22.12.12

CRISTO Y MARX (Sábado 22-12-2012)

Los sistemas de dominación entendieron que la división de sus enemigos es una garantía de su permanencia, y comprendieron que la división más importante es la ideológica. Desde siempre han intentado dividir al Cristianismo y a la Revolución, separar la espiritualidad revolucionaria de la práctica revolucionaria, la conciencia de la materialidad. De esa manera castraron a una y a otra, y así consolidaron por milenios la dominación.
A Cristo, al cristianismo, lo privaron del componente político revolucionario, lo absorbieron, lo pusieron al servicio de las clases dominantes, lo transformaron en formidable barrera defensora de sus derechos. Cortaron sus nexos con las luchas de los desposeídos, a estas luchas las privaron del objetivo de la toma del poder político, remitieron su redención a otro mundo, las convirtieron en inofensivas. Transfiguraron a Cristo en iglesias monumentales, lo subieron al altar y lo alejaron de la lucha por la redención definitiva de los humildes, de la revolución.
A las luchas revolucionarias las confinaron a las luchas por objetivos materiales, abandonando lo espiritual. Así, se pensó y se dijo que bastaba con modificar las relaciones de producción para que, de las nuevas relaciones, brotara la nueva espiritualidad.
Cristo fue secuestrado por las clases dominantes, y la Revolución no se planteaba liberarlo, se conformaba con las luchas en lo económico.
Fueron el Che y Fidel, a los que podríamos calificar los más cristianos de los ateos, quienes en la teoría y en la práctica consiguieron iniciar la fusión de Cristo y la Revolución, y eso es la Revolución Cubana. Ese proceso demostró en la práctica, y la historia así lo confirma, que la "Revolución verdadera tiene que ser una fusión de lo espiritual dirigiendo los cambios materiales, y los cambios materiales soportando a la espiritualidad". Desde la toma del Moncada, todos los grandes pasos de la Revolución de Fidel han sido signados por esta máxima.
Ahora sabemos que, en esta parte del mundo, no podrá haber Revolución sin Cristo, el que magníficamente nos muestra Rubén Dri en su libro "El Movimiento Antiimperial de Jesús", el verdadero, el revolucionario, el que se enfrentó al Imperio Romano y a los jerarcas religiosos, cómplices de esa dominación. Sin unir a ese Cristo con el empeño revolucionario, sin unir esa experiencia espiritual con la experiencia revolucionaria, sin fusionarlas, no habrá Revolución.
No podrá haber Revolución sin bajar de los altares a Cristo, sin liberarlo, y sin que se dé la mano con Marx, con el Che, Lenin, Trotsky, Mao, Rosa, Fidel y Chávez. Es época, los tiempos están maduros, de hacer realidad el “amaos los unos a los otros”, de dotar a ese hermoso mandamiento de la materialidad, de las relaciones, que intentaron los Cristianos Primitivos que ejercieron el "de cada quien según su capacidad, a cada uno según su necesidad”.
Sin duda Cristo era socialista, y Marx cristiano. Ellos no lo sabían, pero qué importa, no es un problema de etiquetas sino de acción. A los dos los guiaban profundos sentimientos de amor.
¡Con Chávez siempre!

21.12.12

FRATERNIDAD Y LUCHA DE CLASES (Viernes 21-12-2012)

