15.1.11

LOS REFUGIOS (Sábado 15-01-2011)

En la turbulencia revolucionaria toda acción de gobierno es un escenario para el combate entre el Socialismo y la restauración. Los refugios no escapan a esta situación, allí ocurre, hoy, una de las batallas más importante de la Revolución.
Los refugios, más allá de la acción asistencial, que es justificada, se deben considerar territorios políticos de primera prioridad. Alrededor de los albergues se enfrentan varias ideologías. Veamos.
La primera que encontramos es la ideología capitalista opositora, que busca convertir la tragedia en lucro político. Andan a la caza de cualquier dificultad para incitar a la protesta. Sus medios de nocomunicación difunden, magnifican cualquier malestar. Pretenden convertir a los dignificados en niños consentidos, que sólo aprobarán al padre si se les cumplen todos los caprichos, convertirlos en “instrumentos ciegos de su propia destrucción”.
Otra ideología que aparece frente a los refugios es la ideología tradicional cuarta republicana, es aquella que postula que el apoyo del pueblo humilde al gobierno estará en relación directa al beneficio material. Esta conducta, clientelar, adeca, populista, degrada al pueblo humilde a la condición de mercenarios, ofende así, a los herederos de las grandes hazañas que nos dieron la nacionalidad, subestiman al pueblo de Bolívar, lo neutralizan para acciones constructoras de mundos, lo confinan a la mediocridad. Son en el fondo enemigos del pueblo y de la Revolución.
También nos encontramos con la ideología, la actitud revolucionaria, que propone, con un alto grado de fe en el pueblo, que los refugios se conviertan en símbolos de la lucha por la conquista del Hombre Nuevo, que allí se produzca una transformación que asombre al mundo, que sea ejemplo de lo que es capaz un pueblo antes explotado, expropiado material y moralmente, cuando se le da la oportunidad de erguirse y demostrar sus mejores condiciones humanas.
Allí en los refugios se confronta el futuro de la patria. En ellos se decidirá si regresamos a condiciones de esclavitud moderna, o si es posible escapar a la condición de pueblo rentista, si es posible que afloren colectivas muestras de una sociedad con alto grado de Conciencia del Deber Social, conciente de que amor con amor se paga, que la suerte de todos depende del comportamiento de cada uno, y la suerte de los individuos depende de la suerte de la sociedad toda, que no hay salida individual. Este es el reto de la Revolución.
¿Cómo medir el avance en los refugios?
La medida será el grado, la calidad y la cantidad de las acciones colectivas que sea capaz de hacer el refugio, o los refugios.
Sería emocionante, sería buen augurio para la Revolución, si los refugios un día se concentran en el Teresa Carreño para un acto cultural, donde presenten su poesía, corales, teatro, donde se presenten sus brigadas de Trabajo Colectivo Voluntario para la autoconstrucción de viviendas, donde se apoye al Comandante, a la Revolución. En definitiva, donde se muestre el hombre elevado en su condición humana, beneficiado por el esfuerzo de todos, desprendido del egoísmo.
¡Chávez es Garantía!

