11.12.10

LAS TRES MUJERES (Sábado 11-12-2010)

Érase una vez, tres mujeres que vivían en un lugar del planeta de cuyo nombre no quiero acordarme. Las tres mujeres deseaban tener hijos.
La primera rogaba a Dios por un hijo, pero no quería trato con hombre.
La segunda elevaba sus plegarías a Dios para engendrar, pero no quería sufrir los dolores de parto.
La tercera rezaba todo el día pidiendo salir sólo medio preñada. De esta manera y con estas voluntades iban pasando los días de las tres mujeres…
Al cabo de unos años, pasó un circo por el pueblo de las tres mujeres, y después de nueve meses, las tres tenían hijos, las tres habían sufrido dolores de parto, las tres conservaban gratos recuerdos de la visita del circo.
Moraleja: La naturaleza, la realidad, en última instancia determina la marcha de la vida, o dicho en sencillo, deseos no empreñan.
De este antiguo cuento deberían aprender los que quieren hacer Revolución, los que quieren superar al capitalismo sin trauma, o mejor, los que quieren parir una nueva sociedad sin dolores de parto.
La Revolución es un hecho natural en la que participa la voluntad de los protagonistas, pero, en última instancia, es la realidad, la naturaleza social, la que impone sus designios.
Hoy, en la Revolución Bolivariana , hay tendencias que se comportan como las tres mujeres. Le ponen condiciones a la marcha del Socialismo. Ruegan por una Revolución, pero al mismo tiempo no quieren relaciones de producción socialistas, es decir, evitan la Propiedad Social de los medios de producción, inventan diez mil laberintos para no hacer lo que hay que hacer si se quiere una Revolución Socialista: que la propiedad de los medios de producción pase a manos de la sociedad toda, única manera de acabar con el absurdo de que unos hombres sean dueños del tiempo de otros hombres, única manera de acabar con el fraude de que unos hombres se apropien del trabajo de otros hombres, única manera de acabar con el trabajo enajenado, única manera de acabar con el capitalismo. ¡Única manera de hacer una Revolución Socialista!
Elevan plegarías por una Revolución, pero no quieren los ineludibles inconvenientes que ella trae, sólo quieren los beneficios, pretenden eludir los dolores de parto.
Rezan todos los días por una Revolución controlada, que sólo sea hasta la mitad, únicamente en ciertas áreas.
Ruegan por una Revolución que beneficie a todos, a los oligarcas apropiadores de lo ajeno y al humilde despojado.
Sueñan con una Revolución aceptada por los contrarrevolucionarios, a los que llaman a conciliar.
¡Ilusos! Un día llegará un circo y la naturaleza se impondrá sobre los deseos, la voluntad quedará sometida a la realidad, y habrá que romper los huevos para hacer la tortilla.
¡Chávez es Garantía!

10.12.10

CUATRO DE FEBRERO ESPIRITUAL (Viernes 10-12-2010)

