25.6.12

DOS CICLOS (Lunes 25-06-2012)


La Revolución pacífica nuestra, presenta dos ciclos: el ciclo electoral y el ciclo de la bonanza. Debemos entenderlos para poder diseñar las tácticas y las estrategias. Veamos.
El ciclo electoral se caracteriza por un período de elecciones burguesas y un período de noelecciones.
En el período de no-elecciones, la revolución puede desarrollar su propia lógica, su fisiología. Es un período propicio para sentar las bases materiales y espirituales del Socialismo. La Revolución lleva la ventaja, tiene la iniciativa, la batalla se da en campo despejado. Esta fase del ciclo se debe aprovechar para acumular conciencia, organización, formación y afilar la fuerza revolucionaria.
Al contrario, en el período electoral burgués, la oligarquía pelea en su terreno. Más de medio siglo de costumbres, de condicionamientos la respaldan. Ya hemos dicho que  las elecciones burguesas están talladas para perpetuar al sistema burgués y elevar su esencia espiritual: el egoísmo. Son un torneo donde la masa se sumerge en lo trivial, el oropel del marketing se sobrepone a la enjundia, lo inmediato arropa a lo estratégico, la manipulación publicitaria guía las decisiones. La promesa, la dádiva material desecha cualquier argumento. De ellas sale, esa es la costumbre, una masa fragmentada, despolitizada, pueril.
Siendo así, es un período en el que se pone a prueba la conciencia revolucionaria, la organización, la información acumulada en la fase no electoral. Si la acumulación es deficiente, entonces la Revolución debe hacer concesiones a la lógica electoral burguesa, subordinar a ella el avance y conceder merma de conciencia, de formación. Ahora, si la acumulación es satisfactoria, la Revolución puede dar a las elecciones otro contenido.
El ciclo de bonanza, a su vez, está compuesto por período de "normalidad" y período de turbulencia.
El período de "normalidad" es de buena situación económica, altos precios del petróleo, oligarquía replegada, sin iniciativa, trabajando en los subterráneos de la infamia, preparando magnicidios, golpes, gritando desde Miami o el Perú, pero siempre sin levantar muchas olas. En este período la Revolución tiene oportunidad de avanzar, de romper con la cultura de la renta y sentar las bases éticas, espirituales, que fortalezcan a la Revolución.
El período de turbulencia es caracterizado por dificultades económicas, bajos precios del petróleo y presión de las reivindicaciones de la masa. En este período, tal como en el período electoral pero de manera más dramática, se pone a prueba la fortaleza conseguida en el período de "normalidad".
Son dos ciclos y cuatro períodos. De la correcta apreciación de cada uno de ellos dependerá el éxito. Estos ciclos presentan alto peligro de extravío, en las fases propicias para la acumulación existe la tentación de olvidar que el viento a favor es pasajero, y de descuidar el fortalecimiento para los períodos de turbulencia. Estos períodos de bonanza son favorables para la pirueta teórica, en él pululan las tesis distraccionistas, reformistas y restauradoras. La clase que columpia entre la burguesía y los obreros, que los clásicos llaman pequeña burguesía, término que ofende a algunos, tiene campo fértil para ensayar sus extravíos.  
¡Con Chávez!

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