14.1.11

GOBIERNO, CONCIENCIA Y PRÁCTICA

El arribo al gobierno es indispensable para una Revolución, porque sólo desde allí se puede socializar la espiritualidad revolucionaria, irradiarla a toda la sociedad, colocarla en el centro de la pugna por la hegemonía, por la conducción.
Es el Gobierno Revolucionario el comando de la batalla por la sustitución de la conciencia. Siendo así, la espiritualidad que irradia desde el gobierno, será rectora, determinará el sentido de las acciones parciales. En otras palabras, el camino, la velocidad, el ritmo de la batalla central de la Revolución, que es la sustitución de la conciencia egoísta capitalista, estará determinada por la espiritualidad que el gobierno refleje sobre la sociedad.
Ahora bien, en el gobierno, en el seno de la Revolución, ocurre una feroz lucha ideológica, de clases, y esta lucha ideológica se manifiesta en la práctica del gobierno: es su reflejo y se refleja en él. La ideología hegemónica en el gobierno, será la ideología hegemónica en la práctica del gobierno.
Este fenómeno se aprecia muy bien en la Revolución de la Independencia: Bolívar tenía el mando, pero las ideas que él encarnaba no eran hegemónicas, fue así que no pudo imponer la liberación de los esclavos, que era una reivindicación que marcaría el carácter de aquella Revolución. A pesar de tanto esfuerzo y tanta batalla de los desposeídos y sus líderes, al final dominó la ideología y la práctica oligarca, y el Libertador terminó sus días en Santa Marta pensando que había arado en el mar.
Nuestra Revolución vive intensamente esta situación de enfrentamiento, ocurre a todos los niveles, desde el plano individual, dentro de nosotros mismos, hasta en las más altas esferas de la conducción.
En esta realidad, surge una pregunta: ¿Qué deben hacer los Revolucionarios, cuál debe ser su práctica?
La práctica revolucionaria será la que apuntale y sea sustentada en la teoría revolucionaria, la que contribuya a fortalecer la opción revolucionaria. Esto es, aquella práctica que acompañe el ritmo, la velocidad, los límites propuestos por el Comandante Chávez, y que dentro de esos límites impulse la Conciencia del Deber Social, la integración de la sociedad como esencia del Socialismo y a la Propiedad Social de los Medios de Producción administrados por el Estado como pilar fundamental de esa conciencia.
La práctica revolucionaria debe contribuir a hacer hegemónica la ideología, la espiritualidad revolucionaria, entrelazarse con ella, influirse mutuamente, enriquecer y ser enriquecida por la teoría. Debe demostrar con resultados, en primer lugar, que produce apoyo a la Revolución, forma militantes revolucionarios, hombres nuevos, nuevas relaciones humanas, y que ese apoyo militante surge de la comprensión de la pertenencia a una causa sublime: la defensa de la Humanidad, de la Patria. Con ese sentimiento enraizado en el alma seremos invencibles.
La Revolución nuestra ha llegado a un punto donde se puede medir la eficacia de las diferentes propuestas ideológicas por sus resultados.
¡Chávez es Socialismo!

13.1.11

PRESERVAR EL MILAGRO (Jueves 13-01-2011)

En Venezuela está ocurriendo un milagro que al mundo sorprende, es aquí que asoma la posibilidad de hacer la Revolución que la humanidad espera. No es lugar para explicar por qué surge entre nosotros la ocasión del gran cambio. Limitémonos a decir que a eso contribuye la historia, somos herederos de próceres, es una tradición de lucha que nos habita, o que en la periferia los sistemas de dominación del imperio son más laxos, o que aquí surgió un líder, o que las fortunas burguesas se construyeron más por la especulación y transferencia de la renta petrolera que por la sangre del proletariado.
Lo importante es que aquí se da la posibilidad, y debemos aprovecharla.
¿Qué hacer, cuál es el reto histórico?
Lo primero es vencer la tentación petrolera. Esto es, romper con el círculo perverso que mide a un gobierno por su manera de repartir la renta: si reparte mucho para abajo es bueno, si cierra el chorro es malo. De esta manera, si el petróleo está alto los gobiernos son buenos, si las migajas eran escasas el gobierno era malo.
Romper este círculo, que es superar la lógica de país rentista, no es fácil, todo el armazón social y político obliga a permanecer cautivo en esas reglas, al desobedecerlas se corre alto riesgo. Pero sin romperlas no hay Revolución posible.
El Libertador nuevamente es nuestro maestro. La Revolución de la Independencia requería de una alta espiritualidad que la apoyara, en esas circunstancias él dice: “moral y luces son nuestras primeras necesidades”… No habla de nada material, a pesar de la situación de miseria que atravesaba aquella sociedad, sólo apunta a la conciencia, a la moral, al conocimiento, a las luces que lo sustenta.
El Libertador en el discurso de Angostura nos señala: “Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición (….) La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción (…) porque son los pueblos, más bien que los gobiernos, los que arrastran tras sí la tiranía.”
Tenía claridad el Padre de la Patria , todas sus acciones, sus proclamas, la libertad de los esclavos, todo, tenía como norte el establecimiento de la nueva moral, vale decir, de la nueva conciencia, de pertenencia a una nueva sociedad, de patria, de hombre humanizado. Cuando Bolívar pide la liberación de los esclavos, lo mismo cuando instaura la Orden de Los Libertadores, la causa primera es moral, invoca la igualdad del hombre, su ansia de libertad no es un asunto económico. Él así, estaba creando conciencia de pertenencia de todos a la nueva sociedad que surgía, elevando la condición humana.
He allí la clave del dilema que hoy confrontamos. El centro de la Revolución tiene que ser el establecimiento de la nueva Conciencia, las acciones materiales deben estar al servicio de este logro espiritual.
¡Chávez es Garantía!