La esencia subjetiva del 4 de febrero debe ser rescatada: es necesario fundir aquella espiritualidad con las acciones materiales de hoy. Todo paso debe ser imbuido del espíritu del 4, también de Abril y de Diciembre. Aquellas gestas, aquella subjetividad, componen la esencia de la Revolución.
Hoy es necesario renovar los votos espirituales originarios, convocar al altruismo y la entrega que nos caracterizó, prepararnos para la gran tarea de integrar a la sociedad para la batalla decisiva.
Todas las expresiones de la ideología antisocialista se agrupan, se organizan, no pierden tiempo, construyen teorías, tiran puentes hacia el norte, buscan aprobación para una posible transición. Intentan confundir.
Es necesario que la ideología Socialista afine su teoría, sus instrumentos y también su práctica, se agrupen los socialistas, se construyan ejemplos.
La Revolución es esencialmente un proceso espiritual, lo material viene por añadidura. No es posible sostener una Revolución en lo material, sin sustituir la cultura capitalista.
Con la lógica capitalista las necesidades son infinitas, insaciables, por eso es necesario modificar las necesidades, su origen y la manera de satisfacerlas. Sin ese cambio cultural no hay Revolución.
Es así, la batalla principal se escenifica entre la búsqueda de lo material, que satisface la inmediatez y anula la estrategia, enfrentada a la espiritualidad, que nos da una nueva visión, una nueva manera de vivir, donde las necesidades y su satisfacción no sean palancas de la cultura del consumismo, sino real puente para el desarrollo de lo mejor del individuo y la construcción del Socialismo.
La instalación de esa espiritualidad, de esa cultura, dependerá de los logros concretos de la Revolución. No es problema meramente teórico, se trata de una práctica que, guiada por la teoría, como dicen los clásicos, sea capaz de transformar al mundo, darle a la espiritualidad concreción que sirva de ejemplo.
Hoy esa pugna se refleja en los obreros, es allí donde debe surgir el ejemplo que guíe al resto de la sociedad, y es allí donde se escenifica la batalla principal.
Es por eso que los obreros son blanco de la ideología de la pequeña burguesía, promocionan en su seno metas que los confinan a su centro de trabajo, sólo a gerenciarlos de la manera más eficaz posible, a lo sumo lo relacionan con el entorno, pero lo desligan de la visión social, de su papel histórico: la sustitución del capitalismo por el Socialismo.
Los obreros deben entender que la liberación de la clase obrera sólo se consigue liberando a la sociedad, instaurando una sociedad socialista que construya nuevas relaciones sociales.
El gobierno de Chávez es un logro político que debe defenderse, esa conquista permite adelantos en lo social, lo económico, la organización de las masas y, sobre todo, en la creación de una nueva espiritualidad, una nueva cultura.
Nunca como ahora habíamos estado tan cerca de construir una sociedad, que indique el camino de la superación del capitalismo suicida y lleve a los individuos a terrenos donde la felicidad no sea una utopía.
¡Chávez es Garantía!

9.12.10

LAS REVOLUCIONES SON ASUNTO DE CONCIENCIA (Jueves 09-12-2010)

Hemos avanzado. La Revolución ha cumplido varias etapas, no es momento de explicarlas en este trabajo, ya vendrán historiadores a estudiar lo vivido, limitémonos a señalar que llegamos a una encrucijada definitiva.
La vida nos impuso el gran examen de la realidad que ya habló, o mejor: está hablando. Esa es la principal prueba para las teorías. No escucharla es candidez, no saber interpretarla es fatal, no ajustar el camino de acuerdo a esas voces, es testarudez.
Todo indica un desgaste en la afinidad pueblo-revolución, aunque se mantiene la conexión del Comandante con el Pueblo humilde. Muchas son las interpretaciones de esta realidad, muchas las causas posibles, intentaremos ir al fondo del asunto.
Creemos que la falla principal está en un agotamiento de la ideología que conduce a prácticas y teorías fragmentadoras, aquellas que en lo económico proponen unidades aisladas, verdaderos focos de egoísmos colectivos, unidades que disocian la fuerza subjetiva y material de los obreros. En lo social proponen unidades organizativas aisladas que profundizan el egoísmo. En lo político impiden la formación de un instrumento organizado nacionalmente, nos dejan entrampados en la maquinaria electoral, que puede ganar elecciones pero no forma el tejido que es el que otorga profundidad estratégica, el que acompaña los momentos de euforia popular, y estimula a la masa a la hora del desencanto. Esta ideología riega, arraiga en toda la Revolución la conciencia egoísta, fragmentadora.
Es necesario ir al fondo, a la raíz de esta ideología, y desde allí corregir el rumbo. Esta ideología fragmentadora se sustenta en una economía también fragmentadora, con ella se entrelaza.
Venezuela es una sociedad que tiene la particularidad de ser rentista desde hace un siglo. Esta realidad nos construyó una relación laxa con el trabajo, con la relación logro-esfuerzo. Somos más despojados que explotados, la renta cubre con su “generoso manto” las tensiones propias de la explotación.
La oligarburguesía de variadas formas se nutrió de la renta, más que productores son importadores, su moneda es el dólar, sus cuentas son extranjeras. Los obreros son pocos y poco organizados, y sus organizaciones están signadas por el economicismo. También somos una sociedad con profunda fragmentación y altísimos grados de exclusión social.
En un país así, se entiende que la Revolución estuviera impregnada de la ideología fragmentadora, de teorías que se retuercen frente a la posibilidad de organizar la economía y la sociedad de forma centralizada.
La pregunta que surge es ¿Cómo revertir la situación?
La historia señala que la Revolución en países como el nuestro, sólo es posible con un poderoso núcleo subjetivo, espiritual, de masas, anclado en la práctica, que indique al resto de la población el sendero de la conciencia y la economía social.
Este núcleo, que sirva de vitrina al Socialismo, que asombre al resto de la sociedad, es posible construirlo, o mejor, es urgente construirlo, es, junto a la socialización de la ideología socialista, paso fundamental para cosechar victorias.
¡Chávez es Socialismo!