Con insistencia se acusa a la Revolución y al Comandante de ser propiciadores de odio entre hermanos, de disgregación de la sociedad, de sembradores de la discordia, de propiciadores de la lucha de clases ¿Qué hay de cierto en esto? Veamos.
La sociedad tal como la conocemos está dividida en clases, y esta división no es capricho ni voluntad de los humanos, es producto de las relaciones económicas, sucede más allá de los deseos. Ahora bien, la sociedad dividida vive en una constante lucha de clases. Las clases marginadas, excluidas, explotadas, expresan su desacuerdo, su incomodidad, su rebeldía, de formas diversas, desde la delincuencia, la pugna por los salarios, las manifestaciones populares, las canciones, hasta el arte, la filosofía, etc.
Cuando esa lucha de clases se eleva a una pugna por tomar el poder, y desde allí desarrollar los distintos proyectos de sociedad, de nación, entonces, la lucha de clases se hace política. Y, si producto de esa pugna política, se produce un desplazamiento de las clases gobernantes que se apropiaban de la riqueza social, entonces se abre un período donde hay posibilidades de desarrollar un proyecto de país distinto, se habla, en este caso, de un período revolucionario.
En Venezuela, con la llegada al poder del Comandante Chávez se abrió un período revolucionario. Se comprende que la lucha de clases siempre existía, sólo que ahora se expresa políticamente, con la posibilidad de imponerse un proyecto de sociedad distinto al proyecto expoliador capitalista. Analicemos los proyectos en pugna.
Por un lado, está el proyecto capitalista globalizador impulsado por el imperio, que tiene su mejor ejemplo en el tratado comercial con México, creador de tales niveles de miseria, que hace necesario la construcción de una moderna muralla china que aísle a los Estados Unidos de los miserables que su sistema ha creado.
Por otro lado, está el proyecto del Socialismo Bolivariano y Cristiano que propugna el Comandante Chávez. Un proyecto que busca integrar a la sociedad, reconstruir las relaciones sociales en base al amor, construir una sociedad donde nadie se apropie de la riqueza que pertenece a todos, que nadie viva en la opulencia a costa de apropiarse de la riqueza social, que nadie quede excluido, en resumen, que el hombre deje de ser lobo del hombre.
Queda claro que el proyecto revolucionario, es un proyecto de verdadera paz, la paz con justicia. Un proyecto de inclusión, que no discrimina a nadie, donde tienen cabida todos los que quieran colaborar en la construcción de un mundo donde el individuo deje de ser un huérfano en un desierto de egoísmos.
¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!

20.12.12

EL OBSEQUIO DE LA HISTORIA (Jueves 20-12-2012)

Las elecciones de gobernadores le obsequiaron a la Revolución Bolivariana la oportunidad, probablemente la última, de rectificar. La fuerza del anhelo de cambio es tan grande que soporta nuestros grandes errores y nos da la magnífica posibilidad de subsanarlos, de repensarlos. En las elecciones en las que no participa Chávez se muestran con más nitidez las fallas, son un retrato fiel de nosotros. De su estudio riguroso depende el éxito.
Lo primero que salta a la vista es la necesidad de un fuerte remezón, una rectificación profunda en el Poder Popular, en el Partido, un replanteo de la organización revolucionaria en todos los campos. Veamos.
El Poder Popular tiene como principal objetivo garantizar la existencia de la Revolución. Si no es capaz de protegerla, de defenderse a sí mismo, de garantizar su propia existencia, entonces es inútil. Ahora bien, la principal batalla en esta etapa de la Revolución Pacífica son las elecciones, si en ellas el Poder Popular no tiene un papel determinante, si lo ahoga la abstención, si lo embriagan los vapores de la publicidad, debemos escuchar las alarmas y rectificar.
El Socialismo es un cambio en la existencia del humano, se pasa de una vida egoísta, individual, aislada, fragmentada, a relaciones fraternas, de soluciones sociales. En Socialismo los intereses, las metas sociales y las individuales dejan de ser contradictorias, el hombre deja de ser lobo del hombre, el individuo se realiza junto y dentro de la sociedad.
Entonces si esa es la meta, el Poder Popular, pilar de la construcción del Socialismo, tiene que ser ejemplo de esa nueva relación, escuela de la formación de la conciencia socialista, ejemplo de las nuevas relaciones, organismos integrales que transciendan lo puramente económico y se ocupen de todas las esferas de la acción humana: del arte, de la política, de la defensa del Socialismo, de su construcción. Podemos concluir: el destino de la Revolución será determinado, en última instancia, por la calidad de la organización del Poder Popular.
¿Qué hacer?
Los Consejos Comunales deben constituirse en un tejido social que permita superar el aislamiento, así el individuo será miembro de una unidad organizativa local y simultáneamente miembro de un tejido social, miembro de la sociedad toda: sus relaciones armonizarán lo local del Consejo Comunal con lo universal del tejido social.
La formación de este tejido no es posible separada de la economía, es el trabajo la principal actividad de relación del humano, es el origen primordial de la conciencia. La forma económica determina la forma de organización social, las dos se influyen mutuamente.
Es imprescindible dar este salto de organización, sólo así avanzaremos en la construcción del Socialismo. No podemos conformarnos con triunfos en el terreno de las elecciones burguesas que no crean conciencia revolucionaria, que únicamente nos obsequian la oportunidad de dar los pasos imprescindibles.
El triunfo en las elecciones burguesas sólo tiene sentido si avanzamos. Si, al contrario, la Revolución se embriaga con esas victorias, se deleita en ellas, inexorablemente se desgasta y perece.
¡Con Chávez siempre!