12.1.11

LA CONCIENCIA DE LA RENTA (Miércoles 12-01-2011)

En Venezuela, país rentista petrolero, la Revolución tiene características muy peculiares. Aquí la depredación adquiere cualidad más de despojo que de apropiación del trabajo ajeno. Es decir, la burguesía, la clase privilegiada, surge y se mantiene, más por medrar de la renta, que por chupar la sangre obrera. Entonces la disputa es más por aproximarse a la renta que liberarse de la explotación del trabajo.
Sin embargo, el sistema capitalista deja su huella de enajenación en la sociedad. Somos una sociedad enajenada, o mejor, una sociedad deformada en la enajenación. El Che describía a estos países nuestros: "Un enano de cabeza enorme y tórax henchido es subdesarrollo. En cuanto a que su débiles piernas o sus cortos brazos no articulan con el resto de su anatomía, es el producto de un fenómeno teratológico que ha distorsionado su desarrollo".
Es así en la economía y también en la espiritualidad.
Esto explica las deformaciones nuestras: barrios que se derrumban portando antenas de Directv, o de recogelatas con celular, obreros que piden dividendos en empresas quebradas. Capaces de dar la vida por salvar a un Presidente, pero no toleran que se vaya la electricidad media hora y, eso es suficiente para que abandonen cualquier causa… De dólares abundantes y gastos abundantes.
Pueblo difícil de organizar y difícil de domar, que sabe tanto de béisbol, como huele una traición de un político oportunista. Puede elegir a un ángel, igual que apoya a un demonio. Libera a un continente y también expulsa a su Libertador. Sociedad apta para el heroísmo, como en abril, y también para el egoísmo insensato que pone en jaque a la empresa revolucionaria.
Es así, en este país existen condiciones inmejorables para la Revolución, Su “desarreglo social”, su irreverencia, ha impedido que la dominación se afiance, no ha conseguido crear el clima de obediencia y sumisión propio de la opresión de los países desarrollados. Aquí el sistema de dominación siempre ha sido imperfecto.
Estas condiciones especiales necesitan un tratamiento político especial, un alto nivel de creatividad, pero también un alto grado de aprovechamiento de la experiencia universal, sólo así habrá combate contra la tendencia natural a la improvisación teórica y práctica, la provisionalidad, el ensayo inconciente, el derroche de energía mental y material.
Es indispensable una fuerte ligazón con el líder y una fuerte vanguardia, una suerte de apóstoles que con su ejemplo y su acción luchen contra la conducta del capitalismo petrolero egoísta y le den sentido espiritual, de integración social, a las reformas económicas que emprende la Revolución.
Es imprescindible el ejemplo de integración social, de Conciencia del Deber Social. Hacer entender a la masa rentista la necesidad de integrarse como sociedad. Y eso sólo es posible con un Socialismo que con firmeza y convencimiento nos lleve a la nueva visión de sociedad integrada, donde la suerte de uno dependa de la suerte de todos.
¡Chávez es Garantía!

11.1.11

DOMINACIÓN Y LIBERACIÓN (Martes 11-01-2011)