8.12.10

LA BATALLA INFINITA (Miércoles 08-12-2010)

Toda Revolución es una lucha infinita contra la restauración, contra el pasado que la habita. Sólo entendiéndola así podemos dar cuenta de las dificultades del camino y no descorazonarnos con las desventuras de la construcción socialista.
Por eso es fundamental que la Revolución haga evaluaciones periódicas de su desarrollo, comprendiendo así el lugar donde se encuentra, el trecho recorrido y los ajustes que pide la larga marcha de romper con el pasado.
La evaluación de la batalla revolucionaria requiere el conocimiento de los bandos en pugna. Una mala apreciación de los campos enfrentados distorsionará el rumbo, confundirá los resultados, se percibirán como triunfos, lo que en realidad son derrotas estratégicas, y no entenderemos los grandes pasos que en el momento parecen sin importancia.
¿Cuáles son los bandos en pugna?
En toda Revolución la pugna es entre el Campo Fragmentador de la Sociedad, enfrentado al Campo Integrador de la Sociedad. Ese es el fondo del enfrentamiento, esos son los polos en conflicto.
El capitalismo fragmenta a la sociedad, a la economía y también a la espiritualidad, esa es la esencia de su mal, ese es el origen de todos los morbos de la humanidad, desde el calentamiento acelerado del planeta, los movimientos migratorios, el hambre, hasta la basura que la alcaldía no recoge, pasando por las penurias de los individuos sin trabajo y sin posibilidades de estudio. Todo tiene su origen en una sociedad fragmentada, una mera suma de egoísmos.
Los intentos por integrar a la sociedad han acompañado al hombre desde siempre, el “amaos los unos a los otros” es un llamado a la integración. El “Patria es Humanidad” de Martí, es la comprensión del mal que asesina a la especie despedazada. El ¡Proletarios Uníos! compendia la teoría revolucionaria, y señala el camino.
La evolución de la teoría y la práctica revolucionaria no ha sido lineal, al contrario, está llena de marchas y contramarchas, fracasos y triunfos. Todos esos sucesos son acervo, historia, sustancia de la brújula que guía los movimientos revolucionarios: “la restitución de la integridad económica y espiritual de la sociedad, son el objetivo de toda Revolución, son base de la nueva sociedad y los pilares del Hombre Nuevo.”
La lucha de los revolucionarios tiene esta esencia: luchar contra los oligarburgueses que han dividido a la sociedad en clases, superar al capitalismo que es la máxima expresión de esa fragmentación, e instaurar el Socialismo que es la única manera de restituir el todo.
Esa es la línea que define. Desde allí debemos medir las acciones revolucionarias. Lo que tenga como objetivo la integración de la Sociedad será Revolucionario, lo que la fragmente será contrarrevolucionario.
Sólo una sociedad restituida, con una economía centralizada, con Hegemonía de la Propiedad Social de los Medios de Producción, con altos niveles de Conciencia del Deber Social, será ejemplo de una nueva relación entre los hombres y de éstos con la naturaleza, y dará esperanza de salvación de la catástrofe capitalista que ya sufre el planeta.
¡Chávez es Garantía!