19.12.12

LA CONTRADICCIÓN SUICIDA (Miércoles 19-12-2012)

La política está llena de contradicciones:
La contradicción del revolucionario. El revolucionario vive tensado por la contradicción de ser creación del pasado y habitante del futuro que aún no llega. Por eso el revolucionario está condenado a ser minoría, cuando su época lo entiende ya es hora de emprender nuevos sueños. Si bien sus contradicciones le producen rasgaduras en el alma, éstas se ven compensadas por saberse ariete de su sociedad, pionero que pisa mundos inéditos, baquiano que guía pueblos hacia la tierra prometida.
Su tarea no conoce fracaso ni tiene conclusión, siempre habrá caminos por hacer.
La contradicción de la oligarquía. Tiene calidad macabra, es la contradicción del intento por permanecer en un mundo que no tiene más futuro que la extinción, y la impotencia de contener la marcha de la historia. De esta contradicción surge el fascismo, reflejo directo del desespero que invade a esta clase impotente para perpetuarse.
En el medio de estas dos contradicciones se encuentra la clase media, la pequeña burguesía, que sobrevive en la contradicción de ser carne de trabajador y espíritu de oligarca. Sienten la necesidad de construir el mundo de la vida que la esperanza anuncia, pero el terror de avanzar por el mar del futuro la atrapa en laberintos teóricos. Una parte de su ser los invita a volar, y otra los condena a permanecer anclados en el pasado del que son guardianes.
Por supuesto que estas contradicciones están presentes en la Revolución Bolivariana , y es importante conocerlas para entender el comportamiento de las corrientes políticas. Es suficiente oler a nuestro alrededor para detectarlas.
¿Cuál, sino la contradicción del oligarca, motiva la angustia de Ravell, Cisneros y Granier?
¿Cuál, sino la contradicción del revolucionario, rasgó el alma de los combatientes del 4F , o los últimos días de Fabricio, cuál, sino esta angustia, fue la pasión de Bolívar?
¿Cuál, sino la contradicción del pequeño burgués, motiva a los que hoy se baten entre la necesidad de avanzar en la construcción del Socialismo, y el terror de hacerlo? ¿De dónde, sino es de allí, surgen tantas teorías distraccionistas del camino, tanta falsificación, tanta producción de justificaciones?
¿Qué otra cosa es decir que entre el capitalismo y el Socialismo no hay contradicción, sino un buscar calmantes para la angustia interior? ¿Qué otra cosa es postular un híbrido entre capitalismo y Socialismo como meta de nuestro Socialismo?
La contradicción de la pequeña burguesía les impide avanzar, construir teoría para el futuro, al contrario, elaboran atajos hacia la restauración.
Las propuestas de la pequeña burguesía no son posibles, la historia así lo dicta, con sus vacilaciones y ambigüedades sólo consigue lubricar la arremetida del desespero fascista.
La Revolución debe resolver las ilusiones pequeño burguesas de la única manera que es posible, debe desechar los espejismos de una convivencia con la oligarquía y con el imperio. Esas contradicciones son suicidas, lo que harán es llevarnos al fascismo. No hay más opción que el Socialismo auténtico.
¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo!

18.12.12

LA IMPORTANCIA HISTÓRICA DE CHÁVEZ (Martes 18-12-2012)


Cuando la historia parecía detenida y los teóricos revolucionarios inventaban atajos para cambiar de casaca, cuando los pueblos vieron reptar a sus dirigentes, el futuro estaba a ras del suelo y el vuelo alto era cosa de locos.

En aquellos días de fin de la historia, de fukuyamas y tonis negris, de tumultos que no destruían ni construían, de “somos pero no tanto”, de “el capitalismo no es malo sólo hay que controlar a los que abusan”, en esos tiempos en que la humanidad cayó en las tinieblas del conformismo y el Quijote se refugió en una isla heroica, en esos días ocurrió el milagro y el milagro se llamó Chávez.

La inmensa dimensión histórica de Chávez es difícil de captar por sus contemporáneos, la cotidianidad y la mezquindad nublan la comprensión histórica. Veamos.