Sin entender el sistema de dominación no es posible construir un sistema de liberación. Una teoría Revolucionaria deberá surgir de la comprensión de la teoría de la dominación.
Es imposible explotar a un pueblo e impedir su rebelión sólo con la represión física. Los pueblos aceptan su esclavitud porque son colonizados en su espíritu, convertidos en gendarmes de su propia prisión. Es en esa colonización del alma donde reside la fortaleza de la dominación, y es allí donde se escenifica la batalla más importante por la liberación.
La pelea fundamental de una Revolución es en el espíritu. El Libertador lo describe cuando dice: “por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza”. De allí que podemos afirmar: Revolución que no construya su teoría y su acción alrededor del espíritu, está destinada a fracasar.
¿Cómo hacerlo?
La Revolución es en primera instancia una conmoción en el espíritu. Las sociedades son estremecidas por un acontecimiento (El Moncada, el 4 de febrero) que desata la intuición de la necesidad y la posibilidad de un cambio total, ese cambio se encarna en un líder. Esa emoción que estalla, abre una vía al alma colectiva. Ya en ese instante se crearon las condiciones indispensables para la sustitución espiritual.
El capitalismo, dominante en la ideología y en la práctica, lleva la ventaja. El campo revolucionario cuenta con la emoción, la fe en el líder y la justeza de ideas hasta ese momento inéditas.
El desenlace de esta confrontación dependerá del entendimiento que del objetivo principal tengan las fuerzas revolucionarias. No es fácil llegar a esa comprensión, las circunstancias conspiran para nublar la meta. La lógica que nos habita, instalada en todos desde hace milenios de explotación, extravía la marcha de los procesos que le son adversos.
El objetivo revolucionario está claro, ya la historia nos lo indica. Siglos de trabajo teórico y práctico, de revoluciones fracasadas, de líderes incomprendidos, de sangre derramada, han labrado y despejado el objetivo.
“Se trata del rescate del espíritu amoroso, de la Conciencia del Deber Social, del sentido de pertenencia a la sociedad, del rescate de la armonía del hombre con sus semejantes y con la naturaleza.”
Todo intento revolucionario fracasado se apartó de este objetivo.
Al principio los afanes revolucionarios pretendieron conquistar la liberación dentro de las reglas, la lógica del capitalismo. Se quiso crear en las entrañas del monstruo, falansterios, fábricas, núcleos donde se establecieran las nuevas relaciones. El capitalismo atrapó las intenciones aisladas.
Después se quiso liberar al hombre, transformando parcialmente sus circunstancias materiales, el resultado fue desastroso. Y el capitalismo renació vigoroso de las relaciones de propiedad que sustentaron aquel egoísmo colectivo, y la rueda de la historia dio una vuelta atrás.
Con la Revolución Cubana se comprende lo que Jesús predicaba: “No sólo de pan vive el hombre.” La conciencia, el espíritu, es lo fundamental.
Esta Revolución nuestra debe complementar los logros materiales con grandes logros en la superación del espíritu egoísta capitalista. Esa es una emergencia superior a la generada por las lluvias.
¡Chávez es Garantía!

10.1.11

LAS REVOLUCIONES SON ASUNTO DE CONCIENCIA (Lunes 10-01-2011)

Hemos avanzado. La Revolución ha cumplido varias etapas, no es momento de explicarlas en este trabajo, ya vendrán historiadores a estudiar lo vivido, limitémonos a señalar que llegamos a una encrucijada definitiva.
La vida nos impuso el gran examen de la realidad que ya habló, o mejor: está hablando. Esa es la principal prueba para las teorías. No escucharla es candidez, no saber interpretarla es fatal, no ajustar el camino de acuerdo a esas voces, es testarudez.
Todo indica un desgaste en la afinidad pueblo-revolución, aunque se mantiene la conexión del Comandante con el Pueblo humilde. Muchas son las interpretaciones de esta realidad, muchas las causas posibles, intentaremos ir al fondo del asunto.
Creemos que la falla principal está en un agotamiento de la ideología que conduce a prácticas y teorías fragmentadoras, aquellas que en lo económico proponen unidades aisladas, verdaderos focos de egoísmos colectivos, unidades que disocian la fuerza subjetiva y material de los obreros. En lo social proponen unidades organizativas aisladas que profundizan el egoísmo. En lo político impiden la formación de un instrumento organizado nacionalmente, nos dejan entrampados en la maquinaria electoral, que puede ganar elecciones pero no forma el tejido que es el que otorga profundidad estratégica, el que acompaña los momentos de euforia popular, y estimula a la masa a la hora del desencanto. Esta ideología riega, arraiga en toda la Revolución la conciencia egoísta, fragmentadora.
Es necesario ir al fondo, a la raíz de esta ideología, y desde allí corregir el rumbo. Esta ideología fragmentadora se sustenta en una economía también fragmentadora, con ella se entrelaza.
Venezuela es una sociedad que tiene la particularidad de ser rentista desde hace un siglo. Esta realidad nos construyó una relación laxa con el trabajo, con la relación logro-esfuerzo. Somos más despojados que explotados, la renta cubre con su “generoso manto” las tensiones propias de la explotación.
La oligarburguesía de variadas formas se nutrió de la renta, más que productores son importadores, su moneda es el dólar, sus cuentas son extranjeras. Los obreros son pocos y poco organizados, y sus organizaciones están signadas por el economicismo. También somos una sociedad con profunda fragmentación y altísimos grados de exclusión social.
En un país así, se entiende que la Revolución estuviera impregnada de la ideología fragmentadora, de teorías que se retuercen frente a la posibilidad de organizar la economía y la sociedad de forma centralizada.
La pregunta que surge es ¿Cómo revertir la situación?
La historia señala que la Revolución en países como el nuestro, sólo es posible con un poderoso núcleo subjetivo, espiritual, de masas, anclado en la práctica, que indique al resto de la población el sendero de la conciencia y la economía social.
Este núcleo, que sirva de vitrina al Socialismo, que asombre al resto de la sociedad, es posible construirlo, o mejor, es urgente construirlo, es, junto a la socialización de la ideología socialista, paso fundamental para cosechar victorias.
¡Chávez es Socialismo!

