el precedente de justicia oligarca, de irresponsabilidad para con los involucrados en el hecho, y con la necesaria construcción de otra justicia, dura, implacable, pero humana, sensata.

El asunto no pasaría de una escaramuza con unos atorados de inquisición, y si no contribuyera con la oscura estrategia enemiga, no merecería respuesta sino fuese porque lesiona en lo profundo algo que esta Revolución ha ido construyendo: la magnanimidad, el humanismo que guía su accionar.

Uno de los pilares de esta Revolución, de cualquier Revolución verdadera, es que la gente se sienta protegida por ella, se sienta querida, respetada, que esté segura de estar amparada por otra justicia, durísima pero humana.

¡Sin Chávez no hay Socialismo!

¡Derrotar las maniobras oligarcas, y los espasmos inquisidores!