La causa socialista estaba aplastada por una multitud de teorías distraccionistas, el eurocomunismo había sellado la claudicación de Europa, y teorías similares brotaban en el planeta. La Unión Soviética, China, devenían en su contrario, el capitalismo señoreaba en todo el planeta. Sólo la voz solitaria del Profeta del Caribe gritaba desde su isla advirtiendo que el mundo corría hacia su destrucción.

En ese ambiente sucede un rompimiento del sistema de dominación instaurado por los capitalistas, una fractura en el sistema electoral burgués, que se las arregla para embobecer a las masas y legitimar a los agentes del capitalismo.

El 4 de febrero, un gobierno consagrado en elecciones burguesas, fue desconocido por un hecho de fuerza de carácter revolucionario, eso equivale al 1810 cuando se desconoce a una monarquía consagrada por Dios. Ese es el primer hecho histórico. Luego Chávez, un candidato insumiso a las oligarquías, gana unas elecciones diseñadas para impedir esos triunfos.

A partir de allí se despliega el milagro: el gobierno se declara antiimperialista, anticapitalista y ¡socialista! Esta postura fue un relámpago en aquella oscuridad mundial que asesinaba la posibilidad de la vida. Los ojos del mundo se fijaron en el país que osaba tender la mano al Socialismo y romper la unanimidad del conformismo.

Si aceptamos que la humanidad irremediablemente se extingue bajo el capitalismo, nos daremos cuenta de la extraordinaria importancia de la acción de Chávez: reabrió el camino de la esperanza socialista, en otras palabras, el camino de la salvación de la humanidad.

El camino no ha sido fácil, todas las fuerzas del imperio capitalista se han confabulado contra la esperanza. Se ha sembrado confusión, se proponen extravíos y, los fascistas como buitres, revolotean buscando debilidades.

Ahora es necesario continuar con el milagro, es imprescindible que el Socialismo se concrete en una nueva relación del humano con la naturaleza y que la noción de armonía prevalezca sobre la nefasta noción de desarrollo. Es necesario, vital, reconstruir la relación amorosa entre los humanos, replantear las necesidades y la manera de satisfacerlas. De no hacerlo vendrá la restauración y la llama se extinguirá.

         El relámpago que rompió la oscuridad debe protegerse, no debe cesar.

¡Sólo con Chávez habrá futuro!

17.12.12

¿CONSTRUIR EL SOCIALISMO SIN DESPRECIAR AL CAPITALISMO? (Lunes 17-12-2012)


Una respuesta afirmativa a la interrogante del título, calmaría el desasosiego de muchos que no duermen tratando de pasar el camello por el ojo de la aguja. Los que así piensan seguirán con insomnio y le harán un gran daño al camino revolucionario, los que intenten esta mezcla pueden terminar en dos laberintos patéticos:
Uno, falsificar al Socialismo, despojarlo de su fuerza liberadora y constructora, convertirlo en un adjetivo que lleva por dentro al capitalismo salvaje, infaliblemente lo llevará a estallar en un mar de contradicciones sociales que la farsa no podrá resolver.
El otro, construir a duras penas un híbrido, una mezcla de dos sistemas antagónicos, inexorablemente terminará por ser devorado por el sistema más antiguo, el más arraigado en el inconciente colectivo, el capitalismo.
¿Por qué no es posible construir el Socialismo en convivencia con el capitalismo?
Un sistema social es en esencia una conciencia sustentada en una relación económica. De aquí se desprende que la lucha política, la lucha revolucionaria, es una lucha por la conciencia de las mayorías, el territorio de la confrontación es la conciencia, lo demás está subordinado a este objetivo.
Ahora bien, la conciencia y las relaciones de propiedad están entrelazadas, se existen mutuamente, lo que significa, por ejemplo, que no podía existir conciencia esclavista sin relación de propiedad esclavista.
Así mismo pasa con el capitalismo, genera una conciencia del egoísmo, del consumismo que lo sustenta, una conciencia instalada, arraigada con una fuerza única en la historia de la humanidad.
Por lo tanto, pensar en la convivencia del Socialismo con el capitalismo, en un híbrido como un sistema social viable, es un disparate, una trampa reformista y el suicidio de la Revolución.
No se puede pretender superar un sistema sin atacarlo, sin descalificarlo, por dañino, material y moralmente, sin evidenciarlo como inaceptable. Esto nos lo enseña El Libertador cuando al calificar la esclavitud, dice: “la infracción de todas las leyes es la esclavitud. La ley que la conservara sería la más sacrílega. ¿Qué derecho se alegaría para su conservación? Mírese este delito por todos los aspectos, y no me persuado que haya un solo boliviano tan depravado que pretenda legitimar la más insigne violación de la dignidad humana. ¡Un hombre poseído por otro! ¡Un hombre propiedad! ¡Una imagen de Dios puesta al yugo como el bruto!”
Podríamos, sin pecar, sustituir en las palabras de Bolívar, esclavitud por capitalismo, porque qué es el capitalismo sino la más insigne violación de la dignidad humana, donde unos hombres, los capitalistas, son propietarios del tiempo, de la vida de otros hombres, los trabajadores. ¡El capitalismo es una esclavitud más refinada!
Fácilmente se comprende que no se puede construir el Socialismo sin atacar, sin despreciar al capitalismo, pretender ese absurdo es truncar a la Revolución, porque una Revolución frente al monstruo capitalista si se detiene inexorablemente fracasa.
¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo Auténtico!