9.1.11

LA REVOLUCIÓN Y EL CONOCIMIENTO (Domingo 09-01-2011)

Es hora de atender el llamado del Comandante Chávez y discutir las relaciones del conocimiento, de la ciencia, de la tecnología, de la universidad, con la Revolución, con la sociedad, la humanidad.
Una primera observación es que los países dominantes son países con un alto grado de desarrollo tecnológico y alto nivel de investigación en Ciencias Puras. En contraste, los países dominados son pobres en tecnología, en investigación.
Es fácil concluir que la posesión de la ciencia, del conocimiento, es parte fundamental de la dominación, y por tanto, formará también parte imprescindible de la liberación. En otras palabras: no será posible la Revolución sin un extraordinario desarrollo del conocimiento y de la ciencia. De la adquisición y socialización de ese conocimiento dependerá en gran medida la suerte de los procesos emancipatorios.
No es pensable una Revolución sin un alto grado de conocimiento, de ciencia. La Revolución siempre ha estado del lado de la inteligencia, y la dominación del lado de la ignorancia. Recordemos que El Libertador dijo: “por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza”.
En la agresión gringa contra Irán prima el asesinato de científicos de primer orden, sabe el imperio la importancia en la disputa del conocimiento.
La Revolución Cubana, Fidel, el Che, entendieron temprano la necesidad del conocimiento riguroso, de su producción, su socialización y difusión. Fidel en un célebre discurso el 15 de enero de 1960, a un año de la toma del poder, nos dice:
“Hoy, los científicos, los investigadores, tienen todas las oportunidades, sobre todo, la gran oportunidad de que cada una de las cosas que realicen, cada uno de los esfuerzos que hagan, van a beneficiar directamente a su pueblo y a su patria. Hoy tienen la satisfacción de saber que hay un gobierno revolucionario que busca la verdad, que necesita de los científicos, que necesita de los investigadores; porque es el minuto en que todas las inteligencias tienen que ponerse a trabajar, en que todos los conocimientos no son suficientes para la obra que se realiza y son necesarios más conocimientos: y así, el científico, como el artista, tiene hoy el escenario ideal donde su inteligencia y su talento pueden encontrar desarrollo pleno en busca de la verdad y del bien” …
“El futuro de nuestra patria tiene que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia, tiene que ser un futuro de hombres de pensamiento, porque precisamente es lo que más estamos sembrando; lo que más estamos sembrando son oportunidades a la inteligencia (…) Por eso, nosotros consideramos que el mejor sistema es aquel que le brinda la oportunidad de ir a la universidad, no al privilegio sino a la inteligencia”…
Hoy en Cuba existen más de 217 grandes centros de investigación, que trabajan, en palabras del Ministerio de Ciencia, tanto en la asimilación de la ciencia mundial de avanzada, como también para desarrollar y producir conocimientos y tecnologías propias que garanticen la solución de los problemas concretos del desarrollo del país.
¡Chávez es Garantía!