7.12.10

LA CONJURA (Martes 07-12-2010)

Siempre que un proceso tiene posibilidades socialistas, la restauración confabula todas sus fuerzas reaccionarias, impedir el avance revolucionario las une. Las armas son variadas, van desde el golpe frontal, hasta las argucias teóricas. Todo es válido para frenar al Socialismo. Veamos.
En las etapas más avanzadas de la posibilidad socialista, cuando el bando capitalista está desprestigiado, su sistema se desmorona y es difícil de defender de manera directa, entonces los capitalistas apelan a la ideología pequeño burguesa para intentar desviar el curso revolucionario.
Y con ella tienen grandes posibilidades de éxito. El principal peligro de la Revolución es la ideología pequeño burguesa, ésta engaña, confunde.
Su primer paso es construir una cortina ideológica con la intención de ocultar, de mil maneras, la lucha de clases, la desvían hacia luchas parciales, a los obreros y campesinos los confinan a su pequeño entorno, impiden que se reconozcan como clases, que se unan y asuman su papel histórico.
Así fragmentan la lucha, la reducen a cotos sin ninguna conexión con la política, la doman, la privan de cualquier peligrosidad para el sistema. En esa lucha dirigida por la pequeña burguesía, no se contempla la sustitución del sistema capitalista, ni la construcción socialista. No se habla de hegemonía de la propiedad ni de Conciencia del Deber Social, les temen, los saben pilares del Socialismo.
La deformación teórica es su arma más potente: con ella confunden a la masa. Despojan a la revolución de su historia, de esa manera “todo está por inventar”, la privan de la experiencia y de la teoría revolucionaria universal, “todo lo pasado es fracaso”, “no hay nada que aprender”, “todo debe ser inventado”. Sólo recuperan fragmentos e imágenes sin hilación con el presente.
En nombre de una ultra democracia individualizan la lucha: que cada uno vele por sus intereses, a eso lo llaman “libertad”, aplastan la visión social, de clase, castran a la organización.
Pretenden sumergirnos sólo en este momento histórico, que sería perpetuo. Según ese engaño, todo comenzó con nosotros: el capitalismo, su lógica, siempre ha estado allí, “es la naturaleza humana”, la lucha sólo puede ser por mejorar el entorno, nunca superar al sistema, más allá no hay nada.
Así nos confiscan la estrategia que emociona, no hay la gran meta social que convoque a un pueblo para los grandes cambios, no hay razones sagradas por las cuales luchar. La batalla se reduce a la pelea mezquina por los beneficios de hoy, el economicismo y el egoísmo, la puja con un Estado que les parece ajeno.
De esa manera pretenden derrotar en lo ideológico a la Revolución , y sabemos que esa derrota precedería a la hecatombe.
La ideología de la pequeña burguesía es certificada por el imperio, éste por un lado calumnia a la Revolución todos los días, y por otro les otorga ¡visa! a los centros ideológicos y personeros pequeños burgueses para que hagan Congresos ideológicos en New York y “Analicen la democracia venezolana”. La pequeña burguesía se conjura con sus similares y ataca a la Ideología Revolucionaria.
¡Chávez es Garantía!

6.12.10

EL SOCIALISMO Y EL INDIVIDUO (Lunes 06-12-2010)