16.12.12

LOS PRIVILEGIADOS (Domingo 16-12-2012)


Una sociedad puede pasar siglos de vida rutinaria. Una generación sigue a otra sin más historia que los sucesos familiares, nada digno de recordar, rodeada de aburrimiento, cada día parecido al anterior, igual a todos los que vendrán.
Otras sociedades tienen historias llenas de destellos históricos, momentos que deciden el rumbo de la humanidad. En ellas nacen hombres que con su pensamiento y su acción la dirigen a la aventura de esculpirse humanos, a la búsqueda de nuevos universos, a empinarse sobre su mundo hasta alcanzar la condición de próceres, de fundadores.
Esas sociedades son privilegiadas, en ellas vale la pena vivir, allí el humano se hace humano.
En la Galilea de Cristo valía la pena vivir, aquellos hombres cambiaron el mundo, el fuego que se encendió en sus entrañas los llevó hasta los confines del planeta, fundaron un nuevo universo, derrotaron imperios porque derribaron los fundamentos ideológicos que los sustentaban.
Bolívar condujo a Caracas, una pequeña sociedad del imperio español, hasta las cumbres de la gloria, la que pertenece a los hombres que liberan pueblos y continentes. Rompió con trescientos años de calma y su llamarada iluminó al mundo. Aquellos hombres tuvieron el privilegio de vivir en epopeya, su vida tuvo el sentido de lo grande, vencieron la mediocridad, fueron dioses.
Martí fue continuador de Bolívar, completó su obra, enriqueció su pensamiento. Con la emancipación de Cuba, casi un siglo después, culminó la misión que había comenzado en 1810 en la Plaza Central de Caracas.
Fidel, perteneciente a esta línea histórica de grandes hombres, con su ejemplo y su pensamiento recordó al continente la rebeldía que habita a los hijos de Guaicaipuro, Tupac, Bolívar, Martí. Rompió el sosiego y volvimos a ser humanos fundadores, erguidos con dignidad frente al imperio y al capitalismo. En esos días valió la pena vivir.
Este continente palpita indómito, está lleno de dignos y de luces que iluminan sus avatares. Aquí hay historia para contar, los niños son arrullados por los recuerdos de los héroes que ha parido esta tierra, desde Santucho, allá en el cono sur, hasta Roque Dalton en el extremo norte del continente. El Che, internacionalista y humanista, los resume a todos.
Hoy nosotros somos privilegiados, pertenecemos a este tiempo excepcional, vivimos en el destello del despertar, el clarín de la Patria volvió a llamar, convoca para lo grande, para lo hermoso, a ser de nuevo ejemplo para el continente, volvieron los momentos de Carabobo, del Paso de los Andes. Nuestros mártires y nuestros héroes regresaron para inspirar las nuevas batallas, tenemos oportunidad de continuar su obra, de concretar sus sueños.
Hoy el Comandante Chávez representa la continuidad de la línea histórica que libera al humano, y nosotros, los que vivimos este tiempo, tenemos el privilegio y el deber de acompañar esta gesta, de entender el momento que vivimos, romper con la parsimonia, con la mediocridad y asumir el reto, sentirnos felices, privilegiados de vivir y poder luchar ahora, cuando la Esperanza de milenios se concreta.
¡Con Chávez haremos historia!