27.2.13

¡DIFERENCIARSE! (Miércoles 27-02-2013)


La Revolución debe diferenciarse de la oligarquía, allí está la clave de su triunfo. Si se parece, si es igual a un gobierno burgués, si se distingue sólo en la superficie, entonces está condenada al fracaso. Puede dar muchas vueltas, pero sin contrastarse radicalmente con los oligarcas, naufraga.
¿Dónde reside la diferencia? Algunos la localizan en la cantidad, dicen: "la Revolución ha hecho más de esto y más de aquello". La propuesta, a primera vista, parece irrebatible, argumentan: "repartir la renta no puede ser malo", "a nadie amarga un dulce", "mientras más repartamos mejores somos". En el fondo estamos comprando aplausos pero necrosando a la posibilidad revolucionaria. Veamos.
La Revolución es un cambio radical en las relaciones humanas, en la visión del mundo, en la cultura. Es conquistar, construir relaciones amorosas, fraternas, vivir como hermanos, vivir con el mandato de "amaos los unos a los otros", o, más directo: fundar el Reino de los Cielos aquí en la tierra, tomar el cielo por asalto.
 Sin ese cambio, la lucha no tendrá sentido, y todo lo que hagamos será, tarde o temprano, capturado por el sistema burgués.
Para conseguir esa modificación en las relaciones humanas es indispensable sustituir las relaciones de propiedad de los medios de producción, la manera como la sociedad se relaciona con su producción y con la distribución de esa producción. En otras palabras, la sociedad debe tomar control de su producción, de la distribución, de la economía.
Así la sociedad puede superar el mercado, territorio de la competencia, expresión del egoísmo, reino de las mercancías, esclavitud del humano, soporte del sistema oligarca, de la explotación del hombre por el hombre.
Sólo eliminando la propiedad de unos pocos sobre los medios de producción y la ética que de allí se desprende podrá la sociedad eliminar el dominio del mercado, tomar realmente las riendas de su vida, es decir, hacer una planificación central que sustituya la producción de valores por la producción de usos para satisfacer las necesidades reales.
Los cambios en la economía, en la organización social, importan en cuanto apuntalen los cambios en la cultura, en el espíritu, ese es el fundamento del Socialismo, esa es la razón de todos los afanes. Colocar los cambios materiales en el centro es colocar al hombre al margen de la vida. La Revolución será medida, evaluada, por los avances, por la calidad de sus relaciones humanas.
El enfrentamiento con la oligarquía debe tener como esencia el cambio cultural, plantear la batalla como el enfrentamiento de dos culturas, de dos visiones del mundo. La de ellos tiene en el centro a la mercancía, la nuestra al humano. La nuestra propone una vida de hermandad, de solidaridad, en la que el desarrollo de todas las potencialidades humanas sea posible, la de ellos al hombre lobo del hombre, la guerra de todos contra todos, donde la capacidad de consumo sea la certificación de vida. Sólo así tendremos razones sagradas por las cuales luchar. Esa es nuestra fortaleza.
¡Con Chávez!

1 comentario:

EDGAR CHACON dijo...

asi es las diferencias son frontales los colonialistas o imperialistas explotadores oligarcas vende patrias y otros debemos estar bien definidos por que somos socialistas ideologicamente y en la realidad somos adversos y trabajar con el poder popular, crear escuelas de adoctrinamiento, asambleas de apoyo a la revolucion.Finalmente debemos defender este proceso e inclusive con nuestra vida.PATRIA O MUERTE, HASTA LA VICTORIA SIEMPRE. VIVIREMOS Y VENCERMOS. SALUDOS REVOLUCIONARIOS