El capitalismo se sostiene en la idea de que todos podemos llegar a ser como Bill Gates, exitosos, y si no lo somos es por flojos, poco inteligentes, por pendejos, y también faltos de suerte.
La medida del éxito es la capacidad de consumo. No se concibe un exitoso sin consumo ostentoso.
La treta es muy eficaz: implanta dentro de cada individuo la necesidad de correr hacia el éxito, porque esa es la solución a los problemas, y de no conseguirlo, como sucede en todos los casos (porque siempre hay un escalón arriba, uno más rico), entonces viene la frustración, la búsqueda del culpable, que nunca será el sistema capitalista.
Por ese camino, con ese esquema de vida, el capitalismo llenó al planeta de capitalistas realmente existentes, y de capitalistas frustrados que nunca llegarán a serlo. Pero la meta es la misma: la vida estilo norteamericano exitoso, como el que aparece en las películas.
Con los mismos mecanismos psíquicos y argumentos, con la misma vehemencia que los millonarios oligarburgueses defienden sus intereses y su sistema, los pobres de solemnidad defienden esos mismos intereses y ese mismo sistema. Esa es la magia y la paradoja de la dominación, hacer que los desposeídos defiendan al sistema y a los apropiadores.
En el mundo de la competencia, en esa selva, está oculto el “tesoro del sueño americano”. Pronto los buscadores se dan cuenta que participan en una guerra de todos contra todos, donde no hay cuartel. Y así, la búsqueda de la “vida de película y novela” fragmenta a la sociedad y nos transforma en esta humanidad de náufragos, guerreros de la infelicidad, constructores y protectores de nuestra propia opresión.
Para liberar a un pueblo esclavizado por su propia conducta, hay que hacerle ver que sólo en sociedad podrá encontrar, construir, un mundo donde sus problemas individuales tengan solución, hacerle sentir que su vida cotidiana, sus dificultades de todos los días, tienen como causa, no al inmediato entorno, sino a la fragmentación de la sociedad, al sistema capitalista.
Cuando el individuo sea capaz de conectar un problema de su vida, digamos, la posibilidad de estudiar, o más adentro del alma, las ganas de estudiar, o la capacidad de estudiar, cuando sea capaz de conectar ese problema con el sistema capitalista que lo estafa, cuando comprenda que no hay salida individual, que la solución es en sociedad, en ese instante se abre el sendero de la Revolución, de la redención de los individuos y de los pueblos.
Cuando el individuo entienda que el Socialismo lo rescata de la vida miserable material y espiritual, que abre la posibilidad del desarrollo de sus mejores cualidades de humano, le devuelve el sosiego de saberse querido y protegido por la Sociedad, que en cada esquina surgirá un hermano. Cuando eso se entienda y se sienta, se abrirán las puertas del cielo, volveremos a ser humanos, que es una manera de nombrar a los ángeles ¡Ese será el asalto del cielo!
¡Chávez es Garantía!

5.12.10

LICENCIA TEÓRICA (Domingo 05-12-2010)

Está dicho: “una Revolución no puede ir más allá de la ideología que la sustenta”. La intuición, el olfato, pueden ser soportes de un proceso en sus primeras etapas, pero si la teoría falla, esa Revolución será inevitablemente atrapada por el capitalismo. Una Revolución tiene derecho a licencia teórica, pero esa holgura es pequeña. Podemos decir que, en última instancia, la fuerza de una Revolución estará dada por la robustez de su teoría.
La Revolución Bolivariana entra en necesidad de afinar su teoría, de no hacerlo el rumbo se tornará errático, nos faltará la idea conductora.
El pueblo reclama esa teoría que lo guíe en el turbulento mar donde navegamos, cruzados por las manipulaciones de la derecha imperial, los extravíos pequeño burgueses y los errores de los despreciadores de la teoría, que se conforman con las apariencias y el sentido común adquirido en su pequeño entorno. Aquí cabe recordar las palabras de Martí: “Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima”…
Es hora de desechar los cretinismos que nos alejan de la necesaria construcción teórica, de vencer, de una vez por todas, la patraña castrante que sustentó al populismo de la cuarta república, simbolizada en el “juan bimba” que consideraba la ignorancia una virtud, el estudio como un desperdicio y la inteligencia una maldición.
Es hora del rigor, de la reflexión, de aprender de los que han aprendido, para poder entender y traducir nuestra realidad, de aquí y de ahora. Es momento de participar, sin complejos ni subterfugios, del torrente de conocimientos que es la historia nuestra, pero también la historia universal y la historia del pensamiento revolucionario.
La victoria acompañará a los pueblos que estudian, se culturizan, reflexionan y derrotan la ignorancia que les impone el capitalismo. La victoria sólo acompañará a los pueblos que prestigian la lectura, la escritura y el pensamiento como unas de las actividades prácticas más importantes.
De allí que el estudio, la formación, la elaboración teórica deben ser fundamentales pilares para el triunfo del 2012. Un pueblo culto es un pueblo que puede identificar las manipulaciones de los oligarburgueses, derrotar las deformaciones de los medios de nocomunicación, identificar las argucias que levantan contra la Revolución, y es un pueblo que puede tomar las decisiones correctas en los momentos correctos.
Es necesario derrotar los extravíos que han obstaculizado el estudio y la reflexión, que desprecian y han transformado en un mero trámite, en una formalidad sin resultado.
Debemos recordar la advertencia del Libertador: “La esclavitud es hija de las tinieblas”. “Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción”… “Por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza”
¡Chávez es Garantía!